22. Despedidas

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James

Tras terminar la reunión, me excuso con Laura y me marcho de la empresa. Ross la llevaría a casa, ya que ella había venido con mi auto. Camino sin rumbo fijo, hasta que me encuentro con un hermoso parque.

Suelto un suspiro y me siento en uno de los bancos que daban al lago, antes de tomar mi celular y hacer una llamada.

— ¡James! ¿Cómo estás? — me pregunta Abby, cuando atiende.

— Abby... Necesito decirte algo y quiero que me ayudes... — murmuro.

— ¿James? ¿Está todo bien?

— Laura no volverá conmigo a Inglaterra, se quedará aquí. Necesito que tú te ocupes de mi testamento, que le dejes a Maddie y Laura suficiente de mi dinero para que puedan vivir tranquilas, el resto es para mi madre y la empresa le quedará a mi hermano. Te pido que tú te ocupes porque no quiero que nadie lo sepa. — le pido, y mi voz se quiebra.

— James... ¿De qué hablas? ¿Qué sucede? — pregunta, a punto de llorar.

— No se lo puedes decir a nadie, Abby, ni siquiera a Noah... Tengo cáncer, y está demasiado avanzado como para poder hacer algo. Me negué a hacerme estudios cuando sucedió lo de mi padre y ahora ya no hay nada más que hacer...

— James... — solloza. — Lo siento tanto... No puedes morir solo. Díselo a Laura, sé que ella te ama y estará contigo en tus últimos momentos.

— No quiero... No quiero preocuparla y atarla a mi, no corresponde. Ni siquiera mi madre lo sabe, se lo diré cuando sepa que ya no queda más tiempo. Por favor, Abby... Sé que esto es difícil, pero tienes que ayudarme.

— Lo haré... Guardaré tu secreto y ya mismo haré ese testamento. No es justo, no puedo creer que esto te pase a ti... Has sido increíble con todos nosotros.

— Son cosas que pasan, Abby, pero no me voy triste. He amado y sido amado, tuve una asombrosa niña que cuidé como si fuera mi hija, las personas que amo están bien... He vivido, Abby, poco... Pero lo he hecho y estoy feliz por haberte conocido.

— No sé qué haré sin ti... ¿Cuánto te queda?

— Dijeron que tres meses... No sabes lo mucho que me ha costado fingir que me siento bien. Me dijeron que quieren internarme para al menos sedarme o tratar que sea lo menos agonizante posible.

— Estaré contigo... James, no puedo dejarte morir solo.

— No quiero que nadie se ocupe de mi. Abby, tú tienes tu trabajo y estás intentando ser madre, no puedes estar en un hospital todo el tiempo. Noah está con sus juntas y tratando de ganarse la empresa de su padre. Laura está lidiando con un amor del pasado y debe ocuparse de Maddie. Mi madre aún no supera la muerte de mi padre, no puedo hacer que pase estos meses en un hospital viendo a su hijo morir. Mi hermano tiene que ocuparse de la empresa, sacarla adelante. Estaré bien, te lo prometo.

— Podemos dejarlo todo... Podemos hacerlo por ti. Por favor, James...

— No, Abby... — susurro. — Te lo agradezco, pero este es el fin. Nos veremos el último día, porque no quiero que nadie se quede con la culpa por no haberse podido despedir de mi.

Me cuesta no quebrarme. No llorar en este momento. Saber que te vas a morir, que tus días están contados, era una sensación realmente difícil de explicar. La angustia, impotencia y el miedo se mezclan. Era un desastre.

— De acuerdo... Te amo, James. Gracias por todo... Te mantendré informado... — murmura, llorando.

Sonrío levemente. — Adiós, Abby.

Losing YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora