Capítulo 2: "No te lo mereces."

4.1K 141 1
                                    

*Narra Valeria*

Llego a mi casa corriendo, intentando no chocarme con nadie más. Subo de dos en dos las escaleras hacia mi habitación, sin saludar a nadie, llorando y cierro la puerta de golpe. No dejo de llorar, las lágrimas salen de mis ojos sin que pueda evitarlo, me siento en el suelo apoyada en la cama mientras continúo llorando. Odio llorar, porque cada vez que lloro hago algo de lo que no estoy orgullosa, sale mi parte más débil.

Me levanto, busco entre cajas de cartón de la mudanza mientras doy con lo que estaba buscando, y vuelvo a donde estaba sentada. Sé que no es la mejor solución, nunca lo ha sido y nunca lo será, y sé que soy demasiado mayor para seguir haciendo esto, pero siempre me he desahogado así, haciéndome daño a mi misma. Lo hacía cuando mis padres se peleaban antes de separarse, y lo hago ahora, después de haber visto la escena. Lloro cada vez mas alto, casi sin poder respirar, pensando en todo el daño que me ha hecho Mario en menos de unas horas, en unos malditos minutos. Sé que estoy sufriendo un maldito ataque de pánico, pero no puedo calmarme cuando todas las imágenes vuelan por mi cabeza. No sé que me ha dolido mas, si verle besándose con la rubia o las palabras que ha utilizado "solo quería acostarme contigo". El hecho de que haya estado más de un mes conmigo, solo para utilizarme como si fuera un objeto, eso, eso es lo que más me ha dolido. Lo peor es que ha sido todo culpa mía, he sido una estúpida por confiar tan rápido en la gente. Sigo llorando mientras clavo con más fuerzas las tijeras en mi muñeca, mientras la sangre recorre mi mano, dejando un rastro caliente. Es irónico que haga esto, ni siquiera puedo mirar las heridas que me estoy haciendo, la sangre me repugna, solo con mirarla me mareo.

La puerta de mi habitación se abre exageradamente y entra Hugo, mi hermano mayor, no sin antes cerrar la puerta tras él de un golpe. El espacio que hay de la puerta a mi cama lo recorre en unos segundos y se sienta al lado mío en el suelo, coge las tijeras de mis manos y las tira a un lado sobre la cama, machando el edredón de sangre, genial Hugo. Me abraza fuerte, haciendo que apoye mi cabeza en su pecho, siempre ha sido el típico hermano sobreprotector y me alegro de que lo sea, sobretodo en estos momentos. Me aferro más a su pecho cada vez llorando más.

-Te he oído llorar, y...Otra vez no...- susurra mirando mi muñeca, llena de sangre.

-Lo, lo siento- tartamudeo, probando el sabor salado de mis lágrimas.

-¿Qué ha pasado?- pregunta mientras me ayuda a levantarme y me lleva al baño de mi habitación. Va buscando en los armarios de debajo del lavabo hasta que encuentra lo que está buscando, me siento en un taburete. Se agacha entre mis rodillas y abre el botiquín para cuidarme las heridas. Al igual que hacía cuando de pequeña me caía de la bici y me hacía heridas en las rodillas, claro que éstas veces eran intencionadas.-Cuéntame.- pide e intento no quejarme cuando pasa el algodón, mojado en alcohol, por los cortes.

-Mario...- escupo su nombre. Solo con pensar en él tengo ganas de vomitar.

-¿Qué te ha hecho?- pregunta y noto como aprieta con fuerza el algodón antes de tirarlo a la papelera.

Le explico todo entre lágrimas mientras su cuerpo se tensa, ojalá pudiera dejar de llorar, haría todo esto tan fácil. Sé que la mayoría de la gente dice que llorar es algo bueno, que está bien desahogarse, pero para mi llorar es mostrar tu parte más débil, y es algo que odio. Odio no poder controlar mis sentimientos.

-¿Le puedo pegar?- pregunta seriamente.

-No sería mala idea...- sonrío y él hace lo mismo, aunque mas bien le sale una mueca.

-Sinceramente, ese tío no me caía nada bien, no te lo mereces, no te mereces llorar por él, ni por él ni por ningún tío. Algunos tíos son unos capullos- dice y asiento, pensando bien en sus palabras.

-Gracias, por todo esto.- sonrío y las lágrimas van cesando, realmente tengo al mejor hermano del mundo, no sé que habría hecho sin él cada vez que me he autolesionado.

-Si algún tío vuelve a hacer que mi preciosa hermana llore, se las verá conmigo. -dice con una sonrisa y termina de curarme, poniendo tiritas en las heridas abiertas.

-No pienso volver a hacerlo.

-De eso se trata- vuelve a sonreír- y tú, no te vuelvas a hacer esto- dice señalando mi muñeca, como siempre que me las hago.- Esta vez va muy en serio Valeria, por favor, no vuelvas a hacerlo.

-Pero...- agacho la cabeza, "es la única salida", pienso.

-Valeria, prométemelo- dice mirándome fijamente, de la forma más seria posible.

-Te lo prometo-

-Así me gusta- me da un sonoro beso en la frente- ¿Bajas a comer?

-Ahora voy- respondo aunque no tengo ganas de comer, pero sé que no aceptará un "no" por respuesta, sale del baño, y después de mi habitación.

Me quedo unos minutos mirando los azulejos del suelo, sin pensar nada, antes de salir del baño y de sentarme en mi cama. Miro la venda que tapa las heridas que me he hecho minutos antes. Hugo tiene razón, no debería llorar por Mario, ni por él ni por ningún tío que me haga daño, no iba a volver a tropezar con la misma piedra. Ahora lo tengo claro, no más novios, no más sentimientos, no mas lágrimas.

En Brazos de Él (Pablo Alborán)Where stories live. Discover now