20. La yutúbe

7.2K 586 554
                                    

-¿CÓMO QUE HA ZIO' LA DOLORE'?

-Te lo juro. La vi por la ventana-mintió Alba, suspirando tras la persecución entre los girasoles. Manolo, que había bajado el cuchillo y había prometido escucharla, se cruzó de brazos pensativo.

-¿Y por qué no lo has dicho ante'?

-Porque... porque... me da... pena. La pobre mujer... tendría hambre...

-Vamo' a hablá con la Dolore' ara' mismito-dijo, agarrándola por la muñeca y tirando de ella. Natalia los siguió precipitadamente.

-¡Que no, Manolo! ¡Voy yo sola! -insistió Alba, que no sabía cómo salir de aquel marrón. Se giró con el rostro desencajado para buscar la ayuda de su novia.

Arba, ¿qué me estás queriendo decí? ¡Que yo no te oigo! A vé, era mentira lo de Dolore'. No. Era verdá. Ajá. Manolo no, Manolo no puée ir... No. Zí. ¿No? Ojú, Arba, no nos tamo' entendiendo. Meste que me enzeñe a mí tamié a zé telepática.

-QUE NOS VIO-susurró en alto.

-¿Qué dice? -preguntó el granjero.

-Ná, Manolo, ná-respondió alterada Natalia.

¿La Dolore' nos pilló en er tractó? ¿Y ara' cómo viá mirá yo a eza mujé a lo zojos? Qué bochorno. Ay, zeñó bendito, por qué me castiga' azí. Zi es que a vé a quién ze le ocurre echá un quiqui en un tractó a plena lú der día. A nozotra' na' má. Ojú, ozú, ofú... Zi es que a mí me pone a la Arba delante y yo... yo... po' que me ciego y no pienzo con la cabeza. Exploto como una palomita de maí. Pum. Y a procreá. Güeno, no. No creamo' ná porque zomo' do' enchufe... Pero yo me entiendo joé, que es mi mente.

-Cúchame, niño-carraspeó tras ver cómo el horror que reflejaba Alba en la cara iba creciendo a medida que se acercaban a la casa de Dolores-. Vete tú pa' la granja y ve poniendo la meza, que ya hablo yo con la zeñora esta.

-No zeñó. A eza mujé la voy a enterá yo bien. Poca vergüenza... con la de vece' que la ayudamo' y azí nos lo paga...

-No zeas cabezón. Déjame a mí que yo a eza la manejo mu' bien-argumentó Natalia, poniéndose delante de él para detener su marcha-. Vete a poné la meza y azí en cuanto llegue podemo' comé, ¿eh?

-Ojú, ezo zuena tentadó...

-Po' venga, tira.

-Eso, eso. Ve-sonrió Alba, asintiendo a toda velocidad.

-¡Arza ahí! -exclamó antes de soltar a la rubia para poner rumbo a su casa.

Natalia y Alba soltaron un suspiro aliviado casi al mismo tiempo.

-¿Ca' pazao? ¿Nos vio?

-Sí... Dolores nos vio en el tractor... así que vino a mi casa para chantajearme. Me dijo que Julia le había dicho que habías hecho conejo... y bueno, se ve que la mujer tiene mucho interés en copiarte la receta para no se qué concurso...

-¡Zerá zorrona!

-Pues sí. Me dijo que si no le conseguía el conejo le contaría a Manolo que estrellamos su tractor por estar ahí... eh... ya sabes.

-No zabe' ná la vieja eza... ze va a cagá-refunfuñó, agarrando a Alba por el brazo.

La puta vieja robándome la receta zecreta der conejo con zarza de armendras... Chantajeando a mi Arba... Pf, y yo zintiéndome malamente porque nos hubiera visto... Anda qué. Zi aquí la má' zinvergüenza es ella... La voy a moñeá pero bien.

-¡Dolore'! -la llamó, colándose en la casa junto a Alba. Y es que en VillaOT, como en otros muchos pueblos de alrededor, se tenía la costumbre de dejar las puertas de la calle abiertas.

Girazoles - (1001 Cuentos de Albalia)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora