Lucius

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Siento que ya no conozco a mi hijo...

-Lucius, querido, me pasas mis compras?  -hace unos minutos estábamos en el mundo muggle. Fue... Algo interesante de ver

-Claro querida -abri mi bolsa hechizada y saqué todas las bolsas. Draco había pedido muchos libros, su forro era grueso y la cantidad de páginas te hacían doler los ojos

-Draco si que pidió mucho -mi esposa miro la montaña de libros con un ligero dolor de cabeza -luego está esta cosa -mi hijo pido comprarle una lato? Mayo? No sabía como se llamaba esa cosa, pero era una de esas cosas muggles que es difícil usar, tambien había pequeños cuadros, con estampados de imágenes, decía disco musical -es raro que Draco halla pedido todo esto. De los libros lo entiendo pero esto... -narcissa agarraro las dos cajas de los objetos muggles

-Luego le preguntaremos a Draco

-Tienes razón, voy a ir a la cocinas

-Que? Para que? Si ya comimos!

-Lucius, querido, nuestro bebé aún no ha soplado las velas de un pastel. Tengo en mente algo especial, hablamos al rato!

No sabía que tenía en mente mi mujer. Lo que si sabía es que mi hijo estaba actuando raro. Y lo que más extrañaba era su anterior forma de ser, ese aire tranquilo que lo rodeaba me inquietaba.

Al anochecer Draco se acercó a mi estudio, sus cosas lo había dejado en la pequeña mesa de estar. Draco estaba emocionado hasta sonrió como solía hacerlo, mi corazón se contrajo de dolor. Por que ya no sonreía como lo hacía antes? Donde estaba el niño que trataba de llamar mi atención? Por que parecía que se había desvanecido mi hijo y ahora estaba un desconocido ante mis ojos?

-Papá -sali de mis pensamientos, me inquieta un poco tenerlo frente a mi -Gracias, papá. Te quiero mucho

Mi hijo se lanzó sobre mí y me abrazó, con esa grande sonrisa en su rostro.

Ni bien nos separamos, Draco tomo todas las cosas y se las llevo a su cuarto. Le dije que Narcissa lo llamaría más rato, mi hijo asintió con una sonrisa en su rostro.

Cuando se fue un sentimiento melancólico se instalo en mi pecho. Ya no estaba ese niño que sonreía, ya no estaba el niño que hacía berrinches, mi hijo había muerto hace un mes con cuatro días.

Es irónico porque anteriormente deseaba que Draco fuera más tranquilo y menos mimado pero ahora que se ha vuelto tranquilo y menos mimado, siento una gran perdida en mi corazón.

Los humanos somos egoístas, nunca es suficiente para nosotros. Draco siempre había sido el heredero que siempre desee pero jamás fue tan perfecto como lo quería, sino más tonto e idiota. Aveces me preguntaba porque no era el niño que tanto quería. Ahora que tenía el tipo de heredero que deseaba, no me sentía bien, me sentía triste. Porque mi hijo ya no era ese niño que alguna vez cargue.

A la hora mi mujer me llamo al comedor a través de winky, su elfina personal, fui al comedor. Donde mi radiante esposa estaba con una pequeña torta y una velitas encendidas sobre ella.

-Ven Lucius. Vamos a ver a sorprender al Dragón

Subimos al cuarto de Draco, abrí la puerta lentamente. Encontré a mi hijo ojeando uno de los libros muggles que le compre, al vernos entrar abrió la boca de sorpresa

-Feliz cumpleaños, mi amor! -Narcissa también sentía la perdida, lo sentía. Mi mujer había estado más tiempo con nuestro hijo y sabía que él había cambiado

-Gracias, mamá!

Draco se levantó y se acercó apagar las velas. Sus ojos estaban destellando felicidad, nos miro y ví un pequeño brillo que me hizo acordar al viejo yo de mi hijo.

Salimos del cuarto, Draco venía a nuestro lado y llegamos al comedor. Donde una de los elfos de la cocina trajo un cuchillo, platitos y cuchara para partir la torta.

Draco estaba feliz, eso era bueno.

Quizás... Quizás no debí desear un heredero perfecto. Quizás debí solo amar al hijo que ya tenía, y se... Que Narcissa también desea lo mismo.

Ambos queríamos que regresara el viejo Draco

Draco Malfoy y el mundo mágicoWhere stories live. Discover now