Capítulo 7: "¿Cuándo pensabas decirlo?"

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Hugo en la multimedia *-*

*Narra Valeria*

Después de echar a Pablo de mi habitación, me lavé un poco y me vestí, decidí ponerme un vestido sencillo veraniego y unas sandalias planas, al fin y al cabo no íbamos a salir de casa. Bajé abajo y vi que la mesa ya estaba hecha así que no tuve que ayudar, ayudaría después a recoger, si es que Pablo no me lo impedía claro, ojalá se le olvide lo que le he prometido. Fui de la cocina al salón donde estaban todos y abracé a Hugo, me encantaba la relación que teníamos. Aprovecho para saludar a los padres de Pablo sin notar que él no deja de mirarme, algo que me enerva demasiado.

-¿Cenamos?- pregunta mi madre haciendo que todos asientan, me muero de hambre. Sigo sin entender el por qué de esta reunión, pero bueno, no me voy a quejar, rara vez mi madre hace tanta comida. Nos dirigimos al comedor y nos sentamos, yo al lado de Hugo y Pablo enfrente mía. Cuando todos tenemos la comida en nuestros platos empezamos a cenar, al parecer, todos estábamos muertos de hambre.

-¿Bueno Pablo, y tú a que te vas a dedicar?- pregunta mi madre entre plato y plato.

-Compongo canciones, estoy estudiando música- se pasa la mano por la nuca con timidez- y he encontrado una discográfica, así que el año que viene empezaremos a grabar un disco.

-¿Enserio? ¡Eso es genial! Dentro de nada te harás famoso.- dice mi madre como si la fama fuera lo más importante, y estoy segura, no sé por qué, de que a Pablo no le gusta nada la fama.

-En realidad ese no es mi objetivo.- explica con humildad.- Yo solo quiero que la gente vea mi trabajo, y que le guste, la fama es lo menos importante.- lo sabía, al parecer, no era tan difícil ver como pensaba Pablo.

-Le tenéis que oír, canta genial- alardea Elena y no puedo evitar sonreír.

Pablo mira a su madre con timidez y luego fija sus ojos en mí, así que bajo las comisuras de mis labios. ¿Pablo cantaba y componía sus canciones? Eso es adorable. La verdad es que s...NO, no lo es, Valeria, céntrate, céntrate

-¿Hugo, tú estas en la Universidad, no?- pregunta Salvador, hablando por primera vez. ¿De verdad iban a sacar este tema en la cena? Realmente odiaba que el tema de conversación se centrara en los estudios.

-Si, ya voy por mi segundo año de arquitectura, ahora estoy haciendo cursos de verano hasta que vuelva a la Universidad.

-¿Y la harás aquí, en Málaga, no?- pregunta Pablo. Hugo tan solo asiente.-¿Y tú Valeria, empezaras aquí la Universidad también?- pregunta Mr ojos marrones de nuevo. ¿Por qué serán tan cotillas en esta familia? Odio pensar así de ellos, sé que no lo hacen con esa intención, pero es que me estoy poniendo nerviosa, no sé que va a pasar cuando terminemos de cenar.

-Si, Valeria tam....- empieza mi madre a decir al ver que no respondo, pero la corto antes de que termine la frase, oh no, me van a matar.

-No, no la haré aquí, la haré en Madrid- noto como su expresión cambiaba a una mas...¿triste? ¿Y a este que coño le pasa ahora? En realidad había sido una respuesta impulsiva.

-¡¿Qué?!- preguntan, bueno gritan, todos los miembros de mi familia.

-Bueno, pues eso, que al final me lo he pensado y quiero hacer la Universidad en Madrid. - digo moviendo los guisantes de un lado a otro del plato.-Y antes de venirnos para aquí, echamos las matriculas en Madrid y en Málaga, por si acaso, ¿verdad Mamá?- pregunto alzando una ceja hacia mi madre, ella tan solo asiente con la cabeza agachada. Estoy segura de que se ha arrepentido de haberlas echado.

-¡¿Y donde vas a vivir?!- grita mi padrastro. Desde lo de Mario, empecé a mirar pisos en Madrid, ya que no quería ni vivir en Málaga ni estudiar en esta Universidad, no quería volver a verle, demasiados recuerdos...

-He estado buscando pisos y...- no termino la frase. Salvador y Elena posaban sus miradas de mi madre a mi padrastro y de mi padrastro a mi. Mientras que Pablo me seguía mirando con decepción.- A demás me dijisteis que si sacaba buena nota en la selectividad podría elegir la Universidad que quisiera, y eso he hecho.

-¿Ya tenías todo planeado? ¿Cuándo pensabas decirlo?- pregunta mi padrastro aun molesto, tanto que podría salir humo de sus orejas.

-Creo que es mejor que habléis de esto luego- susurra Hugo calmadamente. A veces parece el más decente de la familia, y probablemente lo sea.

Mi padrastro y yo asentimos y seguimos con la cena, aunque ya no tengo tanta hambre, el recuerdo de Mario hace que tenga ganas de vomitar. La cena transcurrió en silencio entre nosotros, aunque los padres de Pablo y los míos hablaban de otros temas, que sinceramente no me importaban, yo no levanté la mirada del plato en ningún momento, porque sabía que si lo hacía me iba a encontrar con esos ojos marrones.

Eran las 12 de la noche cuando decidí irme a la cama ya que mañana tendría que madrugar para ir a trabajar. Los padres de Pablo y los míos estaban en la cocina bebiendo vino, probablemente acabarían borrachos, y Pablo y Hugo estaban hablando de sus cosas, por lo que me sentía un poco intrusa. Me despedí de Salvador y de Elena y me dirigí a subir las escaleras hasta mi habitación cuando oigo unos pasos rápido acercándose a mi, mierda, la verdad es que se me había olvidado. Estoy a punto de subir las escaleras corriendo cuando habla.

-No te vas a librar de mi tan pronto- dice alguien agarrándome de la cintura haciendo que se me pongan los pelos de punta, al sentir su piel contra mi piel... Aparto ese pensamiento de mi cabeza.

-¿Qué quieres?- pregunto aunque sé perfectamente la respuesta, tenía la esperanza de que se hubiera olvidado.

-Tenemos una conversación pendiente- sonríe de medio lado- me lo prometiste.

En Brazos de Él (Pablo Alborán)Where stories live. Discover now