Lazos Benévolos © | Libro #15 | SAGA MALDITA

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Capítulo dedicado a todos los lectores. Agradezco enormemente sus mensajes de apoyo, espero no defraudarlos.

La primera pieza de un nuevo rompecabezas se había incorporado. Luego de convencer a su padre, despertar temprano aquella mañana para arreglarse y acompañarlo a la empresa, se sentía convencido que todo iba de acuerdo al plan de Celesstine.

—Señor Fickenscher, la reunión comenzará dentro de breve. Espero que posea todos los medios ya preparados —Lucas asintió frente al comunicado de la secretaria, quien una vez realizada su tarea de entregar el mensaje, se retiró de la sala de conferencias dentro del décimo piso de la compañía.

El ojiverde mayor se levantó de su respectivo puesto como la cabeza de la compañía, se dispuso a buscar dentro de su maletín los materiales que había preparado junto al disco duro que poseía la información de los datos a presentar, pero al no encontrarlos en el compartimento donde lo había guardado su rostro formó una mueca de desagrado. Su exasperación se amplió más aún al no poder localizarlo en ningún sitio de su maletín y al ver tanto a sus accionistas, jefes de departamentos, como socios ingresar a la sala. El peligris levantó su mano en señal de que le dieran un poco más de tiempo, dejándole únicamente en la compañía de su hijo otra vez.

—Christopher —el aludido giró su vista desinteresadamente de su celular hacia su padre. Intentando fingir que no sabía lo que ocurría—. Necesito que vayas a mi oficina en el onceavo piso, busques mi disco duro entre los cajones de mi gabinete y que me lo traigas de vuelta.

—¿Y si no lo encuentro? —alzó una ceja dubitativo, haciendo al hombre mayor mirarlo fijamente.

—Deberás ingresar a mi computador con mi identificación personal —sacó una tarjeta del bolsillo de su chaqueta grisácea y se la entregó—. La clave es aliquam unione, recuerda escribirla bien. Una vez hecho, debes recopilar todos los datos que encuentres en la carpeta de asociación cumbre Asia-Oceanía y guardarlo en un pendrive, tengo uno dentro del primer cajón de mi escritorio. Tráelo cuanto antes, es de suma importancia.

—Claro, no te preocupes. Lo haré —Chris le sonrió dispuesto a levantarse de su posición a la derecha de su padre, pero él le sostuvo el brazo antes de retirarse.

—Mírame, ¿recuerdas a tu madre? —los verdes ojos de Lucas analizaron con detenimiento la expresión de su hijo, quien de inmediato hizo un gesto de confusión y tocó su cien en señal de dolor.

—Yo... Uh... No estoy seguro, padre —continuó realizando expresiones de dolor como si le costara comprender de quién hablaban. Lucas soltó el agarre que tenía en su hijo mayor y asintió, haciendo que se retirara. Christopher tardó en recuperarse y caminó despacio hacia la salida.

Tanto su inseguridad en la postura al caminar como su paso, fue reemplazo en cuanto abandonó la habitación y se dirigía a la oficina de su padre. Aquello había sido una prueba rápida para averiguar si había recuperado sus recuerdos o no, Celesstine lo mencionó antes de comentar su plan, ya que Lucas poseía una astucia admirable y por lo tanto, le ayudó a fingir casi a la perfección un bloqueo mental. Al ingresar en la oficina, revisó los gabinetes como él le había pedido, no encontrando el disco duro por ninguna parte, lo cual era obvio, ya que existían infici trabajando en la empresa, quienes se encargaron de robar el disco duro mientras Christopher distraía a su padre. Se sentó al escritorio, sacando del primer cajón el pendrive y recopiló los datos que Lucas le había pedido, una vez completado se levantó siguiendo la orden de retirarse, pero antes de abandonar el lugar, su celular vibró con el mensaje de "listo".

El verdadero plan se llevaría a cabo ahora, uno de los infici había desactivado las cámaras dentro de la oficina y afuera de esta por todo el pasillo. Christopher volvió al computador, buscando rápidamente cualquier información importante enviándola a su propio disco duro una vez que lo conectó. No se sentía totalmente satisfecho con su búsqueda hasta que encontró una carpeta dentro del disco local, llamado "proceso de sustitución", el cual copió rápidamente. Al finalizar insertó los códigos que le habían entregado los informáticos de la organización de su madre, que consistía en darle un acceso a los datos almacenados que no podían visualizarse sin claves únicas, de esta forma desde los computadores de los infici podrían utilizar el computador de su padre sin que éste pudiera darse cuenta. Su celular vibró con el mensaje de alerta "cinco minutos", indicándole que debía cerrar todo y huir lo más pronto posible.

De esta forma lo hizo, volviendo a la sala de conferencias donde se encontraba su padre, le entregó el pendrive y le pidió retirarse, excusándose con sentir fuertes dolores de cabeza y mareos. El ojiverde sonrió complacido ante el estado de su hijo, haciéndole marchar. Apenas abandonó la sala, un tono peculiar se pudo escuchar, haciendo a Christopher contestar de inmediato.

—Todo se encuentra en orden. Tengo el acceso, necesito que dejes el disco duro en el macetero de la planta junto a la ventana del tercer piso —Christopher bajó las escaleras para acatar la orden encomendada—. Y revisar el subterráneo, creo descubrir quién es Oliver si vas a ese lugar con los códigos correctos para que puedas entrar.