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El Profesor Bates era un idiota. Al menos eso fue lo que pensó Namjoon cuando el hombre lo ignoró y siguió caminando.

—No hay nada que discutir, señor Namjoon—dijo Bates bruscamente, caminando más rápido—. La asignación se debía entregar ayer. No voy a hacer una excepción por ti. Es tu propia culpa. ¡Tú eres irresponsable! La termodinámica es la rama más importante de la ciencia y tú no lo entiendes. Si fallas en mi clase, que parece ser cada vez más probable, será merecido.

Namjoon hizo una mueca. Sí, era realmente su propia culpa. No debió haber pasado tanto tiempo estudiando para su tarea de Mecánica de Fluidos tratando de impresionar a Kim. No lo había exactamente impresionado.

—Pero...

—Deje de poner a prueba mi paciencia, señor—Bates dijo bruscamente, sacudiendo la cabeza— ¿Qué está mal con los estudiantes en estos días? —y Bates comenzó a despotricar sobre el sentido de amor propio, la falta de atención y la falta de humildad de los estudiantes, viéndose más molesto a cada minuto, y Namjoon se dio cuenta de que no había manera de que Bates le diera más tiempo para completar la tarea.

—Profesor Bates—llegó una voz familiar desde detrás de ellos. Namjoon se tensó y no miró en su dirección. Maldita sea. Kim era la última persona que quería que presenciara esto— ¿Hay algún problema? —preguntó Kim.

—¡Este muchacho es perezoso e irresponsable! —dijo Bates— ¡Él no hace sus deberes a tiempo y ahora me pide que le de unos días más! ¿Cómo va a ser ingeniero cuando él no puede siquiera arreglárselas para pasar los cursos básicos?

Namjoon quería que la tierra se lo tragara. Kim era el hombre más inteligente que él alguna vez hubiera conocido. Probablemente pensaba que Namjoon era tan tonto como una roca. No es que importara lo que él pensara. Excepto, que sí que lo hacía. Importaba. Muchísimo.

—Tenía la misma opinión que tú—dijo Kim, su voz indiferente—. Pero Namjoon ha mostrado cierta mejoría en las últimas semanas. Dale un día. Si se retrasa de nuevo, repruébalo.

La mirada de Namjoon chocó con él. No había manera en el infierno de que pudiera hacerlo en solo un día.

—Buena idea—dijo Bates—. Un día, señor Namjoon.

—Pero...

Bates lo silenció con la mirada.

—Un día.

Frunciendo los labios, Namjoon asintió y se fue. Sus pies lo llevaron a la oficina de Kim. La puerta estaba destrabada y él entró. Namjoon apoyó la cadera contra el escritorio y se metió las manos en los bolsillos. No tuvo que esperar mucho. Kim no parecía sorprendido de verlo, pero parecía ocupado, cargando una pila de trabajos.

—No debiste haber hecho eso—dijo Namjoon—No hay manera de que pueda lograr hacerlo para mañana.

—¿Por qué? —Kim puso los papeles sobre la mesa y se sentó.

Namjoon se encogió de hombros, mirando a sus botas.

—Soy estúpido.

—Tú eres un estudiante becado.

Los labios de Namjoon estaban caídos.

—Sí. Yo solía pensar que era bastante inteligente, pero... pero no lo soy. La mayor parte de las cosas que Bates y tú enseñan pasan de largo por mi cabeza. En un momento creo que entiendo termodinámica, al siguiente, no tengo ni puta idea de lo que está sucediendo. Realmente debo ser tonto—Namjoon agarró el borde del escritorio—Me siento como un perdedor a veces, ¿sabes? No puedo encontrar un trabajo decente, no puedo comprarles a los niños las cosas que necesitan, y ahora esto. Me siento tan inútil y estúpido, y... yo sólo... yo... sólo... olvídalo.

Hubo un largo silencio. Sintió la mirada de Kim en su nuca.

—No soy bueno consolando a la gente—dijo Kim irritado.

Namjoon se volvió hacia él y forzó una pequeña sonrisa.

—Está bien. Me sorprende que no me hayas echado a patadas todavía.

Los labios de Kim se adelgazaron. Tenía una expresión muy amarga en el rostro.

—Ven acá.

Namjoon nunca se había movido tan rápido en su vida. Se subió al regazo de Kim, puso su cabeza en su hombro y cerró los ojos. Los fuertes brazos de Kim se apretaron a su alrededor y Namjoon suspiró de placer. Se sentía tan bien. Justo lo que necesitaba. Lo asustó que lo necesitara, pero lo hacía. Se sentía casi mejor que el sexo.

—Te estás volviendo suave, profesor—murmuró con una sonrisa, respirando su aroma. Era familiar y extrañamente reconfortante.

—Cállate—dijo Kim, sonando aún más molesto, si eso era posible.

Namjoon rozó sus labios contra su cuello.

—Bien. Eres muy malo y desagradable—él acarició el cuello de Seokjin—Cinco minutos. Entonces puedes patearme fuera y vamos a pretender que esto nunca sucedió.

Kim suspiró.

—Muéstrame la asignación.

La boca de Namjoon se abrió. Levantó la cabeza y miró a Kim.

—¿De verdad?

—No lo haré por ti—dijo Kim, ajustando su mirada en él—Pero voy a explicarte lo que no comprendas.

Namjoon lució su par de hoyuelos y lo besó.




Se viene el drama :o

Retorcido (JinNam)Where stories live. Discover now