Capítulo 16

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La luna brillaba, ni siquiera me había dado cuenta de que estaba llena, miraba entre las cosas de Floch aliviada por encontrar el diario dentro, seguí hurgando, sacando una caja de cigarrillos, levanté mi miraba viendolo preguntándome si el fumaba.

Saque un cigarrillo y lo metí en mi boca, encendiendolo con el encendedor que encontré junto con la cajetilla, la nicotina estaba surtiendo efecto, dejando un estado parecido al dopaje pero no tan intenso, solo era lo suficiente como para hacerme sentir relajado el cuerpo sin embargo era evidente que era inexperta por las repetidas veces que me ahogué tosiendo en el proceso, expulsando agresivamente el humo de mi boca, era un sabor sumamente desagradable, producuendome algo de asco pero funcionaba al menos ahora el cadáver que estaba enfrente de mi no me preocupaba como minutos atrás lo hacía, seguí buscando entre sus cosas hasta encontrar un arma, era extraña a simple vista pero no tuve tiempo de seguir mirándola escuché el crugir de las ramas y de inmediato me alerté.

Regrese las cosas a la mochila, me la puse escondiendola de quién sea que estuviera apunto de llegar, ni siquiera me di cuenta pero por instinto me puse en alerta incluso cuando ya imaginaba de quién se trataba, aún asi me levanté empuñando la navaja.

- Mikasa - se sorprendió cuando me vio, no sabía cómo lucía pero podía imaginarlo, su mirada brillante acompañada de esa expresión de horror, no tenía ni idea de cuál era mi apariencia pero por su rostro podía imaginar como me veía, repentinamente apareció en frente mío, haciendo esa acción habitual, cubrió mis ojos con su mano, jamás me genero preguntas cuando hacia eso pero ahora esa era la primera pregunta que aparecia en mi cabeza.

- por qué haces eso?.

- Mikasa.

- siempre me preguntado ¿Me proteges de ver algo que no quieres que vea? O ¿Te da miedo que vea algo que no puedes evitar?.

- Mikasa - dijo de nuevo mi nombre, retire su mano, permitiéndome ver, jamás lo había visto tan preocupado, el me abrazó con fuerza, sentía como temblaba, no sabía por qué reaccionaba así pero yo igualmente lo abrace, me sentía en blanco, como si no pudiera reaccionar a nada, si alguien llegará con la peor noticia en ese momento a decirme no me importaria, como cuando un pequeño niño ve algo traumático y no es capaz de decir o hacer algo, así estuve un par de minutos hasta que caí en cuenta lo que había echo y quien era la persona que me abrazaba, comencé a llorar y le conté todo, lo que Floch me había confesado, la existencia de más vampiros y como lo maté, inevitablemente siendo muy detallada en esa parte.

- lo siento por todo - le dije tratando de hablar calmada sin embargo no podía dejar de llorar - lo siento.

- no tienes que disculparte de nada - habló secando mis lágrimas.

- no se que hacer ahora - me sentía perdida, no tenía un plan b y la verdad cuando lo hice no pensé en lo que sucedería después.

- primero lo primero ven - el se levantó y me extendió la mano acepté el gesto, me levanté y de repente ya estábamos en otra parte.

- quédate aquí, yo me encargo del resto, solo tranquilízate ¿si? Por favor no hagas ninguna locura - veía mi muñeca, la que el me había curado, sabía que era lo que recordaba y le preocupaba, a pesar de que ya no estaban las cicatrices no era tan fácil olvidarse de ellas.

Suspiré, quería entregarle ese consuelo que notaba que buscaba desesperadamente - cuendo regreses estaré aquí.

Sonrió pero parecía más una mueca, me confundió esa expresion pero antes de que pudiera preguntarle desapareció, mire a mi alrededor por el decorado y los cuadros de inmediato me di cuenta que estábamos en su casa, suspiré, repentinamente senti mi cuerpo pesado, un inmenso cansancio me atacaba justo ahora, quería sentarme pero no podía ya que si lo hacía esa pulcra sala que permanecía en perfectas condiciones quedaria lleno de sangre así que no lo hice subí las escaleras en busca de un baño, abrí algunas puertas mirando las habitaciones notando que está casa era más grande de lo que parecia hasta que al parecer había llegado a la habitación de el, donde había un espejo de cuerpo completo fue imposible para mí que apareciera una pregunta ¿Por qué había un espejo si el no era capaz de reflejarse? Sonreí por esa pregunta tonta que de repente pensé, me pare delante de el, estaba llena de sangre me veía como la única sobreviviente de una película de slasher, mi cara estaba completamente roja, con gotas de ese líquido, fresca aún escurriendo por mi rostro, no pude evitar poner una cara de sorpresa me dirigí a la puerta café oscuro que estaba al lado del closet, la abrí y encontré el baño, sin pensarlo me decise de mis prendas ensangrentadas, la mochila la dejé encima de la cama y me metí a bañar, al principio no hice nada solo permanecí parada mientras el agua caía en mi cuerpo mientras se llevaba la sangre y la tierra, pensaba en todo, el ser humano siempre tiende a imaginar “el que hubiera pasado si” poniendo dos o más opciones y siempre tiende a romantizar más la que no fue tomada ya que como no sabemos el futuro no sabemos si es buena o mala opción, justo ahora es lo que sucedía conmigo, solo creó diferentes escenarios dónde pude haber tomado una mejor decisión, dónde el vivía.

No te enamores de el (Rivamika). Onde histórias criam vida. Descubra agora