Girazoles - (1001 Cuentos de Albalia)

24. Hemo' zío engañao'

—¿¡Cómo que se ha ido!? ¡¿Se puede saber qué le has hecho, anormal?!

—Po' zé un desconfiáo, un inzenzible... y un bocaza'. Zi es que me lo merezco...

—¡¿Dónde está?!

—¡Que no lo zé, Arba! ¡Que me dijo que ze iba der pueblo! —explicó Manolo entre gritos de dolor.

—Como le pase algo por tu culpa te juro que te mato, Manolo. Te lo juro.

—Yo yastoy muerto, Arba... yo zin mi Natalia yastoy muerto—dijo decaído, cerrándole la puerta en las narices... O intentándolo. Porque la urbanita no permitió que la conversación terminase ahí, impidiendo el cierre con su pie.

—Cuéntame qué ha pasado. Y no me mientas. Hazlo por ella. O por sus putas lentejas. Lo que sea que más te importe.

—Po' que encontré un té' de embarazo en la bazura...

Guau. No sabía que existían las infusiones para facilitar el embarazo... Si es que la gente de pueblo es mu' resolutiv... UN MOMENTO. ¿NATALIA QUIERE QUEDARSE EMBARAZADA? Eso no es lo que me dijo a mí... Joder, joder... Qué marrón. Igual el cabrón este la ha convencido. U obligado, que me casa más. Bueno, a ver, escúchalo a ver qué cuenta.

—La coza es que yo me penzé que era de Natalia... pero rezurtó zé de larmana'... La Julita.

Ah, coño. Vale. De la Julia. UN MOMENTO. ¿LA JULIA Y EL CARLOS? Ay, madre... La que se va a armar en este pueblo cuando se enteren de esa relación. Los hermanos de distinta sangre... un casi incesto da para mucho cotilleo. Conociendo al personal...

—Tonce' yo... po'... zacando mis concluzione'... Creí que... po'... que... Estaba preñá de arguno... Y la inzurté... Le dije que te había utilizao' de escuza pa' engañarme con to' los hombre' der pueblo...

—Tú eres gilipollas, tío. Natalia es la persona más sincera que conozco... ¡Ella no sabe mentir! ¡Y menos a ti!

—¡Ya lo zé, joé! Pero es que... me puze mu' nerviozo de penzá que otro' hombre' la podía está... Ya zabe', Arba. Conzumando con ella... ¿Zabe o no?

—Pues que lo haga yo te da igual...

—¡Porque tú ere' una mujé! ¡Tú ere' zu amiga!

—¿Y? ¿Qué puta diferencia hay? Y lo de amiga yo que tú me lo miraba...

—Po' que tú no puées darle lo que yo le doy por mucho' bezitos que os dei' y por mucho que me digai' lo que os queréi'... Un hombre zí. Me zentiría mu' humillao'.

—¿Te crees que la polla lo es todo? —desafió enfadada. La urbanita bien hablada empezaba a perder los nervios. Y es que se estaba dando cuenta de que por muchas lecciones que le diera a ese cazurro... parecía no servirle de nada. Había perdido su tiempo con él. Y ahora, la paciencia. Su infinita e intocable paciencia—. Mira, paso... No se puede hablar contigo. Me voy a buscar a Natalia.

—¡Yo tamié! Pero viá tirá por er campo.

—A ver si te estrellas con el puto tractor... gilipollas machito patriarca asqueroso—musitó sin que la oyera.

Natalia había decidido perderse en su lugar favorito para estar consigo misma y reflexionar sobre lo ocurrido. ¿De verdá viá irme der pueblo? ¡Pero zi yo no zé viví en otro lao'...! ¿Y zi le digo a la Arba de arrejuntarme con ella pa' viví fuera y lejo'? Ofú, ¿azí zin cazarno' ni ná? No zé yo... Ezo no tá mu' bonito... ¿Y con la prima Zabela? ¿Pero qué viá hacé yo en la ciudá...? ¿Me busco un currelo, estudio? Po' en verdá podría meterme en er masdona y ponerle a las mafins macdalena'... ¿Pero tonce' me viá divorciá der Manolo? Ay, es que er pobre... ¡De pobre ná! Joé, ¿cómo hemo' llegao' a esto, Jezú...? Ozú, ofú, ajú... Es que yo lo quiero, pero... Menúo verano. La de coza' que he descubierto que no me gustan de él. Pero es que es mi marío... llevamo' cinco año' cazao'... Ofú, pero es que za pazao'... ¡Quería matá a la Cuín! ¡Ma' levantao' la mano! Cabrón. Pero es que za' penzao' que le había engañao'... ¡¿Pero cómo le viá engañá yo zi le cuento toíto'? Zunormá. Pero es que er pobre es que es azí de brutico... y mes quiere mucho, mucho, mucho...