Capítulo 14: "¿Quién ha dicho que se haya acabado ya?"

2.3K 110 6
                                    

*Narra Valeria*

-Ponte este - Casilda me enseña el tercer vestido, la verdad es que había pasado poco tiempo con la hermana de Pablo, pero me parecía una persona genial, ah, y estaba completamente loca. Como Salva, ella también se parecía a Pablo, al menos en la cantidad de lunares que tenía, porque por otro lado, su pelo y ojos eran mas oscuros que los de Pablo. El vestido que Casilda me deja es un vestido negro de palabra de honor bastante ceñido aunque tiene las mangas y el cuello de encaje.

-Sigo pensando que es demasiado- le digo.

-Vas a tener una cena romántica con tu novio, no vas a ir en vaqueros-

-Vale- termino cediendo, la verdad es que me había traído mucha ropa para estos tres días y el vestido de Casilda era la mejor opción.

-¿Tienes tacones negros?- pregunta y asiento. -Ve a por ellos.- salgo de la habitación en la que duermen Casilda y Sofía y me dirijo a la habitación que comparto con Pablo para coger mis tacones negros favoritos; cuando vuelvo, ella ya tiene todo el maquillaje preparado, todo colocado perfectamente en un comodín con espejo.

-Ponte el vestido- ordena. Suelto una leve carcajada y hago lo que me dice.

-¿No crees que es demasiado ajustado?- pregunto tras ponérmelo, es ajustado hasta la cintura y luego libremente hasta la mitad de mis piernas.

-Te queda incluso mejor que a mi.- sonríe.- Y ahora quédate quieta.- dice cogiendo las sombras de ojos.

-Intenta no pasarte, no me gusta ir maquillada de forma excesiva-

-Tranquila, vas a quedar preciosa.- ella vuelve a sonreír, y al parecer eso de sonreír todo el rato es algo de familia. Después de 10 minutos y de notar muchos pinceles en mi cara, Casilda finalmente habla -Ala perfecta, déjame que te rice el pelo-

-No,no,no, el pelo ni me lo toques. Encima, ya lo tengo rizado- mi pelo era bastante raro ya que si no me lo secaba se quedaba ondulado. Pero si me lo secaba se quedaba liso, y hoy por la mañana, antes de venir, había decidido dejármelo mojado ya que hacía mucho calor.

-Está bien- dice cerrando el rímel y dejándolo en su sitio-A ver ponte los tacones- me pide Casilda, y me ayuda sujetándome de ambas manos y me los pongo. Amo llevar tacones, el mundo se ve mucho mejor con tacones.

-Estas guapísima.

-¿Valeria estas ya?- oímos gritar a Pablo desde el salón.

-¡Ya baja!- grita su hermana de vuelta- Toma el bolso- cojo el bolso que me ofrece que mas bien es una cartera grande.-¿Llevas todo? - asiento- ¿El móvil, el monedero, condones? - levanto una ceja ante lo último que ha nombrado, no me voy a acostar con Pablo, ni hoy ni nunca.

-¿Qué?- pregunta riéndose.

-Nada déjalo- Casilda se despide de mi abrazándome fuertemente y bajo las escaleras despacio ya que estos tacones no me permiten bajar más rápido. Agradezco que solo Pablo y Casilda estén en casa ya que así me ahorro que los demás hagan comentarios sobre nosotros.

Bajo finalmente las escaleras donde me encuentro con un Pablo vestido de traje mucho más guapo que la última vez que vino a mi casa a cenar. No debería estar pensando en eso, pero lleva una camisa blanca con los primeros botones desabrochados y una americana negra al igual que sus pantalones.

-Estás preciosa- sonríe.

-No sigas por ahí- le sonrío, necesito que estos tres días sean totalmente sin sentimientos, y no está empezando bien. Aunque he pensado que debería ser mas flexible con Pablo, al fin y al cabo estuvo esa noche en mi habitación cuando mas lo necesitaba y soy yo la que lo está haciendo todo mal con él.

En Brazos de Él (Pablo Alborán)Where stories live. Discover now