15. Nueva Perspectiva

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Wolfgang.

Isis golpeó la puerta varias veces, arregló su cabello, suspiró y se crispó un poco cuando la puerta se abrió, dejando ver a una chica joven, tal vez de mi edad, no tan delgada y alta.

Su cabello rosa haciendo juego con su piel pálida.

La saludó con jovialidad pero la castaña agachó la cabeza, sin devolverle el saludo de la misma manera. Una mueca de preocupación se instaló en el rostro redondo de la desconocida.

Isis comenzó a hablar sin esperar una respuesta por parte de su amiga.

Desde mi posición podía ver su cabello rojizo danzando con cada movimiento de cabeza, sus manos delicadas gesticulando con cada palabra, su espalda un tanto arqueada.

La mirada de la chica de cabello rosa se abrió en comprensión y pronto tenía a Isis entre sus delgados brazos. Ella empezó a llorar. Y sin esperarlo algo dentro de mí se estrujó incómodamente.

Esto no era parte del plan.

Me sentí estúpido, impotente, idiota. Estaba empezando a sentir algo por la castaña... Y eso era peligroso.

Gareth me odiaría aún más al saberlo.

Y ella... Ella no estaba preparada para esa charla todavía.

Me apreté más contra el tronco del árbol a mis espaldas y crucé los brazos al pecho, pero me aparté al mismo momento en el que mi sexto sentido, mi alarma, me advirtió de algo.

Entrecerré mis ojos hacia Isis y su acompañante, mas ahora una figura masculina, grande, imponente, se cernió sobre ellas.

Isis dijo unas cuantas palabras más, se limpió las lágrimas de la misma manera en la que llevaba haciendo todo el día y se giró. El hombre rubio, de tatuajes en sus brazos, la llamó, dijo algo a lo que ella asintió. Las puntas de su cabello acariciando su cintura ante el movimiento.

La chica de cabello rosado se abrazó al hombre y este le acarició la cabeza. Lágrimas surcando las mejillas ahora hundidas.

Isis se adentró al bosque como lo habíamos planeado y cuando estuvo fuera de la vista de los desconocidos ellos se quedaron un momento ahí, parados. La pelirosada empezó a sollozar, generando que el hombre la hiciera girar para cerrar la puerta de madera a sus espaldas.

Traté de ver a través del ventanal más grande, pero sólo notaba sombras difusas.

¿Quiénes eran ellos?

¿Por qué Isis quiso venir hasta aquí?

―Hey.

Su presencia repentina me sorprendió. No noté su clásico olor a fresas ni sus pasos al acercarse.

― ¿Cómo te fue? ―sus ojos estaban irritados, su nariz roja.

Ella era preciosa, incluso en ese estado; pero eso no cambiaba el hecho de que estaba sufriendo.

La moralidad empezó a debatir dentro de mi cabeza, como viene haciéndolo desde que llegamos a Praton y...

No es momento para esto ahora, Greymme.

Pero ella dijo algo, algo más que se quedó en mi cerebro rondando por horas.

―Me contactarán si descubren algo, van a ayudar en la búsqueda. ―sorbió por su nariz y miró las hojas bajo nuestros pies.

No. No pueden.

Por alguna extraña razón, papá me había dejado claro no interferir en sus planes de encontrar a la señora Twain y Allena, y no hablar con nadie al respecto.

Detrás de las Máscaras ✔︎Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang