|°Capítulo 8°|

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Un beso, cuatro citas, una planeación de discurso, un ramo de flores y una futura declaración, una invitación al baile de fin de año. Todo eso había ocurrido en el transcurso de un mes, todo después de que Jimin hubiera visto a Yoongi  besar a Jungkook en los baños de la universidad aquel día.

Un mes incomprensible para Jimin, un mes lleno de confusión y frustración.

Aún no podía quitar de su cabeza aquella imagen, Jungkook acorralado a una de las paredes del baño, Yoongi con sus brazos a los lados de su cabeza y mirándole de forma demandante hasta que por fin había unido sus labios contras los rosas y esponjosos pétalos de Jungkook. Un Jungkook correspondiendo y posando sus manos sobre el pecho de Yoongi.

Jimin quería dejar de pensar en aquello, pero no podía.

Cada vez que veía a Jungkook sonreír, reír, hacer muecas abultando sus labios y abrirlos cada vez que hablaba; hacia a Jimin recrear aquella imagen en su cabeza, queriendo salir corriendo y encerrarse en su habitación para apoyarse a la puerta y jalar sus cabellos por la frustración.

Él había pensado que Jungkook realmente haría un cambio después de eso, que él y Yoongi serían una pareja inseparable y empezarían a florecer sentimientos entre ellos, que se tomarían en cuenta para todo y poco a poco ellos sería la pareja popular del colegio, haciendo a Yoongi enfrentar al padre de Jungkook y así poder ser verdaderos novios.

Sí, pensaba. Todo hasta el momento en que una mañana abrió su casillero y vio como una carta color rosa calló de él, hasta que leyó el interior, hasta que supo quién era el remitente.

"Quería preguntarte esto en persona pero realmente estaba casi al cien por ciento seguro de que me rechazarías, dirías que ya tienes pareja, que tienes algo que hacer o algo parecido, y realmente quiero ésto. Jimin, ¿Te gustaría ser mi pareja para el baile?

Si no quieres está bien, solo tienes que regresar a carta y ponerla en el escritorio de mi cubículo, y haré como que no he enviado nada. Si quieres, entonces tienes que darme la carta en persona, devolvérmela.

-Jungkookie."

Entonces esa misma mañana, mientras Jimin se encontraba en clases y Taehyung estaba ocupado, fingió una llamada telefónica y salió de la clase junto con la carta en mano.

Jimin iba a dejarla en su cubículo.

O eso pensaba. Entonces lo vio, con su ceño fruncido y su cabello castaño revuelto mientras forcejeaba con la envoltura de una barra de chocolate que no parecía abrir. Y el corazón de Jimin latió, latió de una manera torpe y desenfrenada.

No sabía cómo y cuándo, pero de un momento a otro sus pies se movieron hacia el chico, sus manos se estiraron y tomaron el chocolate, intercambiándolo por la carta de Jungkook y devolviéndosela. Jimin con fuerza partió la envoltura del dulce y se lo entregó.

Jungkook sonrió y tomó el chocolate para luego darle una mordida sin dejar de mirar a Jimin y acariciando la carta entre sus manos.

—Falta un mes para el baile. —dijo Jimin luego de un minuto de silencio y miradas.

El castaño se levantó y sacudió su ropa, tomó la mano de Jimin y colocó lo que le sobraba de chocolate entre ellas.

—Lo sé, quería apartarte. —respondió bajando la mirada con timidez y caminando en dirección contraria a Jimin.

Jimin estaba feliz. Pero entonces ocurrió.

—Me gusta Jungkook, no, creo que estoy enamorado de él Jimin. —dijo Yoongi ese mismo día en la noche antes de dormir, como siempre, Yoongi había ido a su habitación para jugar videojuegos y había aprovechado para contarle todo a su hermano—Quiero pedirle que sea mi novio en el baile de fin de año.

Jimin solo quería retroceder el tiempo y no haber aceptado. No podía, no debía ir con Jungkook a ese baile y arruinar los planes de su hermano. No a la única persona que había compartido su vida con él, no podía.

—¿El baile? Puedes hacerlo en otra fecha o...?

—¡Para nada! He estado hablando con Yugyeom y él me ayudará a pensar muy bien lo que le diré, escribiré o daré para ese día. Sera inolvidable para los dos. —dijo con una enorme sonrisa mientras se apoyaba al respaldo del sofá.

—Pensé que solo querías acostarte con Jungkook, ¿o esto es parte de tu gran y malvado plan?

Yoongi rió—Jimin, Jungkook es apuesto, demasiado; es sentimental, dulce y divertido. Quiero estar con Jungkook, de todas las formas posible. —Se volteó y tomó con fuerza las mejillas de Jimin entre sus palmas haciendo al pelienegro mirarlo fijamente—Jungkook ha hecho que mis sentimientos reflorezcan, es como cuando era amigo de Mark, sabes, ese sentimiento de necesidad de protegerlo, de abrazarlo y besarlo todo el día, de complacerlo; decirle que lo quieres y que lo necesitas. Sentir que es tuyo y solo tuyo, no de alguien más.

Quiero a Jungkook, sentimentalmente como físicamente. Lo quiero, lo quiero solo para mí.

Finalizó soltando las mejillas de su hermano y soltando un suspiro.

—Lo quieres. —afirmó Jimin en un murmullo que Yoongi no escuchó.

Lo quiere.

Jimin se acomodó en el sofá y dio una última mirada a su hermano que sonreía con grandeza y seguía jugando con la consola.

Se le veía feliz, se le veía satisfecho y decidido.

Tú también lo quieres Jimin. Dijo una voz en su cabeza.

Miró la pantalla de su celular y leyó de nuevo el mensaje que Jungkook le había mandado minutos atrás, deseándole buena noche. Recordando como su corazón había latido tanto que pensaba que se saldría de su pecho.

¿También lo quiero? Pensó Jimin cerrando sus ojos, sintiendo el aire revolver sus cabellos negros y las hojas del árbol sobre el caer sobre su ropa.

Ya habían pasado más de dos semanas desde aquel día lleno de confusión y culpabilidad, y Jimin seguía repitiéndose para sí mismo:

—No puedes hacerle ésto Jimin, no a Yoongi.



Prohibido (Jikook) [Adap.]Where stories live. Discover now