Ice and Fire - Traducción

Hombre Lobo

P.O.V LAUREN

Los ojos negros de la criatura nos miraba, reflejando la luna llena en sus pupilas, absorbiendo cada movimiento posible que nuestros cuerpos producían. Los enormes y afilados dientes se exhibían por toda extensión de su mandíbula y su saliva goteba entre sus rendijas. Sin embargo, sus colmillos estaban mucho más expuestos e intimidantes, haciendo que mi estómago temblara. Sus fosas nasales estaban infladas y su respiración agitada hizo que pequeños gruñidos escaparan de su garganta. Mi corazón latía con fuerza y temía cualquier movimiento repentino por parte del animal.

La criatura dio unos pasos hacia nosotras y yo instintivamente me coloqué frente a Camila. Podía sentir los dedos temblorosos de la latina apretando mi antebrazo con fuerza, manteniéndonos lo más cerca posible. De repente, el animal comenzó a dar vueltas a nuestro alrededor, como un león que rodea a su presa. Me propuse mantener el contacto visual, dejando muy claro a ese ser que no le temía y que acabaría con su raza si avanzaba. Aunque en realidad estaba temblando por dentro, pero él no necesitaba saberlo, ¿verdad? Además, no es como si algo así nunca me hubiera pasado antes. Honestamente, yo solo temía que algo le pasara a mi chica.

Sí, dije mi chica. ¿Ven lo que esa latina está haciendo conmigo?

Fui interrumpido por mis devaneos cuando el hombre lobo dio un paso adelante e inclinó la cabeza hacia atrás, haciendo que su aullido ensordecedor sonara a través del bosque. Sentí que me picaba la piel del antebrazo y me di cuenta de que Camila se había clavado las uñas allí por el susto. Mi semblante serio se torció en un ceño fruncido e involuntariamente gemí bajito por el dolor. Camila pegó un brinco, y me miró con sus ojos marrones rebosados de culpa y pesar. Pero antes de que ella pudiera decir algo para disculparse, un rápido movimiento frente a nosotras llamó mi atención. Empujé a Camila hacia atrás y tiré una estaca de hielo hacia el hombre lobo. La estaca le atravesó el hombro, ralentizándolo por unos segundos.

- Camila! Ve por Ally, yo me ocuparé de él, ¡sal de aquí! - Dije mientras el animal se retorcía para deshacerse de la estaca, dándonos suficiente tiempo para actuar, solo quería que ella se fuera.

- ¡De ninguna manera te dejaré aquí sola, Jauregui! - Ella respondió, estabilizando sus pies al suelo para que no pudiera alejarla.

Ella se cruzó de brazos y apretó los labios mirándome. Estaba muy claro que ella no saldría de allí ni arrastrándola. Odio que Camila sea así de terca carajo!

- Es peligroso, vete! - Traté una vez más empujarla hacia el bosque, pero de nuevo no se dejó llevar y clavó los pies en el suelo.

- Ya te dije que no me muevo de aquí! Estás sorda? - Resoplé impaciente y la fulminé con la mirada.

- ¡Este no es el momento para comportarte como una niña berrinchuda, Camila! ¿Te cuesta hacer lo que te pido al menos una vez? – Lo dije antes de siquiera poder reflexionar sobre las palabras que salieron de mi boca, pero ya era demasiado tarde.

En ese momento ni siquiera pensé ni me arrepentí de lo que dije, estaba enojada por ella no haber escapado en cuanto pudo. Pero la mirada que me lanzó en ese momento, hizo que cada célula de mi cuerpo hirviera y ardiera. Su mandíbula estaba tan apretada que pude ver la vena de su cuello tensar por el esfuerzo. Sus ojos chocolates contenían un hilo de dolor, antes de que el tono negro y sombrío se apoderara de toda la capa que tanto amo. Vi a la indefensa y dulce chica convertirse en una mujer peligrosa e intrépida en cuestión de segundos y todo por culpa mía!

Sus puños se apretaron con fuerza mientras la criatura aullaba y avanzaba hacia nosotras. Un enorme muro de fuego se levantó entre nosotras y el hombre lobo, alejándolo por unos segundos más. Y ella lo hizo sin apartar sus ojos de los míos en ningún momento. Lo que solo me dio tiempo para hacer clic en mi crucifijo y activar la hoja celestial de mi espada, ya que el hombre lobo ya había dado la vuelta y saltó sobre las llamas a pesar de que Camila nos había rodeado con ellos.