|°Capítulo 12°|

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Jungkook respiró profundo y agitó sus manos, mirándose en el espejo del pasillo principal y acomodando su traje oscuro junto con su corbata.

Estaba nervioso. No, estaba ansioso.

En esos días, Jimin no le había dirigido la mirada, y lo entendía, Jungkook se había enojado con él y le había dejado allí solo, pero creía comprender el porqué de la obsesión del pelinegro con su hermano y él pero, Jungkook también sabía que Jimin no tenía por qué ignorarle lo que restaba de la semana ya que serían pareja de baile y sería incomodo si le siguiera ignorado o si le dejara plantado.

¿Y si lo dejaba plantado?

Jungkook se puso histérico, ¿Qué pasaría si Jimin de verdad ya ni siquiera quería estar con él, si no quería bailar con él o verle a los ojos?

Jungkook se sentiría la peor persona del planeta.

—Te ves bien. —dijo el padre de Jungkook acercándose a su hijo ya listo—¿Seguro que no quieres ir conmigo, qué pasa si el chico no viene por ti?

—Él vendrá, lo sé. —respondió tratando de convencerse a sí mismo.

¿Lo haría?

—Está bien hijo, entonces yo me voy. No vemos en la universidad. —respondió su padre acercándose a su hijo y depositando un beso sobre su frente—Si no viene por ti en media hora, entonces me llamas y mandaré a alguien que venga por ti, y también a alguien para darle a ese Jimin su merecido. —Jungkook rió y negó.

—No será necesario. Lo haré padre, te llamaré si no viene. —el hombre asintió y se dio la vuelta para salir de casa.

Jungkook se quedó mirando la puerta de madera por unos segundos, mordiendo su labio y mirando su celular. ¿Debería llamarlo? Se preguntaba sin saber qué hacer. Se sentó en uno de los sofás de cuero y apoyó su cabeza en el respaldo, respirando hondo. Cerró sus ojos y se acurrucó en el sofá.

Solo quedaba esperar.

Y así lo hizo, pasaron veinte minutos, media hora y cuarenta minutos después. Cuarenta minutos y Jimin no llegó, nunca llegó.

Jungkook miró el reloj y sonrió falsamente.

—Solo faltan diez minutos para la coronación y el último baile de la noche. —rió secamente—Así que él no quería verme de verdad...

Su celular sonó y miró la pantalla, era su padre.

Se levantó y se estiró a punto de tomar su célular y apretar "Contestar" pero justo en ese momento el timbre empezó a sonar con desesperación asustando a Jungkook y haciéndole saltar en su lugar.

Jungkook apretó el botón de contestar y pegó su celular a su odio mientras caminaba hacia la puerta principal.

—¿Qué ha pasado Jungkook? No ha ido por ti, ¿Verdad? O es que te has escapado, Jungkook. —la voz del hombre se escuchaba enojada y cansada.

—No, padre, Jim-

Y entonces pasó una vez más.

Su corazón solo pudo latir con emoción y sus manos solo pudieron temblar de la felicidad al verle. Jimin allí estaba, en vivo y en directo frente a su puerta, con un traje gris y con corbata color vino, del mismo tono que la de Jungkook, con su piel sudada y jadeando del desconocido cansancio.

—¿Jungkook? ¿Estás ahí? —preguntó la oz a través de la línea.

—Vamos en camino, padre. —colgó la llamada soltando un suspiro y aclarando su garganta—¿Por qué tardaste? Pensé que no vendrías.

Prohibido (Jikook) [Adap.]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu