Capítulo 11: "Tú eres mejor."

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*Narra Valeria*

-¿Qué pas...?- pregunta Pablo. Directamente no pienso, rodeo con mis manos su cuello, me pongo de puntillas y le beso, al principio se queda quieto, pero luego rodea con sus brazos mi cintura y me sigue el beso. Cierro los ojos y me dejo llevar por su boca hasta que alguien hace que paremos.

Me separo de Pablo y veo como me mira sorprendido, se relame los labios haciendo que me sonroje, no entiendo por qué, he hecho esto antes con otros tíos. A demás, lo que acaba de pasar ha sido un beso sin sentimientos, ¿verdad? Le miro una última vez y me giro para ver a la persona a la que nos había hecho parar y me encuentro con Natalia. Mario al parecer ya no está.

-Pensé que no erais nada- dice Natalia, ¿si no hubiera llegado Natalia habríamos seguido besándonos? ¿qué habría pasado? ¿Me ha gustado el beso? ¿Le ha gustado a él el beso? Me gustaría poder pegarme un puñetazo.

-Y no lo somos- contesto.

-Bueno, si tu lo dices...- está claro que no nos cree, normal, nos acaba de pillar besándonos.

Estuvimos un rato andando hasta que encontramos el Zara, que según Pablo era mejor que otras tiendas, pero obviamente más cara. Estuve probándome varios vestidos del mismo color o parecido al color de la corbata de Pablo, que era de un azul eléctrico. Después de probarme vestidos con escotes que llegaban hasta el ombligo, que no gustó ni a Pablo ni a Natalia, me probé un vestido azul de palabra de honor que era ajustado hasta debajo del pecho donde estaba sujeto con piedrecillas plateadas y luego acababa suelto hasta los tobillos. Es bastante largo, no estoy acostumbrada a este tipo de vestidos, pero al parecer queda bastante bien. A demás, con unos buenos tacones, quedaría precioso. Salgo del probador, y me acerco a la sala donde están Natalia y Pablo tirados en el sofá. Pablo al verme se reincorpora en su sitio y apoya sus brazos en sus rodillas inclinándose hacia delante.

-Estas guapi...- empieza a decir Pablo.

-No termines esa frase- digo mirándole. Él tan solo sonríe.

-Me quedo con este- miro hacia abajo, mirando el vestido que llevo puesto, aunque debería de haber mirado el precio antes de haberlo dicho.
Natalia y Pablo asienten de acuerdo con mi opinión, bueno, al parecer les ha gustado tanto como a mi.

-Voy a cambiarme, esperadme fuera-entro de nuevo al probador. Me quito el vestido y lo cuelgo de la percha en el que venia y me pongo de nuevo el vestido que había traído. Cuando salgo del probador le entrego delicadamente el vestido a la dependienta y ella lo mete en una caja con un lazo, algo demasiado sofisticado simplemente para un vestido, pero no digo nada.

-Toma- le ofrezco mi tarjeta de crédito.

-Ya lo han pagado- dice rechazándola.

-¿Cómo que ya han pagado el vestido?- pregunto mientras ella me ofrece una bolsa con la caja dentro.

-Ese caballero lo ha pagado- hace un gesto con la cabeza señalando a Pablo que está fuera de la tienda charlando con Natalia. Genial.

Salgo de la tienda y me dirijo a Pablo, estoy muy cabreada, no me gusta que la gente me compre cosas,  y menos gente que no conozco mucho. No quiero que piense que puede ganarse mi confianza comprándome cosas, no soy de ese tipo de chicas.

-¿Cuánto te ha costado?- pregunto sacando la cartera, de nuevo.

-Es un regalo- Pablo sube los hombros inocentemente.

-No quiero ningún regalo tuyo- afirmo. Veo como Natalia sigue la conversación con la mirada, en otro momento me habría parecido gracioso, pero no ahora.

-Es la boda de mi hermano, así que te lo vas a quedar- termina Pablo con la discusión.

-Vale-en realidad paso de seguir malgastando tiempo discutiendo con él- voy a comprar los zapatos.- digo secamente, y pensar que nos hemos besado hace horas.

-¿Te esperamos en el starbucks?- pregunta Pablo. Asiento y ellos se dirigen a mi cafetería favorita mientras yo ando en la otra dirección.

Entro en la primera tienda de zapatos que encuentro y cojo unos tacones altos sin pensármelo mucho, mi intención es estar alta pero mas bajita que Pablo.

Pago los tacones plateados como las piedras del vestido y salgo de la tienda, en realidad comprar zapatos es lo único que me gusta hacer cuando voy de compras, pero el hecho de que Pablo me haya regalado el vestido me ha puesto de mal humor, y quiero irme ya.

Llego al starbucks y veo como Pablo y Natalia, ¿coquetean?, al parecer le está dando su número de teléfono a Pablo... Interesante.

Me siento en la única silla vacía, al lado de Pablo, y al otro lado Natalia, es decir, justo en medio de la parejita.

-¿Frapuccino de Fresa, no?- dice Pablo ofreciéndome el vaso largo de plástico con mi bebida favorita y mi nombre escrito en él.

-Espera, ¿Cómo...?- como sabe Pablo que este es mi batido favorito.

-Tengo contactos- sonríe. Voy a matar a Hugo.

~~~~~~~~~~~

-¿Oye, lo del beso...? -pregunta Pablo arrancando el coche para salir del centro comercial.

-Ah si... Lo siento, vi a Mario acercándose y...- me muerdo el labio, cosa que hago cuando estoy nerviosa, él en estos momentos me está poniendo nerviosa, ya que tenía la esperanza de que no fuera a sacar el tema.

-Entiendo...no hagas eso- pide soltando mi labio inferior de entre mis dientes con sus dedos. Giro la cabeza y miro por la ventanilla. Ya estábamos llegando.

-Sin sentimientos.- digo refiriéndome al beso, no quiero que lo haya malinterpretado.

-Sin sentimientos.- afirma justo cuando para el coche en frente de mi casa.

-¿Y tú con Natalia?- le pregunto antes de abrir la puerta para salir.

-Nada-

-He visto que te ha dado su número- digo con un pie fuera del coche.

-Ohh ¿Estas celosa?-se ríe.

-No- "" dice mi maldito subconsciente. Salgo del coche y cierro la puerta detrás de mí, él tan solo baja la ventanilla de la puerta que acabo de cerrar.

-No deberías estarlo, tú eres mejor- me guiña un ojo, y arranca en dirección a su casa.

En Brazos de Él (Pablo Alborán)Where stories live. Discover now