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La tomó por el brazo, arrastrándola hacia uno de los pasillos que nadie visitaba y que estaba poblado únicamente, como era de esperarse, de libros viejos y gastados. Quizás solo una o dos personas pasaban por ahí más por distracción que por necesidad. Levantó su falda con brusquedad y la hizo apoyarse en uno de los estantes. A leguas se notaba su enfado y no hacía nada por ocultarlo.

- No sé por cuál de las dos razones que tengo pegarte más fuerte –susurro con voz ronca y maliciosa- pero quedas advertida ante el hecho de que no me voy a contener.

- ¿Por qué estas así? –preguntó Sena ahogando un gemido cuando sus dedos se internaron en su bajo vientre- ¿Estás celoso? –evidentemente Sena lo sabía, pero era lo suficientemente orgullosa como para desear que lo admitiese.

- ¿Lo preguntas o lo afirmas? –susurró con evidente molestia mientras sometía a Sena a caricias torturantes- Porque si lo que quieres es que no sea rudo contigo la culpa no es más que tuya. Odio ese olor que tiene tu cuerpo, te asienta mejor el tuyo... o... –agregó maliciosamente- ...el mío.

- No pude evitarlo... -dijo Sena algo avergonzada, con el rostro sonrojado tratando de, en el silencio sepulcral de la biblioteca, contener el sonido de su placer- ...él me obligó.

- ¿Acaso un simple "no quiero" no podía salir de tus provocativos labios? –susurró introduciendo un dedo- Aunque, si esas palabras fuesen dirigidas a mí sabes que no me pararían nunca –mordió su oreja y agregó con voz grave- Eres mía y nunca podrás librarte de mí ¿Entendido?

- ¿Tuya? –dijo Sena con malicia, a sabiendas que esto aumentaría el placer que le estaba dando, pues en ese momento sólo le importaba sentirlo en todo su ser y poco le importaba si alguien los escuchaba. En realidad no. Le preocupaba bastante el estado en que se encontraban ambos y la posibilidad de ser descubiertos, por lo que procuraba callar ante cada giro dado por su dedo- ¿En qué momento dije eso? Debí estar ebria.

- ¿Ebria de qué? –cuestionó Ruki con brusquedad, pero sin levantar el volumen de la voz.

- De placer... -respondió y Ruki la embistió con los dedos repentinamente. Sena sólo pudo tapar su boca y morderse la lengua un segundo después de que su gemido saliese al aire.

Unos pasos se escuchaban por el pasillo. Alguien se había percatado de que algo pasaba en el ambiente y venía directamente hacia ellos. En esa situación lo único que podía hacer Sena era callar, o por lo menos, intentarlo, pues, Ruki no paraba de divertirse torturándola.

Uno, dos, tres, cuatro... Los pasos lentos pero constantes hacían eco en cada estantería ¿Por dónde venía? Sena no era capaz de saberlo, pero Ruki sí y disfrutaba de la evidente desesperación que Sena sentía ante la idea de ser descubiertos. Ruki movía sus dedos con rapidez y agilidad y satisfecho sentía cada estremecimiento de Sena ante cada sensación y la proximidad del "extraño". Ruki odiaba ser interrumpido, pero en ese momento agradecía a su hermano el efecto que causaba el pánico en la mujer que tenía a su merced.

- Ruki... -tartamudeó Sena entre gemidos ahogados- ...para...

- Dime qué se siente –dijo Ruki con voz hipnótica, aumentando el ritmo y mordiendo la oreja con una delicadeza que sólo tenía un efecto anhelante en Sena- ¿Qué sientes cuando formo parte de ti?

- Siento todo... -susurró Sena recibiendo y dando halago.

- Sé más específica –ordenó Ruki riendo maliciosamente- O quizás nos encuentren aquí.

- Siento lo que nunca he sentido con nadie más –empezó a decir Sena atropelladamente, ya que el extraño le faltaba poco para llegar a donde estaban ellos, aunque no le molestaba confesarlo. Al contrario, en lo más profundo, la situación le divertía tanto como a él- Siento como todo mi cuerpo es trasladado a un sitio completamente distinto donde la perfección si puede ser concebida.

Tentación (Ruki Mukami)Where stories live. Discover now