Capítulo 7

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Bajé de el auto mirando la casa delante de mi, cubierta de la humedad que era común por las continuas lluvias, su fachada era blanca con los ventanales transparentes decorados con cortinas floreadas en su interior, mis padres estaban caminando delante de mi, entrando a la casa.

Las paredes en tonos claros y pasteles amarillentos cientos de fotos familiares decorando las paredes y algunos muebles junto con algunas plantas adornando los espacios, mi abuela estaba en la cocina me invadió de inmediato el olor de su comida casera, todo organizado y esa abrigadora sensación hogareña - mi niña, como estás? - era lenta, su cuerpo ya no era como antes pero hizo su mayor esfuerzo para caminar hacia mi y sentir ese abrazo fraternal y amoroso.

- como estás abuela, como han estado tu y el abuelo?.

- muy bien cariño, hemos estado muy bien y tu? Cómo va la escuela? Y tus amigos?.

- bien, he estado muy bien.

- linda, escuché la noticia.

- oooh - después de decir eso guarde silencio, mis padres no estaban con nosotras ellos estaban en la sala - abuela yo...

- tranquila, estás bien eso es lo que me importa.

Desde ese día empecé a pensar en muchas cosas, todos me reprocharon lo que hice diciendo que lo mejor esa que me hubiera marchado, mis padres, compañero, amigos, maestros recordándome lo imprudente que había sido - abuela crees que hice mal en ayudarlo? No e parado de escuchar regaños diciendo lo tonta e irresponsable que fuí.

- te arrepientes de haber salvado a aquel chico? - no me veía cuando hizo la pregunta, ella seguía atenta en el platillo que estaba preparando.

- no, no me arrepiento.

- entonces hiciste muy bien cariño - se acerco y me dió unas palmaditas en mi mejilla - pero bueno, de verdad nadie te ha dicho que hiciste lo correcto?

Recordé unas palabras en particular de hace unos días “fue muy estúpido lo que hiciste pero fuiste muy valiente” sonreí con algo de tristeza - solo un chico.

- bueno ya es alguien, recuerda cariño, una persona hace la diferencia - le puso la tapa a el sartén - muy bien esto ya está, solo hay que esperar a la comida vamos?.

- si, abuela.

Salimos de la cocina y me acerque a saludar a mi abuelo quien estaba en un sofá individual negro de piel, el era mayor que ella por 10 años y la edad ya lo estaba perjudicando, aveces olvidaba cosas insignificantes como lo que hacía o objetos que olvidaba dónde dejaba pero había ocasiones donde se agrababan las cosas, cuando no nos conoce, cuando no conoce a mi abuela.

Esa era la rutina de mis abuelos, tenían días buenos y días malos pero aveces los días malos se volvían terribles.

- Mikasa me acompañas a mi habitación.

- si abuela.

La ayude a llegar a su habitación, su caminar era lento pero su charla era entretenida y me encantaba hablar con ella, se sentó en la orilla de la cama comenzó a sacar sus medicamentos de su buro, me sorprendió y me preocupo la gran cantidad de pastillas que consumía.

- abuela es bueno que tomes todo esto?.

- hay querida, llegas a una edad dónde tomas medicamento por qué te duele algo y luego tomas medicamento por qué el otro te esta haciendo sentir mal  - tomo un vaso de agua y se pasó sus pastillas - esto es normal hija tranquila, ven acuéstate.

Tomo un cepillo que sacó de uno de sus cajones, yo me acosté y puse mi cabeza en su regazo, empezó a cepillar mi cabello mientras me acariciaba y empezaba a tararear una canción que de inmediato reconocí, esa melodía era una que ella me cantaba en mi niñez, tantos años de eso, no pude evitar pensar en el tiempo.

No te enamores de el (Rivamika). Where stories live. Discover now