36. Comprender

42 5 1
                                    

Toco a la puerta.

- Mamá, estoy jugando-. Dice serio y finalmente abro la puerta de su cuarto.

- Hola, hijo-. Le saludo. Se gira y corre hacia mí riéndose. Lo cojo en brazos y lo lleno de besos haciéndole cosquillas con la barba.

- ¡Por fin!-. exclama mientras me siento en su cama con él abrazado. -Papa, me he sentido solo-.

- ¿Por? Mamá estuvo contigo-. Le digo cuando se vuelve a sentar en la silla de su escritorio.

- Ya, pero está siempre con la tata-. Se cruza de brazos y en ese momento entra la mami a la habitación.

- Fede, debes entender que la tata es chica todavía, necesita más atención-. Dice Estefi.

Coco trata de llamar mi atención indicándome que necesita salir al parque.

- Voy a caminar con Coco-. Digo levantándome. -Venga, vamos-. La llamo cuando estoy en la puerta, con mi chaqueta puesta y con su correa en la mano.

Al llegar al vallado del barrio, le quito la correa y comienza a correr. No hay nadie.

Ella es uno de los seres vivos que me hacen sonreír con el más mínimo esfuerzo. Se sube al banco y pone una de sus patas delanteras en mi hombro intentando saber por qué estoy tan serio. La abrazo y comienzo a llorar sin motivo.

- Guapísima-. Le digo. -He soñado contigo todos los días, ¿sabes? Tenía ganas de verte-. Confieso

(Cambio de narrador)

Oímos la puerta cerrarse y mi hijo dice:

- Mamá, déjame solo. Mañana a ver si hablamos. Pero creo que tengo que dormir-.

- Cariño, yo no quería que te sintieras solo-. Indico.

- No, como no te mandé indirectas-. Dice enfadado. -Vete, por favor. Dormiré con Coco, a ver si hace como papá. Si es que lo deja en paz-.

Salgo de la habitación sin saber qué hacer para que mi niño pare de sentir esa exclusividad de Sara.

Oigo la puerta de entrada. Coco viene a verme a la habitación, y está muy feliz, mucho más que antes. Pablo se queda en la puerta observando cómo la acaricio y viene a sentarse a mi lado para apoyarse en mi hombro y acariciar a nuestra mascota.

- A ti te pasa algo-. Dice rompiendo el silencio.

- Deberías dormir con el nene. Está muy mal-. reitero.

- Por lo de Sara-. Rebate. Asiento.

- Tiene razón, Pablo. No le hice caso en ningún momento-. Confieso.

- Me voy con él y mañana estoy contigo-. Propone y asiento. -Ey, pero no llores, vida. No...-. Chista y me besa limpiando mis lágrimas con la yema de sus dedos pulgares. Coge mi nuca y sigue besándome desafiando a mi lengua a una lucha.

Mi piel se eriza al sentir que me jala a él y me tumba para desnudarme. Me desabrocha el botón de los vaqueros y momentos después están volando por los aires. Su camiseta y pantalón, lo mismo digo.

- Vas al granoooo-. Alargo la "o" por que me está besando la parte con mucha pasión.

- Chis-. Me pide subiendo a por mi boca y dejándome tocar su culo.

- Pablo, ibas...-. Me calla con otro beso diferente.

SUEÑO. [Pablo Alborán]Where stories live. Discover now