Bullet in Bite (l.s) [EN EDICIÓN]

Capítulo 17 [✓]

Pasado

Cinco de mañana, nueve de agosto, dos mil catorce

Brighton, Inglaterra.

El alfa se encuentra en el hospital, un doctor está atendiendo al omega.

Lleva varias horas inconsciente y le está comenzando a preocupar el estado de este, no se ve para nada bien, de hecho, cada vez se ve peor. 

—Bueno...— dice el médico terminando de curar las heridas del omega —La ventaja es que sus heridas no estaban infectadas al menos— repasa el expediente —Pero debería dar informe a la policía o parecerá que usted fue el causante del mal que le ocurrió al omega.

El alfa asiente —Claro, gracias.

—Este suero lo mantendrá sedado unas horas, cuando despierte sea cuidadoso, no lo altere— pide..

Zayn asiente —Claro.

 El médico termina de dar sus indicaciones y se retira.

El alfa toma la mano del omega —Vas a estar bien, te lo prometo— menciona mientras el cabello rubio del omega cae sobre su frente.

Se ve mal y demacrado, a veces Zayn siente las emociones de este por su lazo, le preocupa su estado pero le preocupa más no poder hacer nada para ayudarlo.

Pobre omega.

Zayn tampoco se siente bien, está mareado y enfermo, Niall lo tiene enfermo, todo porque él está mal, el alfa sólo desea que él despierte y no le odie.

También ha pensado en Louis pero el estado moribundo de Niall lo tiene más ocupado.

. . .

Alrededor del medio día, el omega comienza a moverse un poco, el alfa aprieta el agarre de su mano y presta atención. 

El omega abre sus ojos turquesas y voltea a ver a todos lados.

—¿Dónde estoy? ¿Qué hago en un hospital? ¿Qué me pasó? ¿Quién es este hombre?— pregunta exasperado, está sumergido en confusión. 

El hombre mantiene su mirada en el muchacho y lo toca —Tranquilo, no te haré daño.

El omega por alguna razón se enfada —Suéltame, no me toques, no te conozco— está bastante enojado a decir verdad.

—Hey tranquilo, no te lastimaré— besa su mano.

El omega está hecho una furia —Mira señor, no me toque, no sé quién demonios eres ni qué hago acá, así que limítate, mantén el espacio conmigo— limpia su mano en la sábana.

—Omega, no tengas miedo, soy tu alfa.

El omega ríe sarcásticamente —¿Disculpa?— lo mira confundido —Ni en tus sueños— intenta apartarse del alfa —Ahora quítate, ya me voy de aquí— el omega pone sus pies en el suelo y se quita la vía de sangre de su brazo.

El alfa abre sus ojos asustado —¡No! ¿Qué haces?— vuelve a sentar al omega en la camilla—No te puedes ir aún y menos así.

El omega alza su ceja—Dejemos algo en claro, tú no me dices a mí qué hacer, así que recoge las asquerosas feromonas que estás soltando junto con tu poca dignidad y aléjate de mi.

—Soy tu alfa— dice colmado de su paciencia.

—Primero, no eres nada mío, segundo aunque lo fueras, ¿Qué te hace pensar que con esas tres palabras yo te voy a obedecer?— ríe ahora hablando consigo mismo —Quien lo viera a ese atrevido, ni a mis papás les hacía caso y este imbécil piensa que le voy hacer a él— se levanta de la cama y se pone sus zapatos —Nos vemos— sonríe burlonamente y sale del cuarto.