Capítulo 20

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Alice se pasaba la mano por la cara, agotada, en completo silencio. 

Bueno, ella estaba en completo silencio... los demás vociferaban sin parar, interrumpiéndose unos a otros. 

Trisha gritaba a Davy. Davy gritaba a Trisha. Rhett gritaba a los dos. Charles se reía y metía cizaña. Jake los miraba con los ojos desorbitados.

Y Alice... ella solo intentaba no matarlos a todos. Cerró los ojos un momento, apoyando la frente en la mesa. Iba a necesitar paciencia.

—¡No podemos dejar que se acerquen ni un metro más! —espetó Trisha—. Deberíamos organizar un grupo pequeño e ir a por ellos. Aprenderían la lección.

—¿A por cuál de ellos? —Rhett enarcó una ceja.

—Los de la Unión son el objetivo fácil —observó Charles—. Relativamente, claro. Al menos, sabemos cómo funcionan. Los salvajes, en cambio... son terreno desconocido.

—¡Salvajes! —Davy los miró como si se les hubiera ido la cabeza—. ¡Son ellos los que deberíamos quitar del camino primero! Los de la Unión podrían destruirnos si quisieran.

—No lo han hecho, ¿no? —Trisha enarcó una ceja.

—¡Porque Alice tiene a su jefe amenazado! Pero ¿crees que eso será para siempre? Van a intentar robar lo que sea que guardemos aquí. Y luego nos matarán a todos.

—Eres tan positivo —Charles sonrió—. Escucharte da esperanzas a mi vida de mierda.

—¡Lo que está claro es que no podemos quedarnos de brazos cruzados! —exclamó Trisha—. Tenemos que ir a por uno de ellos. O a por los dos. Pero algo hay que hacer.

—¡Somos muy pocos! —Rhett frunció el ceño.

—¡Tenemos refuerzos!

—Todos los humanos nuevos que eran mínimamente buenos en algo se fueron con Max. Y no pienso poner nuestras vidas en manos de androides que no han sujetado una pistola en su vida.

—¿Y cuál es tu gran plan, Rhett? —preguntó ella, frunciendo el ceño.

—Para empezar, calmarnos.

—¡Yo estoy calmada!

—¡Estás gritando!

—¡NO ESTOY GRITANDO!

—¡ESTÁS GRITANDO!

—Me encanta esto —Charles se reía tranquilamente.

—Si Max estuviera aquí, esto no estaría pasando —murmuró Davy.

Silencio. Alice vio que Rhett se giraba lentamente hacia él.

—¿Te crees que la ausencia de Max ha influenciado en algo?

—Es obvio que, ahora mismo, no nos ven como una amenaza, ¿no? —dijo Davy.

—Max es el líder de la ciudad, no la ciudad entera —le frunció el ceño Rhett.

—¡Él sabría qué hacer! ¡Esto es una mierda! ¡Nos intenta atacar todo el mundo y no podemos defendernos de ninguna forma porque no tenemos líder!

—Tienes a tu líder sentada a tu izquierda , así que cuidado con lo que dices —Rhett se inclinó hacia él mortalmente serio.

—¿Alice? ¡Si no tiene ni idea! ¡Somos cinco idiotas contra dos ejércitos! ¡Estamos perdi...!

Todo el mundo se calló cuando Alice golpeó la mesa con el puño haciendo un ruido que reverberó en la mesa. Todos los cuellos se giraron hacia ella al instante.

Ciudades de Humo (¡YA EN LIBRERÍAS!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora