Amenazada.

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—Buenos días John— dije mientras retiraba los cabellos rebeldes que se habían colado por su rostro.

— Buenos días hermosa— dijo aún con los ojos cerrados.

—¿Disfrutaste de tu siesta?— sonreí gentilmente y recosté mi cabeza en su pecho.

— De hecho lo hice — suspiró.

—Te lo dije. Estás exhaustos John, necesitabas descansar.

— Supongo — John estiró su brazo y lo colocó detrás de mí espalda, haciéndome quedar más cerca de el.

La cama comenzó a moverse y los dos bajamos la mirada. Max ya se encontraba recostado en el brazo libre de John moviendo su colita. Sonreí y lo acaricié.

John estaba tan exhausto que nuevamente se quedó dormido. Max y yo lo veíamos tan tranquilo que ambos nos quedamos dormidos junto a él.

Después de aquella siesta tan profunda. El golpe de un rayo me despertó, haciendo que mi corazón se acelerará. No había Luz y la cama estaba vacía. Cuando los rayos comenzaron a caer, la única fuente de luz, pude visualizar la silueta de John parada al tope de la cama.

—John ¿Qué sucede?— le pregunté asustada. Max comenzó a gruñir frente a la puerta de la habitación.

Cuando traté de levantarme de la cama John me detuvo y puso su mano en mi pecho.

— lleva a Max, no salgas por ninguna razón, yo vendré a buscarte — me susurró.

John señaló el baño.

—Ve— me demandó.

John saco debajo de la cama sus armas y se puso su traje. Sabía que su traje estaba hecho de algún tipo de material como el de los chalecos antibalas.

Sujete a Max del collar azul y nos metimos en el baño. Antes de cerrar la puerta John acarició la cabecita de Max y a mí me dió un fugaz beso en los labios. Cerré y le coloqué el seguro.

Me había levantado tan rápido de la cama que había olvidado agarrar mis dagas. Ahora sólo éramos max y yo, indefensos.

Desde afuera comenzaron a escucharse disparos, choques, golpes y gruñidos. Max comenzó a ladrar y gimotear frenéticamente, mientras mis manos temblorosas intentaban calmarlo.

La tormenta, los ruidos espantosos que provenían de afuera y simplemente la ráfaga de todo esto, me abrumaron tanto que ni siquiera sabías que había alguien en la habitación hasta que intentaron derribar la puerta del baño. Miré alrededor del baño, tratando de buscar algo que sirviera para defenderme, cuando la puerta finalmente se rompió. Antes de que pudiera reaccionar, Max inmediatamente atacó al hombre, sacándolo del baño. Lo seguí tratando de llegar a las dagas que oculte bajo la cama, hasta que otro hombre me empujó al suelo. Me retorcí debajo de él.  Me agarró de la mandíbula.

— Si no tuviéramos que traerte, no sé si te mataría o te haría mía primero.—Me siseó y relamio su labio inferior.

Agarró mí muslo con la otra mano. Le escupí en la cara para que dejara de tocarme, pero solo lo hice enfadar más. Eche un vistazo para encontrar a Max, pero él no estaba a la vista. Intente empujarlo, al hacerlo sentí un cuchillo en el cuerpo del hombre. Envolvió su mano alrededor de mí garganta, intentando sacarme lo suficiente de aire en el cuerpo para que me desmayara pero sin llegar a matarme. Mi otra mano luchó para quitarme la suya de encima, mientras que el cuchillo lentamente se abrió camino hacia mí mano.

—Suéltame— dije entre cortado.

El hombre comenzó a reír y a apretar aún más fuerte mi garganta. Todo comenzó a ponerse borroso. Logre retirar el cuchillo de su cintura y con las pocas fuerzas que me quedaban antes de que el aire dejará de entrar a mi cuerpo. le clavé al hombre el cuchillo en el abdomen, su risa paró y la sangre salió desde su boca callendo un poco sobre mí. Su cuerpo se volvió flácido y pesado pero la adrenalina en mi cuerpo me ayudó a mover su cuerpo y quitarlo de encima mío.

Mr. Wick  [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora