Capítulo 25: "Brownies de chocolate."

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Nota de Autor,

Hola chic@s!!!!

Ahora si que nos estamos acercando al final de la primera parte, ya quedan solo cinco capítulos para terminar, recordad que la segunda parte la subiré después de Navidades ya que quiero escribir más que de momento no estoy inspirada, sólo tengo escritos tres capítulos de la segunda parte. Bueno como dije en el capítulo anterior, cuando suba el 30 subiré las dos portadas que he hecho para ver si os gustan, las tengo que subir después del 30 porque sino puede que os haga spoiler.

Me ha dicho mucha gente que está alucinando con Salva, jajaj, lo siento, siento la imagen que he dado de él, supongo que no os lo esperabais, supongo que me salió así, quería darle mas drama a la fanfic.

El otro día me compraron un pórtatil así que ahora voy a escribir más ya que no tengo que utilizar el ordenador de los pica piedra que tenía jajajaja.

¿Habéis reservado ya TERRAL? ¡Que el martes que viene lo podemos tener en nuestras manos, QUE GANAS!

Muchísimas gracias a todos los que me decís que escribo muy bien, sois geniales jajaja.

Bueno, espero que os guste este capítulo, el jueves o el viernes subiré el próximo y terminaré de subir la última semana de Noviembre probablemente.

Abrazos patito!

*Narra Pablo*

-Lo peor de todo- dice Alejandra limpiándose las lágrimas - es que estoy embarazada.- suelta haciendo que abra la boca, vale, esto no me lo esperaba.

-¡Yo le mato!- es lo primero que digo al oír la confesión de Alejandra. Ahora mismo no entiendo a Salva, nunca había sido así, y ahora, la semana después de casarse, le pone los cuernos a su mujer, a su mujer que está embarazada.

-Tranquilo- dice Val poniendo sus manos en mi pecho para relajarme- arreglaremos esto- mira a Alejandra- tú ahora descansa, ¿quieres un té?

Ella asiente.

-Voy a prepararlo, y tú.- dice cogiéndome de la mano- te vienes conmigo para que te cure eso- dice mirando a mis nudillos sangrientos. No sé que me había pasado, había mucha rabia dentro de mí, no suelo ser alguien violento, pero él es mi hermano y nunca pensé que sería capaz de hacer eso. Por lo que después de haberle dado un puñetazo a su cara, golpeé la pared un par de veces. No podía ver a Alejandra así, no después de que Mario hiciera lo mismo con Valeria. Toda mujer merece ser respetada, y lo que Salva le ha hecho a su mujer ha dado mucho a entender.

-Siéntate- me ordena Valeria ya en la cocina señalando un taburete- ahora vengo.

Sale de la cocina y me pongo a buscar en los armarios en busca de una cacerola para calentar el agua. Encuentro una en un armario debajo de la encimera, la lleno de agua y la pongo en la Vitrocerámica. Al momento viene Valeria con agua oxigenada y algodón.

-Pablo, siéntate-me repite. Hago lo que dice y ella se sienta en el taburete de al lado. Me coge la mano derecha, que es la que peor tengo, y empieza a acariciarme los nudillos suavemente. Un gesto que hace que me muera de amor por ella, olvidándome de la rabia que tenía acumulada hace unos minutos.

Coge un poco de algodón y lo moja con agua oxigenada, y empieza a limpiarme los nudillos, tan delicadamente, como con miedo a hacerme daño. Está tan concentrada en hacer su trabajo que casi no oye lo que la digo.

-Te quiero-es algo que siento desde que la conozco, pero que no he sido capaz de decirla, pero ahora viéndola tan preocupada por mi, ha hecho que confiese mis sentimientos por ella.

En Brazos de Él (Pablo Alborán)Where stories live. Discover now