Capítulo 10: "No acepto un 'no' por respuesta."

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Nota de Autor,

Bueno ahora estoy subiendo los capitulos de golpe porque en blogger tengo subido hasta el 21, entonces voy a subir de golpe hasta el 21 y luego cada semana ire subiendo un capitulo en blogger y por aquí.

Si quereis que os dedique algun capitulo decidmelo por twitter @laugarcia_3 o los que tengais mi whatsapp decirmelo.

Por si algunos os liais, cuando empiezo un capitulo y no pongo lo de *Narra Pablo/Valeria* es porque narra el mismo que narraba en el capitulo anterior. Tambien podreis ver que he cambiado un poco la forma de narrar porque me gusta mas de esta manera. Os queria pedir perdon por si a veces tengo faltas de ortografia, es que no suelo releer los capitulos cuando los subo.

* Narra Valeria*

-¿Hugo me das el número de Pablo?- pregunto entrando en su habitación, que es la contigua a la mía.

-Primero dices que te vas de boda con él y ahora quieres su número- me sonríe, cuando le expliqué a mis padres que me iba a ir a Córdoba Hugo estaba delante, y los tres me miraron sorprendidos, aunque note cierta felicidad en el rostro de mi madre. Solo espero que Elena y ella no se estén haciendo ilusiones acerca de una posible relación entre Pablo y yo, porque eso no iba a pasar, nunca. -¿Qué os traéis entre manos? Tengo miedo. -dice fingiendo temor y le doy un puñetazo en el brazo.

-Nada, y solo voy de boda con él para hacerle un favor- comento. Había pasado una semana desde que acepté ir a la boda con Pablo y solo faltaba un maldito día para la boda y no tenia ni vestido ni nada.

-¿Me das su número o no?- le saco la lengua.

-Toma pesada- cede dándome su móvil y se va al baño. Busco el contacto de Pablo en el móvil de mi hermano, y le encuentro guardado como "Pablete", no puedo evitar sonreír, es un buen mote. Me envío el contacto por whatsapp y me voy a mi habitación, después de dejar el móvil de Hugo en su cama.

Realmente no quiero llamarle, pero no me queda otra, porque él no tiene mi número y no sabe que no tengo vestido. Al tercer bip, cuando estoy a punto de colgar lo coge.

-Hombre Valeria- estoy segura de que está sonriendo al otro lado.

-¿Cómo sabes que soy yo?- pregunto extrañada, ya que no me había dado tiempo a decir nada.

-Le pedí el número a tu hermano...por si acaso- explica y todos mis pensamientos anteriores se desvanecen.

-Vale...oye que no sé que ponerme para la boda. Hoy voy a comprar el vestido, ¿algún color especial?- pregunto.

-Mi corbata es azul, así que de ese color. -me iba a ser difícil, ya que hay muchos tipos de colores y no se exactamente cual es el de su corbata, aunque le podía pedir una foto- luego paso a recogerte para comprar el vestido. ¿A qué hora te viene bien?- pregunta.

-No, voy yo sola-podría llamar a Natalia, aunque sería raro ya que nunca habíamos salido juntas y hablábamos poco, pero esa opción era mejor que la de ir sola.- llamaré a una amiga.

-Vale, que se venga tu amiga, pero yo voy a buscarte a las 6. A las 6 en punto estaré en tu puerta. Y no acepto un "no" por respuesta- dice y cuelga antes de que pueda decir algo, maldito Pablete.

Miro la pantalla de mi móvil, son las cinco así que decido enviarle un mensaje a Natalia por si puede venir, sé que decírselo una hora antes no ayuda, pero no me hace gracia estar a solas con Pablo, y mientras esperaba su respuesta decidí ducharme, ya que no me quedaba mucho tiempo.

Cuando salgo de la ducha son las cinco y media, realmente espero estar lista para cuando Pablo llegue, miro el móvil y veo la respuesta afirmativa de Natalia, al parecer me esperaría en el centro comercial, mejor dicho, nos esperaría.

Me seco rápidamente el pelo, pero no del todo, dejando que se ondule, me maquillo levemente y me pongo un vestido azul clarito. Estoy a punto de ponerme las sandalias cuando llaman al timbre. Miro la hora en mi móvil y tal y como me dijo Pablo, eran las seis, al parecer existe alguien más puntual que yo. Bajo las escaleras con las sandalias de tacón y el bolso en la mano, me despido con un grito y salgo de casa para encontrarme a un Pablo, esperándome en el porche, con unos pantalones bastante ajustados al igual que su camiseta básica blanca, que hace que su piel morena resalte; y sus ojos están escondidos detrás de unas gafas de sol con cristales marrones. Cuando me ve sonríe haciendo que, como con su camiseta, su sonrisa resalte, está tan malditamente guapo, puedo jurar que nunca he visto a alguien tan atractivo.

-Hola- saluda Pablo sonriéndome, trago saliva de forma forzosa.

-Pablete.- saludo también sentándome en el primer escalón, o último depende de como se mire, para atarme las sandalias. - Perdón, no he tenido tiempo.- el niega con la cabeza dedicándome una sonrisa.

-¿Pablete?- pregunta sin dejar de sonreír y yo me encojo de hombros, cuando termino de ponerme las sandalias bajo las escaleras con él detrás de mi. -He traído el coche- señala un mercedes de color gris.

Asiento y me dirijo a la puerta del copiloto, Pablo es mas rápido y la abre para mi, entro, y la cierra.

-He traído la corbata para que te fijes en el azul- dice sentándose en el asiento del conductor.-

-Vale, compramos el vestido y nos vamos, que odio ir de compras- comento. Pablo se ríe ante mi comentario.

-Creo que eres la única chica que conozco que odia ir de compras- le devuelvo la sonrisa, ya que es algo que me suelen decir. -¿Conduces?- pregunta en el camino.

-Sí, pero no tengo coche.- él tan solo asiente.

Llegamos al centro comercial unos cinco minutos después, el trayecto en coche fue bastante silencioso, ya que ninguno de los dos habló, pero al menos Pablo puso la radio.

Entramos al centro comercial y nos quedamos de pie enfrente de una tienda, al lado de una cafetería mientras esperamos a Natalia. Miro aburrida a la gente que hay en el centro comercial, mis ojos viajan hacia la cafetería y en mi campo de visión entran los ojos de, los ojos de Mario. Me está mirando. MIERDA, pienso. A esto es a lo que me refiero cuando digo que tengo a la mala suerte de la mano. Mario se da cuenta de que le estoy mirando y se levanta de la mesa para dirigirse hacia nosotros. Y empiezo a mirar a mi al rededor para buscar algo con lo que esconderme, pero no es una opción ya que ya me ha visto. No, no, no, haz algo Val.

-¿Qué pas...?- pregunta Pablo. Directamente no pienso, rodeo con mis manos su cuello, me pongo de puntillas y le beso, al principio se queda quieto, pero luego rodea con sus brazos mi cintura y me sigue el beso. Cierro los ojos y me dejo llevar por su boca hasta que alguien hace que paremos.

En Brazos de Él (Pablo Alborán)Where stories live. Discover now