18. Juntos

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—¿Entonces por qué me dejaste así?— respondí en un tono igual de bajo.
—Era lo me... Es lo mejor para ti. ¿No lo entiendes?— habló un poco molesto.
—¡No! ¡No lo entiendo, maldita sea! ¿Dices que me amas? Pues yo te amo a ti y no veo cómo el estar separados sea lo mejor.— solté en desesperación.
—Porque soy peligroso, Skye.— me miró finalmente, le dediqué un gesto de confusión.
—¿En serio? ¿Eso es lo mejor que tienes?— respondí incrédula.
—Mira, todo el embrollo de Penny llegó hasta mi padre es por eso que no dejó la pandilla porque yo arruiné su única oportunidad de salir. — confesó.
—Aguarda...— hablé despacio tratando de asimilarlo todo —¿Penny Peabody?— pregunté y entonces él pareció caer en cuenta de que había soltado la lengua.
—Olvídalo.— susurró y prendió el motor.
—No. No, no. ¡No! No me harás eso de nuevo.— regresé la llave para apagar la camioneta. —Ahora me dirás qué demonios está haciéndote esa desgraciada y yo me encargaré ¿entendiste?— me acerqué a su cara.
—Skye, no. No sabes de lo que es capaz.— mencionó.
—Así como ella no sabe de lo que soy capaz.— devolví.
Seguimos discutiendo un rato hasta que me fue imposible convencerlo de aceptar que yo podía hacer algo. Condujo el camino en silencio mientras los árboles en la obscuridad me arrullaban, poco a poco comencé a quedarme dormida.

Al llegar a casa, Jughead me habló despacio mientras me sacudía suavemente, justo como sólo él sabía despertarme. Bajamos del auto y entré a casa un poco molesta porque él seguía subestimándome, yo definitivamente podía hacer algo con respecto a Peabody pero necesitaba la información precisa. Subí y busqué entre mis cosas el número de teléfono que había guardado en mi armario en caso de una emergencia cómo esta. Comencé a marcar los dígitos cuando mi hermano abrió la puerta y seguido de Jughead entró a mi habitación.
—Skyelar.— comenzó a hablar como si yo estuviera a punto de hacer algo increíblemente grave o peligroso. Se acercó con cautela —Tú no harás nada en contra de ella.— habló mi hermano.
—¿En serio?— me dirigí hacia Jughead —¿Corriste por Archie?— estaba incrédula. Este no era el Jughead que yo conocía en absoluto.
—¿Entendiste?— se acercó Archie bruscamente. Definitivamente algo pasaba y ambos me los estaban ocultando. Me miraba fijamente a los ojos como perforando mi alma y muy seriamente.
—Entendí.— escupí molesta manteniendo el contacto visual y él salió de la habitación dejándome sola con Jughead. Seguí mirándolo hasta que desapareció de mi vista y después moví los ojos para ver al
chico que me miraba apenado. Estaba por salir de la habitación, caminé rápidamente a la puerta y antes de cruzar el marco de la misma su voz me detuvo.
—Skye...— habló bajo y desganado. Me detuve en seco y cerré de un portazo, estaba furiosa. Volteé a verlo como pude, la rabia me estaba carcomiendo.
—¿Qué, Forthside?— era la primera vez que lo llamaba por su nombre real y hasta yo me sorprendí un poco.
—Por favor, yo solo intento protegerte.— respondió.
—¿Protegerme? ¿A mi?— reí sarcásticamente —¿De quién? ¿De Penny?— cuando estaba por contestarme lo interrumpí —No sé si recuerdes, pero yo era parte de las serpientes mucho antes que tú. He lidiado con ella desde hace años y hay tanto que no sabes de ella que yo si.— la ira se desvanecía y se convertía en desesperación —Necesito que me digas que esta pasando.— Tenía esta horrible sensación de que algo muy malo estaba pasando y el no saber qué era me estaba matando. Él solo respondió con un suspiro y sabía que estaba a punto de decirme. —Por favor.— me acerqué para tomarlo del rostro y entonces me di cuenta de porque lo amaba. Me hacía ir por una montaña rusa de sentimientos todo el tiempo, a veces no eran los mejores pero él siempre estaba a mi lado y por eso era que me sentía tan segura con él sin importar lo que pasara.
—¿Recuerdas la enorme caja que llevábamos en la camioneta?— yo asentí —Era una entrega de ella. Cuando mi padre entró a prisión, él tenía una deuda con ella y esta se volvió mía y para saldarla tenía que hacer una entrega. Después de eso, Penny me busco un par de veces más pero no fui y cuando mi padre volvió la deuda regresó a él solo que era más grande. Busqué la forma de saldarla con esta última entrega pero cuando entramos, una mujer dijo que me vería en la siguiente entrega.— por fin me explicó y todo comenzó a cobrar sentido.
—Los enganchó.— concluí, el asintió. —¿Qué tiene ella de ustedes?— pregunté, pues algo debía haber entre líneas para que los Jones siguieran siendo sus mulas.
—Ella sabe sobre mi madre y Jellybean.— admitió. El enojo me inundó y entonces vi lo bajo que había caído Penny, sin embargo después de pensar un momento me di cuenta de la desesperación en la que se encontraba; pues de ser diferente ella habría buscado algo mejor para atarlos al trabajo.
—Escucha, este es un plan muy complejo porque si los tiene a ambos, entonces es algo grande. Por ahora no te preocupes, ella no hará nada hasta mañana. Por la mañana iremos al Wyrm y pensaremos en un plan. Juntos. ¿De acuerdo?— le dije para intentar tranquilizarlo; la verdad es que conocía muy bien a Penny como para saber qué paso seguía, me tomó mucho tiempo y experiencia aprender sus modos pero al final lo logré. Él asintió y cerró los ojos al mismo tiempo, me agradeció con un beso en la mejilla y se despidió.
—Es muy noche. ¿Por qué no te quedas a dormir?— Jughead me miró directo a los ojos con un semblante completamente diferente y sonrió.

Our New Mystery || Jughead JonesWhere stories live. Discover now