35. Criatura

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Mi primer instinto fue golpear a quien sentí atrás mío pero antes de que pudiera hacerlo, una toalla que olía terriblemente mal fue presionada contra mi rostro. Cloroformo.

Un pitido constante resonaba en mi cabeza y el eco a mi alrededor me aturdía, no había tanta luz pero esa poca me cegaba. Escuchaba mis propios quejidos como si vinieran de alguien más. Mientras me incorporaba, un frío me calaba los huesos y la humedad de donde sea que estuviera me picaba la garganta, aunque cuando fui consciente del extraño sabor que había en mi boca, a eso le atribuí el picor.
Por fin pude abrir mis ojos pero al instante desee no haberlo hecho, una figura enorme de al menos dos metros de altura estaba a centímetros de mi, vi primero los pies, que estaban cubiertos con algo parecido a una toga negra. Poco a poco fui subiendo la mirada, llena de miedo e incertidumbre pero cuando busqué su rostro, no vi nada más que el craneo de una especie de antílope o animal con cuernos. Era aterrador, había ramas en su cabeza y hacía sonidos indistintos con tono grave, tenía uno de esos timbres que puedes sentir en el interior de tu cabeza. Comencé a respirar pesado y la cosa se acercaba a mi, me hice para atrás lo más que pude pero una pared me marcó el límite. Miré a mi alrededor y corrí a la puerta
—¡Ábranme, por favor!— gritaba y golpeaba la madera pesada mientras susurraba para mis adentros que esa cosa no era real y apretaba los ojos para evitarme verlo. Podía sentir las ramas picándome, estaba muy cerca. —¡No! ¡Aléjate de mi!— corrí a otro punto de la habitación cuando un sonido aún más fuerte me obligó a ver.
—¡Skye!— vi a Jughead corriendo hacia mi.
—¡Juggie!— fui ignorando por completo a la criatura y solo corrí a sus brazos. Revisó mi cara en busca de algún rasguño y me abrazó.
—Chicos, de prisa.— Sweet Pea estaba al fondo del pasillo vigilando.
—Debemos salir de aquí.— Jug me tomó de la mano y me jaló fuera de ahí. Pero antes de que pudiéramos avanzar volteé a ver a la criatura, estaba a centímetros de mi y entonces mi respiración se volvió entrecortada de nuevo. —¡Skye vamos!— me tomó de la cintura para guiarme afuera de ese lugar. Corríamos por los pasillos pero en mi cabeza todo era muy extraño, no reconocía el lugar, las paredes estaban quemadas, la madera crujía bajo nuestras pisadas pero entonces, miré por la ventana y lo vi parado afuera de esta, esperando a que saliéramos para atacar.
—No...— hablé deteniendo a Jug de salir, señalé por la ventana, donde la criatura se acercaba.
—¿Skye?— volteó a ver. —Linda, no hay nada. Debemos salir de aquí antes de que alguien nos vea.— exclamó y tiró de mí para que lo siguiera. El resto del camino fue muy borroso y en realidad no prestaba atención pues Jug me iba jalando mientras intentaba descifrar en cómo es que Jughead no había visto a esa criatura cuando, claramente estaba del otro lado.

Llegamos a una camioneta y en un instante estábamos conduciendo lejos del orfanato de la Hermanas de la misericordia.
—¿Jug, qué..?— no había soltado mi mano en todo el camino.
—Está bien, estás bien. Te llevaremos con Big Boy.— la madre del chico era enfermera, así que tenía sentido porque él siempre había probado sus habilidades de herencia en ese ámbito.
No fui capaz de esbozar otra palabra, mientras íbamos en camino a Sunny side, Jughead me envolvió en sus brazos y, eventualmente, caí dormida.

Estaba en medio de la nada, en un bosque, completamente desarmada y esta sensación de pánico me invadía por completo, sentía como si me volviese paranoica y al mismo tiempo sentía que no lo era suficientemente. Las ramas de rompían a mi al rededor, haciéndome voltear en busca del porqué pero no había nada. De pronto, atrás de mi estaba esa criatura de antes, pero estaba diferente. Había algo que no cuadraba... intentaba poder ver mejor con la poca luz que había pero me fue casi imposible hasta que el craneo visible se levantaba muy lentamente hasta que después cayó al piso, miré de inmediato a donde seguía el cuerpo de la misma y entonces en donde antes estaba ese extraño craneo, ahora se veía una cabeza humana cubierta con un pasamontañas negro, Black Hood. Pero eso no era todo, el mismo sonido que ponen en las películas cuando un cuchillo cortaba algo, se hizo audible y en un segundo la cabeza del hombre estaba en el suelo. En shock miré el cuerpo que aún estaba de pie y de la nada, comenzó a moverse. Mi grito fue inevitable, corrí lo más rápido que pude.
—¡Skye!— escuché y abrí los ojos sobresaltada. Solo fue una pesadilla. Apenas fui consciente del ambiente, me di cuenta que estaba sudando y mi respiración era agitada. —Tranquila, todo está bien. Aquí estoy.— habló Jug acercándome a sí.

—¿Estás seguro?— preguntó Toni.
—El sabor es inigualable y el picor en la garganta es característico de las Fizzle rocks.— asintió y me miró.
—¿Entonces me..?— intenté decir pero Sweet Pea me interrumpió antes de terminar la oración.
—Así es, pero ahora hay que ocuparnos de lo que viste. Escuché que no eres la única que ha visto algo así, es preocupante.— explicó. Me ocupé en dibujar lo que había visto aquel día, ellos me dijeron que no habían visto nada cuando me encontraron, que solo estaba yo en esa habitación. Pero incluso después del efecto de las drogas, podía sentir su presencia a mi alrededor, muy cerca. Estaba tan asustada que apenas podía dormir y las pastillas ya no ayudaban del todo. Necesitaba enfrentar lo que sea que fuera eso antes de que me siguiera consumiendo.

—¿Arch?— hablé al responder su llamada. Él respondió de una forma tan particular que supe que algo no andaba nada bien.
—Deben venir, ahora. Es una emergencia.—

Our New Mystery || Jughead JonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora