33. Película de verano

502 43 2
                                    

El viaje hasta la cabaña de los padres de Verónica fue muy divertido, cantamos canciones increíbles, claro que pedimos Pop's para llevar en el camino y el clima era delicioso. El sol brillaba pero no era un día tan caluroso aunque tampoco hacía frío, era perfecto. Es como si el universo se hubiera alienado para darnos un descanso también. El camino entero dio recargada en el pecho de Jughead, íbamos casi acostados en la parte trasera del pequeño carrito que habíamos conseguido, parecíamos los típicos adolescentes de una película noventera que iban de vacaciones y por un momento así se sentía.

—De acuerdo, pónganse cómodos. Su habitación está arriba al final del pasillo a la derecha. Nos vemos en una hora en la terraza para comer.— habló Ronnie como la líder natural que era. Jug y yo subimos a desempacar. La habitación era increíble, rústica pero muy moderna a la vez, la vista que nos daba la ventana me cautivó al entrar. Un espeso bosque con montañas de fondo y un lago en medio de ambos. Me acerqué y la abrí, al instante el olor a madera y pino se intensificó y el canto de las aves también.
Cerré los ojos y respiré profundamente, quería conservar para siempre esta sensación de tranquilidad me inundó en cuanto llegamos. Sonreí sin abrir los ojos al sentir unos brazos al rededor de mi cintura, el toque era delicado pero a la vez seguro y seductor, giré sobre mis talones para encarar a mi novio, lo rodeé por el cuello, pegué nuestras frentes y con una sonrisa en mi rostro paseé mi mano desde su suave cabello, luego por su mejilla y finalmente hasta sus labios. Los rocé con las yemas de mis dedos y poco a poco abrí los ojos, él me miraba atento y con una sonrisa que enamora a cualquiera. Me alejé un poco para poder apreciar todo su rostro, mi mano fue a su mejilla y estudie una vez más cada parte de su rostro. Su mirada seguía a la mía, un tanto curiosa y un tanto sabiendo perfectamente lo que hacía. Una sensación indescriptible me dio mil vueltas al corazón y me cosquilleó todo el cuerpo, sentí como se me enchinaba la piel y esta vez sonreí mostrando mis dientes. Mis ojos viajaron directo a los suyos, nadie hablaba nada pero decíamos mucho.
—Te amo.— susurré mientras sentía como me perdía en el azul intenso de sus ojos. Una sonrisa cautivadora iluminó su rostro y se acercó a besarme tiernamente.
—Te amo más.— susurró cuando los separamos. Sus brazos me acercaron a él y nos fundimos en el abrazo más lindo del mundo, cualquier persona pudiese haber visto el amor y cariño que emanaba de nosotros en este momento, o sentirlo. El sentimiento era tan grande y real que podía sentirlo en el aire a nuestro al rededor, de no ser porque era algo intangible, habría jurado que podía tocarlo también, sentirlo envolvernos en sus brazos mientras nos levantaba triunfante. Como una historia exitosa, una historia de amor de verdad.

—No, eso debería ir a un lado, no tiene caso ponerlo aparte, Ronnie.— Jug y yo bajamos las escaleras tomados de la mano mientras escuchábamos a mi hermano reprochar seguido de un quejido de Verónica.
—¡Genial, ayúdenme! ¿El aderezo va a un lado de la ensalada o en un recipiente aparte?— fuimos hasta la isla de la cocina donde estaban ambos discutiendo acerca del aderezo, Jug me abrazaba por detrás recargando su cabeza en mi hombro. Los miré extrañada y después de una pequeña risa que abandonó mi boca, robe una fresa.
—Encima.— sorprendentemente Jughead y yo dijimos lo mismo al mismo tiempo. Archie y Veronica nos voltearon a ver divertidos y extrañados, a los pocos segundos todos soltamos una carcajada y con la ayuda de mi novio, llevé los platos a la terraza porque moríamos de hambre y conociendo a esos dos, no comeríamos si seguían discutiendo sobre en donde debería ir el aderezo.

Después de una agradable comida al aire libre, Ronnie buscó un juego de mesa que, según ella, era una tradición para cada que venía acá. Era alguna clase de juego que involucraba finanzas así que no me vi especialmente entusiasmada hasta que de pronto yo iba ganando, no estaba muy segura de que es lo que había que hacer lo cual volvía más divertido el hecho de que les estuviese ganando a los tres. Archie creía completamente imposible que yo pudiera ganar en este juego así que comenzó a hacer una rabieta, como siempre que sabía que le ganaría, pronto Verónica se incorporó al intercambio de palabras entre mi hermano y yo y finalmente Jug también lo hizo. Era un día completamente divertido y tan especial que hasta una discusión se había vuelto divertida, aunque el alcohol tuviera algo que ver con ello. Estábamos riendo cuando un golpe que resonó por todo el lugar nos hizo sobresaltar a todos.
—Este si será su fin.— habló una figura masculina oculta detrás de una máscara. Una máscara que trajo fragmentos de situaciones pasadas a mi cabeza y mientras trataba de incorporarme, vi el arma con la que nos apuntaba. Me sentía completamente abatida, Jug tomó mi mano de inmediato y se posicionó frente a mi de modo protector cuando el enmascarado nos ordenó levantarnos y ponernos de pie. Nuestra película de verano se había convertido en una de esas películas de terror donde todo termina mal.

Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad y media. Apretaba la mano de Jug cuando sentía más miedo intentando mantenerme en calma. Su pulgar acariciaba mi mano habiéndome saber que estaba al tanto de mis emociones y que de alguna forma u otra intentaba tranquilizarme. Recuperaba la respiración cuando otro ruido terrible nos tomó por sorpresa, a todos de menos a Verónica. ¿Por qué?

Our New Mystery || Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora