|°Capítulo 15°|

1.6K 229 13
                                    

"Somos novios"

Había escuchado de repente, sintiendo su corazón detenerse en un simple segundo. Sí, lo había escuchado, eso que tanto miedo le causaba, eso lo cual –aunque no lo admitiera- le dolía.

Todos se habían reunido en la casa de Yoongi y Jimin. Jimin había dicho que estaba muy cansado y no tenía ganas de bajar a estar con los demás, cosa la cual Yoongi comprendió e hizo darle un cometario de aliento. Jimin no quería admitir que la curiosidad le ganaba, Jimin quería saber cómo había ocurrido, como es que Yoongi le había pedido a Jungkook ser su pareja, cómo es que él había aceptado como si no hubiera pasado nada antes, como si no hubiera una verdad tras todo, como si no estuviera enamorado de Jimin, de él.

"Te quiero a ti, no quiero a nadie más."

Mentira, solo una mentira. Pensaba el pelinegro formando sus manos en un puño, con fuerza y con dolor en su pecho, con una sensación de vacío en él, en su interior, como si no supiera que hacer y se estuviera asfixiándose poco a poco.

Jimin solo se preguntaba, ¿Por qué la gente mentía, por qué prometían y juraban algo que no era cierto, algo que sabía que podía dañarte?

Tú lo dañaste primero. Dijo una voz en su mente la cual le regañaba, la cual le decía que bajara por Jungkook, que hablara con él. Una voz que decía la verdad, que lo necesitaba, necesitaba besarlo una vez más.

Jimin se levantó de su cama y abrió la puerta de su habitación para dirigirse a la cocina en busca de latas de cerveza. Al llegar al congelador tomó un paquete de seis de ellas y las tomó por el plástico que las envolvía. Al girarse, vio por la ventana hacia el patio trasero a su hermano y sus amigos riendo, con cervezas en mano y uno que otro cigarrillo, pero no vio a Jungkook por ningún lado.

O no lo había visto hasta que sus miradas se conectaron a unos pocos metros de distancia. Jungkook salía del baño secándose las manos con su camisa blanca, miró a Jimin por un par de segundos los cuales se volvieron un minuto.

El pelinegro apartó la intensa mirada del castaño y acomodó las cervezas entre sus brazos y su pecho, ignorando a Jungkook, pasó a su lado, caminando lo más rápido que podía hacia las escaleras, tratando de evitar al hombre en el que tanto había pensado esos últimos días.

—Jimin. —Jungkook le llamó, más el pelienegro le ignoró y siguió su camino, sin detener su paso en ningún momento. Jungkook bajó la mirada y apretó sus labios en una línea recta, tomando paso de vuelta con su –actual- novio.

Yoongi entró a la casa y sonrió a Jungkook, acercándose a él y tomándole por la cintura para besar sus labios en un tierno beso. Jungkook no lo apartó ni se quejó, solo se dejó hacer, abrazando a su novio y cerrando sus ojos, tratando de contener las ganas de soltar una lagrima frente a él.

La primera lata de cerveza cayó al suelo en cuestión de un segundo, para abrir otra y tomar un poco más de la mitad de golpe, sin parar, sintiendo el leve ardor de su contenido pasar por su garganta, deseando perder la conciencia, perder la clara imagen de Jungkook mirándole intensamente, el claro sonido de su voz llamándole, invitándole a acercarse a él una vez
más.

Jungkook no iba a esperar por él, no iba a cerrarse a amar a alguien que de verdad lo quisiera alguien que sí estuviera abierto a darle todo lo que necesitase sin pensarlo dos veces, a alguien que sí lo merecía.

Jimin quería a Jungkook, Jungkook lo quería a él, no necesitaban nada más que él amor para ser felices, no necesitaban la aprobación de alguien, no necesitaban dinero, no necesitaban salud. Ellos podían ser felices juntos, amarse sin problema alguno. Pero Jimin era muy cobarde para Jungkook, era muy cobarde para reclamarlo, para amarlo sin importar los obstáculos que ello provocaba.

Jimin no era lo suficiente valiente para luchar por Jeon Jungkook.

Prohibido (Jikook) [Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora