13. Oculto Detrás

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Ahora es cuándo me pregunto: ¿En algún momento se acabarán los secretos? ¿Mamá sabrá de esto también?

Ahora, en frente de algo que nunca imaginé que tendríamos escondido detrás de una pared de madera, todas esas preguntas estallan en mi mente; la decepción abrazándome como una vieja amiga.

¿En serio pensaste que todos los secretos se resumían a lo expuesto en la cocina? ¿Qué todo terminaba con mami diciéndote la verdad sobre papi?

No estoy para tus juegos ahora.

Barrí toda la estancia con mis ojos, examinando cada cosa y sorprendiéndome aún más a cada segundo.

Dejé mi lugar seguro junto al interruptor para caminar hasta la "atracción principal". Un tablero que cubría toda la pared con diversas fotos en ella; hilos rojos pasaban de una foto a otra, de un mensaje a otros papeles llenos de signos de interrogación, pero lo que más me sorprendió fue el hecho de que a la mayoría de esas personas las conocía.

Mi abuela materna, Kythe Morow Klane, se encontraba al lado de una figura sin rostro y en la inscripción, de la misma tinta que la del nombre de mi abuela, se leía "¿Sr. Twain?", quién, supongo, es mi abuelo. De ellos salía una joven Danae, con una sonrisa radiante y el pelo rojizo aclarado por el sol. Pero lo que me tomó por sorpresa fue una anciana, relacionada con mi abuela de una manera que no entendía porque nana Kythe había perdido a toda su familia muy joven.

El papel amarillento encima de la foto bastante antigua declaraba unas simples palabras: "Hermana Klane".

La señora Wytelle Quinton Klane, de cabellos canos y piel arrugada, estaba relacionada con tres figuras sin rostro diferentes, de los cuales no se sabía el nombre ni el parentesco, pero sólo uno de ellos llamó mi atención por encima de todos. Reconocerlo me hizo retroceder.

Imposible.

El hombre de traje oscuro y bigote compartía facciones muy similares a su nieto, nada más y nada menos que el mismísimo Leandro Greymme. Verlo, con el ceño fruncido y el cabello negro lleno de nieve mirando hacía un lugar diferente que el lente de la cámara me hizo notar dos cosas: la foto había sido tomada sin que él lo supiera y definitivamente todo esto estaba mal.

La foto de Ivanna, al contrario, se notaba reciente; con el cabello platino cayéndole por encima del hombro y mirando hacia atrás, como si alguien la siguiera. Se encontraba justo al lado de su marido y debajo de ellos una foto familiar.

Un joven Wolfgang, de cabello rubio desordenado rodaba los ojos mientras un pequeño Tristan se agarraba feliz de su pierna; Eden, de unos once años se encontraba al lado de la señora Ivanna, y Gareth se escondía detrás de un mechón de cabello negro. El señor Greymme encabezando la familia.

La inscripción relataba: "(De izq. a der.) Leandro, Gareth, Wolfgang, Tristan, Eden e Ivanna Greymme".

Me obligué a apartar la mirada y seguir con el resto para no abrumarme con la cantidad de información que mi pobre cerebro trataba de procesar.

Volví hasta mi madre, seguí el hilo de la mitad, llegando hasta una foto nada reciente de Charles y otra de mí.

No puede ser.

Nunca había visto esa foto en mi vida.

Mi cabello caía en ondas cobrizas por mi espalda mientras reía con todos los dientes, mis ojos entrecerrados por la sonrisa gigante en mi cara y mi atención en una persona que habían cortado de la foto completa.

Es una muy buena foto.

La voz por primera vez no poseía un tono sarcástico o burlón, parecía que hasta ella no se lo esperaba.

Detrás de las Máscaras ✔︎Where stories live. Discover now