25 de enero

6.1K 319 6
                                    

Querido diario:

El sol recién se estaba asomando entre las nubes cuando yo me desperté. Mis pensamientos me habían estado atormentando toda la maldita noche. No me permitían descansar unas pocas horas más. Por lo tanto, me levanté a desayunar algo liviano para poder hacer mi rutina de ejercicio en la playa.

        Unas pocas horas después, cuando estaba volviendo de hacer ejercicio, recibí un WhatsApp de Fabiana:

       (Fabiana)  Hola, babe.

        (Aura) Hola, amiga.

        (Fabiana) ¿Cómo estás?

        (Aura) Genial, ¿Y tú?

        (Fabiana) Bien, un poco cansada.

        (Aura) ¿Por qué estas cansada?

        (Fabiana) Con papá nos pasamos toda la mañana caminando.

        (Aura) Pobre de ti. ¿Y cuándo vuelves?

        (Fabiana) Esta tarde. :)

        (Aura) Es bueno saber eso.

        (Fabiana) Sabía que me extrañabas.

        (Aura) Claro que sí. Pero también tengo que contarte algo

        (Fabiana) ¿Qué pasó?

        (Aura) No te lo quiero decir por acá.

        (Fabiana) Aura. No me dejes con esta intriga.

        (Aura) ¿Nos vemos esta tarde?

        (Fabiana) Por supuesto. Ni bien llego a la ciudad voy para tu casa.

        (Aura) Bueno. Nos vemos

 

9:30 PM

Fabiana acaba de irse a su casa. Casi le dio un ataque cardíaco cuando le conté todo lo que pasó con Derek y conmigo.

             —Amiga, te extrañé tanto. ¿Cómo estás?

            Fabiana me abrazó.

            —Hola, yo también. Estoy bien por suerte, ¿y tú?

            —Súper. ¿Qué era lo que no me podías contar por WhatsApp?

            —Es mejor que te sientes —Le recomendé.

            —Está bien, creo que esto va a ser algo fuerte. Así que… ¿Qué pasa?

            —Derek me besó —Tiré la bomba y me alejé.

            —Oh, Dios mío. ¿Cómo fue? —gritó—.Dime que esta vez no saliste corriendo.

            Era imposible que ella supiera ese pequeñísimo detalle.

        —¿Cómo sabes que salí corriendo?

        —Yo lo sé todo, mi querida. Pero no me cambies de tema y dime cómo fue.

        —Estábamos hablando en un muelle que me llevó a conocer y luego me besó —expliqué.

        —¡Dios! Al fin ese chico dejó de ser tan ciego —exclamó—, espera… ¿te dijo algo? Dime que no se arrepintió porque lo mataré.

        —No pudo decirme mucho porque salí corriendo. Y después me estuve ocultando —murmuré.

        —¿Por qué? Digo, amas a ese chico. Te besa, sales corriendo y luego te ocultas. ¿Por lo menos intento hablar contigo?

        —¿Soy una idiota, No? —dije—.Me mandó un mensaje el cual no respondí.

        Ella frunció el entrecejo.

        —Pero ayer vino.

        —¿No le cerraste la puerta en la cara, no? —preguntó Fabiana.

        —No, pero hice algo peor.

        —Aura, ¿qué hiciste? —Suspiró—. Dime que ese algo no incluye un hospital, porque si no has perdido a ese chico para siempre.

        —Odio que me conozcas tanto. Le partí mi jarrón favorito en la cabeza.

        Sonreí.

        —¿En serio? ¿Derek, está bien? —preguntó—. Espera, ¿Por qué hiciste eso?

        —Él está bien, creo. Es que entró a casa como un ladrón y me asusté mucho.

        —¿No pudo tocar la puerta como una persona normal? —Se tapó la boca para no reírse.

        —Es que estaba abierta. Pero esa es otra historia, así que no me preguntes.

        —Mmm, bueno. ¿Entonces, que paso después?

        —Me dijo que me quería…

        Suspiré con tristeza.

        —¿Qué pasa, amiga? —preguntó.

        —No quiero sufrir.

      —Es imposible saber si vas a sufrir o no, pero puede ser que todo salga bien y los dos sean felices. No te cierres, Aura.

          —Tal vez tengas razón.

Para Verte Sonreír  (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora