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Namjoon se despertó en medio de la noche, temblando. Se acurrucó más profundo debajo de las sábanas. La habitación estaba fría y húmeda, como de costumbre, pero era más difícil de ignorar después de semanas de compartir el calor corporal con otra persona. Echaba de menos estar cálido.

Suspiró, giró sobre su estómago y abrazó la almohada, enfadado consigo mismo. Esto se le estaba yendo de las manos. Suficiente. Al carajo con Kim y al carajo con su estúpido cuerpo cálido. Al carajo con él.

Aunque no importaba lo que se dijera, el dolor en el estómago todavía estaba allí. El hambre. La necesidad que iba más allá del sexo. Quería el cuerpo de Kim junto a él, grande y caliente. Incluso quería oír sus comentarios mordaces, sentir su aliento contra su piel...

Namjoon se tensó y levantó la cabeza. Podría haber jurado que oyó voces procedentes del living. Pero los chicos no podían estar despiertos, ¿verdad?

Con el ceño fruncido, Namjoon salió de la cama, temblando violentamente mientras el aire frío golpeaba su piel, y encaró hacia la puerta. Había luz en la sala, pero no significaba nada: él había dejado la lámpara ya que los gemelos le tenían miedo a la oscuridad.

Namjoon abrió la puerta sin hacer ruido y se congeló. Kim estaba sentado en el suelo junto a la cama de los niños. Uno de sus hermanos estaba en su regazo. El corazón de Namjoon comenzó a latir en su pecho.

Él estaba de vuelta. Él estaba de vuelta.

—¿Dónde estabas? —dijo el niño, frotándose los ojos adormilados con una mano mientras con la otra jugaba con la corbata de Kim. Era TaeTae, Namjoon decidió. Kim parecía tener alguna debilidad por él. Aunque era extraño que estuviera tolerando eso incluso de TaeTae.

O eso creyó hasta que estudió la cara de Kim. Incluso en la tenue luz de la lámpara, su rostro se veía, extrañamente, con la guardia baja y cansado.

—Yo estaba visitando a mi familia—murmuró Kim.

TaeTae se chupó el pulgar.

—Me acuerdo de tu familia. A tu papá no le gustamos mucho nosotros—una extraña expresión cruzó el rostro de Kim. Él no dijo nada—. Namjoon dijo que estabas haciendo una nueva familia.

Kim se tensó visiblemente.

— ¿Lo hizo?

TaeTae asintió.

—Él estaba muy triste.

Namjoon se sintió ruborizarse. ¿TaeTae tenía que decirle eso? Kim tenía una extraña expresión en su rostro.

—¿Lo estaba? —murmuró.

—Yo estaba triste también—dijo TaeTae—No entiendo. ¿Por qué quieres una nueva familia? Nos tienes a nosotros.

Niños, pensó Namjoon mordiéndose el labio. No tenían miedo. En cierto modo, los niños eran más valientes que los adultos. Kim abrió la boca y volvió a cerrarla. Era la primera vez que Namjoon le había visto quedarse sin palabras. La garganta de Kim convulsionó antes de que él le dijera a TaeTae:

—No te preocupes, no voy a estar haciendo ninguna nueva familia—Namjoon exhaló— ¿No se supone que deberías de estar durmiendo, enano?

TaeTae estudió a Kim seriamente con sus grandes ojos.

—Estás triste también. ¿Algo malo pasó?

Una sonrisa sin sentido del humor retorció los labios de Kim.

—Podrías decir eso.

—Cuando yo estoy triste, Namjoon me abraza y ya no me siento tan triste. ¿Quieres un abrazo?

Namjoon esperaba que Kim rechazara la oferta con una sonrisa burlona.

Él no lo hizo. Él no dijo nada.

Tomando su silencio como un sí, TaeTae se puso de pie y puso sus cortos brazos alrededor del cuello de Seokjin y éste tuvo que sostenerlo. Namjoon miró las grandes manos de Kim en la espalda de su hermanito y luego a su rostro en blanco, estoico.

Silenciosamente, cerró la puerta y se dirigió de nuevo a la cama. Unos veinte minutos pasaron antes de oír la puerta abrirse de nuevo. Hubo un susurro de ropas antes de que el colchón se hundiera con el peso de Kim y que él se deslizara bajo las sábanas junto a Namjoon.

La velocidad con la que Namjoon se pegó a él habría sido embarazosa si se hubiera obligado a que le importara; no lo hizo. Sólo necesitaba que lo besara. Necesitaba que lo tocara. Así que él lo besó y Kim le devolvió el beso igualmente hambriento, sus labios con urgencia, casi desesperados.

Namjoon no estaba seguro de cuántos minutos pasaron besándose, se sintieron como horas y segundos al mismo tiempo. Cuando finalmente dejaron de besarse para respirar, Namjoon se sentía cálido de pies a cabeza. Enganchando su pierna sobre la cadera de Kim, puso su cabeza en su pecho. El corazón de Kim latiendo bajo su oído, fuerte y rápido.

Durante mucho tiempo, no hubo más que agradable silencio.

—Él murió, ¿no? —Namjoon susurró al fin.

Sintió a Kim ponerse rígido debajo de él.

—Sí.

Namjoon dudó sin saber qué decir.

—¿Qué pasó? Alguien dijo que ibas a casarte.

Kim suspiró, algo que Namjoon sintió más que escuchó cuando el pecho de Kim se expandió bajo su mejilla.

—Fueron sus manipulaciones de nuevo. Fui allí porque él me dijo que estaba en su lecho de muerte. Cuando llegué, había una gran reunión.

—¿Qué tipo de reunión? —dijo Namjoon pasando los dedos por el pecho de Seokjin.

—Un montón de políticos, empresarios ricos y periodistas. Cuando llegué, mi padre hizo un anuncio.

Los ojos de Namjoon se agrandaron.

—¿Él realmente anunció tu compromiso sin preguntarte? Es una locura—Wow. Él sabía que el padre de Seokjin era un déspota, pero eso era ridículo, incluso para él.

Kim pareció vacilar.

—Creo que... creo que no ha estado bien de la cabeza últimamente. Y él probablemente esperaba que a mí no me gustara hacer una escena delante de tantas personas influyentes y periodistas. Él tenía razón, nuestra familia se habría convertido en un hazmerreír si yo hiciera eso. Lo llevé a un lado y le dije que si él no negaba su anuncio, lo haría yo mismo—Kim hizo una pausa. Su voz era plana cuando él continuó—: Él se puso furioso y tuvo un ataque al corazón. Estaba muerto para la siguiente mañana.

Namjoon cerró los ojos.

— ¿Arreglaron las cosas antes de morir?

Kim se rió entre dientes, el sonido áspero y sin sentido del humor.

—No. Incluso en su lecho de muerte, él me llamó la mayor decepción de su vida. Él trató de manipularme incluso mientras luchaba por respirar. Amenazando con dejarle todo al marido de Yoonji si yo no me casaba con esa chica. Por supuesto que no lo haría. Él es... él era demasiado anticuado para eso.

Los labios de Namjoon rozaron la piel caliente y él respiró en ella, sintiendo el latido constante del corazón de Kim contra su mejilla.

—Me alegro de que hayas vuelto, Jin.

Sintió al cuerpo de Kim ponerse rígido por un momento y luego relajarse en contra suyo. Un fuerte brazo se envolvió en torno a la espalda de Namjoon y tiró de él cerca, apretando, casi hiriendo sus costillas. Namjoon no se quejó. Se acurrucó más cerca de la calidez de Seokjin y se quedó dormido momentáneamente.

Él dormía como un bebé por primera vez en una semana.

Retorcido (JinNam)Where stories live. Discover now