6. Vuelo

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Laura

— Papi dijo que nos quería. — dice Maddison, cuando estoy armando nuestras maletas.

— ¿Ah si? — pregunto.

— Me ha pedido perdón y dijo que nos quería... ¿Ahora estará con nosotras?

— Lo siento, princesa... Pero no. No hay nada mal contigo, ya lo sabes, pero tu papá no puede estar en nuestras vidas y nosotras estamos bien sin él, ¿verdad?

— Si, mami... — murmura, sentada en la cama.

Suelto un suspiro y me agacho a su altura.

— ¿No extrañas Inglaterra? ¿No extrañas Londres y a tus amigas?

— No tengo amigas...

La miro extrañada. — ¿Qué? Pero si...

— Me tiraron del pelo y se rieron de mi porque no tenía papá. Ahora tienen una nueva mejor amiga. — me interrumpe, a punto de llorar.

— ¿Era por eso que fuiste con Ross en la boda de tu tía? ¿Para que fuera tu papá? — asiente. — Cielo, ¿por qué no me dijiste lo que esas niñas te hicieron?

— Porque me daba vergüenza...

— Escucha, Maddie... Tal vez no tengas a tu papá presente en tu vida pero, ¿sabes qué tienes y ellas jamás lograrán tener? Una mamá que te ama tanto que deja de lado su trabajo por pasar al menos cinco minutos contigo, que su única prioridad es tu felicidad. Te fallé con el asunto de tu padre, pero intento dar lo mejor de mi para llenar ese vacío. Sé que no es lo mismo, que tal vez necesites a Ross... Pero me tienes a mi, princesa, y te juro que jamás me iré de tu lado.

Ella sonríe ampliamente y me abraza con fuerza, le correspondo el abrazo con mis ojos llenos de lágrimas.

— Somos nosotras contra el mundo... — susurra.

La miro y le sonrío. — Somos nosotras contra el mundo. — afirmo.

— No necesito a Ross, estoy bien contigo.

— Me alegro. Tal vez, el día de mañana Ross decida que no puede vivir sin ti porque eres demasiado especial y sea tu papá. Pero si eso no sucede, tampoco importa. Estás rodeada de muchas personas que te aman y te aseguro que jamás te faltará amor ni felicidad.

— Gracias, mami. Eres la mejor.

— Ahora... Ya he terminado de empacar, ¿qué te parece si hacemos una maratón de Toy Story hasta que sea la hora de irnos?

— ¡Si! — exclama emocionada y se acuesta en la cama.

Ruedo los ojos riendo y no tardo ni cinco minutos en acostarme a su lado. Ella apoya su cabeza en mi pecho y yo la abrazo con fuerza, mientras acaricio su cabello.

Maddie estaba entretenida con la película, pero yo no dejaba de darle vueltas al asunto de su padre. Tenía miedo de que el día de mañana la lastimara, que la hiciera quererlo para después dejarla y decepcionarla.

Era consciente de que me estaba proyectando en Maddie, pero no podía evitarlo. Yo no me pude salvar del sufrimiento que él me provocó, pero podía salvar a mi hija.

Tras una larga maratón, Maddison se queda dormida y mi celular comienza a sonar. Me levanto con cuidado y salgo de la habitación para atender la llamada.

— Realmente lo siento... — murmura Rydel.

— Confié en ti. Te dejé a mi hija y cuando llego la encuentro en brazos del hijo de puta de tu hermano. — digo, enojada.

Losing YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora