—Seokjin—dijo Namjoon cerrando la puerta. Seokjin no levantó la vista de su computadora.
—Ahora no. Estoy ocupado y tú eres... tú eres demasiada distracción.
Namjoon sonrió.
—Distracción, ¿eh? —Seokjin le lanzó una mirada, pero fue poco entusiasta como mucho— ¡Vamos, dímelo ya!
—Sin tratamientos especiales—dijo Seokjin—. Vas a conocer tu nota cuando todos los demás lo hagan. Mañana.
Apoyándose contra la puerta, Namjoon se mordió el labio.
—¿He reprobado?
No estaba seguro. Seokjin le había ayudado mucho últimamente, explicándole muchas de las cosas que Namjoon se había perdido al inicio del semestre. Namjoon había pensado que su comprensión de la materia había mejorado y que lo había hecho bastante bien en el examen, pero ahora, mirando a la cara sombría de Seokjin, ya no estaba seguro.
—No—dijo Seokjin—No fallaste.
Namjoon exhaló.
—Entonces, ¿qué me saqué? Una C, ¿verdad?
Seokjin frunció los labios.
—Obtuviste una B.
La boca de Namjoon se abrió.
—¿De Verdad! Espera... acaso tú...
—No, yo no te doy ningún tratamiento especial—dijo Seokjin, su tono estaba un tanto a la defensiva—Hiciste un buen trabajo. Tú eres inteligente. Si realmente te molestaras en asistir a clases, no habrías tenido ningún problema en absoluto.
Namjoon sonrió, sintiéndose estúpidamente cálido y mareado. Dio un paso hacia el escritorio, pero Seokjin espetó:
—No lo hagas.
—¿Por qué?
Seokjin fijó sus ojos en la pantalla delante de él, con la mandíbula apretada.
—Te lo dije. Eres una distracción. Tengo que trabajar.
Namjoon no quería irse. Quería abrazarlo. Quería darle un beso. Quería celebrar con él.
—Pero...
Seokjin suspiró entre dientes.
—Bien. Ven aquí y bésame. Un beso. Luego te vas.
Namjoon fue allí y lo besó.
Y lo besó de nuevo.
Y otra vez.
Y una vez más.
* * *
Cuando Namjoon abrió los ojos a la mañana siguiente, encontró a Seokjin observándolo.
—Buenos días—Namjoon murmuró, sus rostros estaban a sólo pulgadas de distancia en la almohada. Se sentía insoportablemente íntimo—¿Dormiste bien?
—No, no lo hice—respondió Seokjin, su pesada mano sobre la espalda de Namjoon—. Tú cama es terrible. Casi me caigo fuera dos veces.
Namjoon sonrió perezosamente.
—Nadie te está obligando a dormir aquí.
Seokjin dibujó sus labios en una fina línea y desvió la mirada por un momento antes de mirarlo de nuevo.
—Sería mucho más conveniente si utilizáramos la cama en mi casa.
Namjoon parpadeó.
—Tú sabes que no puedo dejar a los niños solos.
—Tengo una habitación libre para ellos.
Namjoon se le quedó mirando.
—¿Me estás pidiendo que me mude contigo?
La cara de Seokjin no mostraba nada.
—Sería conveniente.
—¿Conveniente?
—Sí, conveniente.
Presionando los labios juntos para evitar reír, Namjoon asintió solemnemente.
—Muy conveniente.
—Cállate, Nam—dijo Seokjin.
Namjoon sonrió lentamente y enroscó los brazos alrededor de su cuello. Se miraron el uno al otro a los ojos durante un largo rato y Namjoon sintió algo apretando en su pecho. Dijo suavemente:
—Te amo también, Jin.
Seokjin se lo quedó mirando durante lo que pareció una eternidad antes de que dijera, un poco sin aliento:
—Sí.
Namjoon dejó a relucir sus hoyuelos en una sonrisa.
—Está bien, vamos a tener que trabajar en eso-
Seokjin le cerró la boca con un beso.
Fin.
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Pensaba subir la segunda historia (la del Yoonseok), pero no será posible. Igualmente, tal vez borre esta historia por un tiempo para poder subir otra de esta saga, pero con NamMin/MinJoon. ):
Muchas gracias por haber llegado hasta aquí.
