13. La Que Sería Tu Familia

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Un mes después...

Sin Pablo... bueno, nos afecta a los tres... Fede sin padre, Coco sin dueño, y yo... (¡ay, yo!), sin noches divertidas, básicamente.

Estamos en el salón, el peque estudiando Ciencias Sociales, y yo corrigiendo exámenes y trabajos de los alumnos.

- Mamá, tengo hambre-. Dice en un momento específico de la tarde.

- Retira los libros y coge algo de la despensa-. Le sugiero.

- ¡Yujuuu! Puedo escogerme la merienda yo mismo-. Celebra. En ese momento, suena el timbre.

- Mama... María... ¿qué...? Hijo, se come en la mesa, no hagas la de siempre, anda-. Le pido. -Pasad-.

- Mami...-. Señala el móvil al ver que es Pablo. Le hago una seña y lo coge él. -¡Papa!-. saluda. -Bien. Ayer le pusimos la vacuna. Parece que no se mueve casi-.

- ¡Tía! ¿Ese bomboncete es tu hijo?-. se sorprende mi prima Carmen.

- Sí. Es un sol. Se llama Fede. Federico-. Explico.

- Quiere hablar contigo-. Me dice él.

- Dile que esta noche-. Le pido.

- Dice que esta noche, papá-. Le dice. -Y yo a ti. Chao-. Se despide.

- Fede. Ella es la yaya Nerea-. Le digo dejándolo confuso.

- Pero yo ya tengo yayos, y titos, y primos, mama-. Dice sin darle importancia sentándose en el sofá para coger a Coco.

- A parte de los yayos y los titos de aquí, tienes otros. Lo que pasa es que no vinieron a verte de bebé, y por eso te extrañas-. Explico.

- Vale, pero ¿no íbamos a seguir?-. dice yendo a la mesa.

- Ahora voy. Ve haciendo el pentagrama de música. Eso sí sabes-. le digo y entramos todos a la cocina. -¿Qué? Va, decid-. Me agito.

- Ni piensas traer a tu hijo a donde naciste, por lo que veo-. Se queja Paula, como siempre.

- Para eso no vengáis a mi casa. No aprovechéis que Pablo está fuera para ponerme lo más en contra de él-. me enfado.

- ¡Eh! ¿A qué vienen esos gritos?-. oigo a Carlos. Está en la puerta de la casa, quitándose la chaqueta.

- Nada. ¿Querías algo, Carlitos?-. le pregunto.

- No. Pablo me mandó a veros, y de paso traerte ropa de Bruno. Alma está hasta no sé dónde de hacerle paquetes al clon de tu marido. Y el Salvita de cojones que no ayuda ni a la suegra a poner la mesa... Buenas tardes a todos-. Hace una pausa para saludarlos. -O sea, veas tú el panorama de la Villa, ¿sabes?-. exagera.

- Cuñaíto, creo que eres tú. Lo siento, pero... no te creo. Igual lo de Salva, sí...-. Digo pícara. Reímos abrazados.

- Me voy. Piénsate lo de Los Ángeles. Que te lo tienes merecido-. Dice y se marcha.

- Eso es familia, eso, jolines. Partirse de risa, ayudarse, vivir todos a una...-. Me frustro.

SUEÑO. [Pablo Alborán]Where stories live. Discover now