|°Capítulo 30°|

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—¿Yoongi? Pensé que estabas en la reunión con la señora Min. —dijo un confundido Jimin que acababa de llegar. Dejó su chaqueta de cuero café en el perchero y se acercó a su hermano el cual se encontraba sentado en la sala de estar.

Yoongi se volteó a él y le sonrió bajo. Algo ocurría, Jimin solo podía ponerse nervioso.

—Sí, mi madre me dejó salir antes, ya no se hizo.

—¿Pero por qué? —preguntó confundido.

—Ella me vio distante, y supo cuál era la razón al instante que me vio junto con él. —Jimin frunció su ceño—Mark volvió, lo encontré en la empresa.

Y Jimin no supo cómo reaccionar ante eso.

—Nos encontramos en la entrada, él trabajará para la empresa y bueno, hablamos un poco hasta que lo conduje a las oficinas de entrevista y mi madre me vio con él, ella pensó que debería irme, que era lo mejor.

Jimin se acomodó en su asiento y obligó a Yoongi a mirarle a los ojos—y, ¿lo fue, Yoongi? ¿Fue lo mejor venir a casa?

Él pelimenta se encogió de hombros y echó para atrás su cabeza mirando hacia el techo.

—Realmente, no lo fue. Jimin, ver a Mark todos los días me volverá loco. —respondió—Antes de irme le dije a mi madre que no lo rechazara, que le diera el trabajo. Debería odiarlo.

Jimin miró a su hermano y luego apartó la mirada pensado en qué decirle.

Jimin no era ahora mismo la persona correcta para aconsejar a su hermano sobre qué hacer con su exnovio, con el chico que le había sido infiel y le había roto el corazón de la peor manera. Joder, acababa de acostarse con el novio de su hermano, él había provocado que Jungkook le fuera infiel.

No tenía derecho, ni siquiera debería estar allí con él, darle la cara.

—Creo que deberías hablar con Mark y hacer las paces, aclararlas cosas y ser amigos. Si huyes de él será peor, solo debes dejarlo a un lado sabes, tienes a Jungkook y eres feliz con él. —Jimin trató de no salir corriendo en ese momento.

—Yo... Jimin, quiero decirte ésto pero no le digas a Jungkook. —el mayor asintió—Aún después de todos estos años, yo al verle sentí una repentina sensación de felicidad, sentí tranquilidad, y lo único que hice al estar con él fue pensar en que no había cambiado para nada, que era demasiado hermoso, y que quería abrazarlo. Y cuando mi madre me dijo que saliera del edificio y viniera a casa, me quería negar, quería volver a ver a Mark. Temí no volverlo a ver, no poder despedirme como la última vez.

Jimin sintió un nudo en su garganta.

¿Eso era bueno o era malo? No, no lo sabía.

—¿Crees que aún sientes algo por él?

Yoongi tardó en responder.

—Supongo. —murmuró—Quiero decir, Jungkook lo es todo para mí, es la única persona en estos años que ha podido meterse en mi piel lo suficiente, pero al ver a Mark hoy y recordar todo lo que pasamos juntos, me hizo por un momento creer que es cierto, ya sabes, lo que dicen del primer amor. —Yoongi rió—Tonto, ¿No?

—No lo creo. Yo pienso que eso es real, Yoongi, el primer amor es hermoso, es una etapa de tu vida que nunca olvidarás. —lo dijo más para sí mismo que para el chico frente suyo. Yoongi asintió y se levantó del sofá acomodando su ropa—¿A dónde vas?

—A ver a Jungkook, quiero hablar con él. Le contaré de Mark, no es bueno que le oculte cosas.

—¿Le dirás sobre lo que piensas de Mark?

—No, no estoy seguro de lo que siento ahora mismo, lo acabo de ver, necesito aclarar algunas cosas antes de dar un veredicto. Además, no pienso dejar a Jungkook por una tonta confusión con alguien que me hizo daño en el pasado. No dejaré a Jungkook pase lo que pase, lo quiero demasiado como para hacerle algo tan injusto.

Jimin intentó no gritar.

—Nos vemos Jimin, no sé si venga a dormir ésta noche así que no me esperes. —el pelienegro alzó la mano en forma de afirmación y Yoongi tomó su celular de la mesa y salió de la casa.

Jimin se acomodó en el sofá y se recostó, mirando hacia el techo sin expresión alguna.

Mark Tuan regresó, ¿Eh? Jimin cerró sus ojos y frunció su expresión. Aún recordaba cuando un tierno Yoongi de dieciséis se la pasaba día y noche recordando a Tuan por cualquier cosa, cuando pasaba las noches en su habitación hablando de Mark con una gran sonrisa en su rostro, mostrándole fotografías juntos y de el chico solo, sonriendo tan alegremente, una sonrisa tan encantadora que haría a cualquiera pensar que el joven era lo suficientemente atractivo como para ser alguien popular entre la gente, aunque en verdad Mark Tuan era el nerd de su universidad, el que nunca hablaba con alguien, el que desayunaba solo y nunca iba a fiestas, o eso era hasta que Yoongi había aparecido en su vida y le había cambiado, le había enseñado que la vida era hermosa y debía disfrutarse y aprovecharla.

Le había cambiado y hecho alguien mejor como lo había hecho con Jimin después de aquella etapa tan desastrosa en su vida.

Yoongi era la mejor persona en el planeta, tanto que ni siquiera se merecía llorar, una persona que se merecía el cielo entero.

Yoongi podría salvarte con tan solo una sonrisa y una mano extendida. Él solo decía "Confía en mí" y te hacía la persona más feliz de todas, a pesar de que Jimin sabía que Yoongi no era completamente feliz, Yoongi daba la vida porque los demás sí lo fuesen.

Yoongi no se merecía todo lo que las demás le hacían, no merecía lo que él y Jungkook hacían a sus espaldas.

Y por otro lado, Jungkook yacía en el sofá de su sala con Yoongi a su lado abrazándole mientras buscaban una película para ver como pareja, juntos.

Jimin se levantó y se quitó sus zapatos en el camino a su habitación, los tomó y al llegar a su recamara los lazó a un lado de la cama, se tiró boca arriba y cerró sus ojos, buscando dormir por un momento, solo.

Prohibido (Jikook) [Adap.]Where stories live. Discover now