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- ¿Eh? No bromees con esas cosas -dijo Sena desconcertada.

- No tengo por qué mentirte... -murmuró Ruki, dándole la vuelta a Sena, haciendo que lo mirara a los ojos.

- Un vampiro... -a Sena le costaba un esfuerzo mental y la fe que no tenía. Lo miró a los ojos y se aisló en sus pensamientos.

"Sí, siempre noté algo raro en él" pensó "Pero siempre pensé que era por los encantos que tenía que me parecía tan perfecto"

Sena recordó los escritos de Bram Stoker en su obra maestra Drácula, la que había sembrado el terror en tantas personas de su época. Recordó lo que le había causado cada párrafo, cada descripción. Terror total. Un terror que nunca había experimentado. Le gustaba que los libros le sembrasen sentimientos pues así, se quedarían grabados para siempre en su memoria. Pero no le gustó el sentimiento que sembró ese. Decir que era sangriento era una ironía. La primera novela de ese género que Sena había tenido en sus manos era esa vampírica obra. Había adquirido un repudio a esos seres, mientras que muchos en la actualidad los buscaban para que rompiera sus cuellos. A partir de esa obra Sena continuó leyendo el género, pero no perdió esa sensación hacia la primera, que no se comparaba con ninguna de las otras a diferencia de las de Sena. Ruki veía en los ojos de Sena el miedo y no sabía qué hacer. Pero un buen indicio era que no había huido, pues... ¿No era esa la primera reacción de los humanos al miedo?

- Dime algo por favor -dijo Ruki, acariciándole una mejilla- Me desespera tu silencio.

- Dime que no es cierto -dijo Sena, con su mirada fija.

- No puedo decirte eso -susurró Ruki con seriedad.

- ¿Me va a doler? -dijo Sena con voz chillona, después de unos segundos de pausa.

Ruki casi no pudo contener su risa, pero se las arregló como pudo para no ofenderla.

- Puede que te duela un poco al principio... -le contestó Ruki, mirándola compasivamente, entregándole un beso corto en los labios- ...Pero te prometo que seré gentil y que valdrá la pena el sacrificio.

Sena se lo pensó un poco "¿Por qué a mí? ¿Por qué yo?" meditó. Nunca comprendió porque Mina en sus cartas describía las mordidas del Sr. Vlad como algo celestial, como algo mágico. No entendía por qué que te arrebataran parte de tu ser era tan delicioso y excitante.

Ruki la miró a los ojos y preguntó si podía en un gesto casi imperceptible, todo con sus expresivos ojos. A Sena le sorprendía como esos iris azules podían contener un diálogo en ellos. Sena asintió insegura y Ruki volvió a preguntar, esta vez, con su profunda e hipnótica voz:

- ¿Estás segura? -murmuró- Una vez que lo entregues lo reclamaré como mío por siempre. No podrás escapar de los colmillos.

Sena tuvo un escalofrío gigante. "Reclamarlo como suyo..."

- Estoy dispuesta... Eso creo -dijo dudosa Sena.

Ruki no dejó que ella lo pensase otra vez, la tomó por la cintura y la atrajo hacia él. Lamió su cuello seductoramente y rozó con sus colmillos suavemente la piel. Justo como quería. Ya lo tenía al alcance. Ahora, nadie, absolutamente nadie podía arrebatarle el placer. Con suavidad internó los colmillos en la suave y blanca piel del cuello de Sena justo después de haberse deshecho de la blusa. Acarició la espalda con dulzura, notando la tensión de ella.

Sena podía oír con claridad cómo la sangre iba abandonando su cuerpo, y cómo su conciencia también. Se aferró a la camisa de su amante mientras aguantaba el dolor. Era una sensación completamente distinta, era algo nuevo. A pesar de que el líquido que calentaba sus venas iba abandonando su cuerpo, éste se sentía sumamente caliente. Se dejó llevar por ese calor, por esa sensación gratificante que estaba muy por debajo del dolor, como si se escondiese. El dolor fue desapareciendo y Sena empezó no sólo a disfrutar de sus colmillos, sino también de los gemidos de su amante.

Ruki estaba al punto del éxtasis. Había deseado tanto su sangre que imponerse ese reto de no probarla hasta que ella no se lo permitiese lo había hecho desearla aún más, hasta el punto de que pareciera un manjar de los dioses. Su textura suave, su olor picante y su sabor extremadamente dulce eran más que apetitosos. La respiración de Ruki se empezaba a descompasar, así como la de Sena, incluso más rápido.

Ruki sentía justo lo que sentía Sena en cada parte de su cuerpo y pronto notó el cambio radical en el sabor cuando Sena comenzó a disfrutar del dolor que le provocaban sus colmillos. Ella tenía un umbral del dolor bastante alto y era algo que les daba libertad a los placeres sádicos de Ruki. Bebió con más fuerza y Sena gimió. Sentía el sabor de la adrenalina, el calor. Ruki había imaginado el momento de clavarle los colmillos, pero ya se le habían olvidado todas sus fantasías. Ahora sólo deseaba continuar enterrándolos en su piel.

Los teletransportó hasta la habitación y despegándose del cuello de Sena la lanzó a la cama. Sena jadeaba y estaba confundida. No recordaba haber recorrido el camino hacia su cámara nupcial, y eso era porque nunca lo había recorrido al menos no con sus propios pies.

Ruki se deshizo de todas las ropas que Sena traía encima con rudeza y clavó sus colmillos en el inicio de sus caderas, donde podía oler el sabor de los labios que tenía cerca. Sena sintió el dolor recorrer todo su cuerpo y gimió, mientras las lágrimas salían de sus ojos.

Pero a pesar del profundo dolor, Sena gemía con una fuerza incomparable. Sentía las manos de su amante en cada parte de su cuerpo. Era delicioso. Era excitante. Ruki la atrajo por su pierna, lamiéndola mientras hacía rodar su cuerpo por la sábana. Sena sintió un escalofrío. Ruki mordió otra vez, en esta ocasión en su pecho, mientras atrapaba con su otra mano el pequeño pero firme seno.

Sena sentía que la ropa de él le molestaba demasiado. Y, con esfuerzos casi vagos, comenzó a quitarle la ropa, con la tensión creciendo en su vientre.

Ruki la ayudó, y continuó con la dulce mordida.

Ambos, casi en éxtasis, se hundieron en el placer y la tentación de una apasionada noche.

Tentación (Ruki Mukami)Место, где живут истории. Откройте их для себя