Teatro de Texto

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— Pues yo creo 100 % en los flechazos, en el amor a primera vista. — La profesora de primera hora ha faltado y María y Luisita están desayunando en la cafetería de la universidad. María no para de hablar, pero Luisita está pensando en otras cosas. Ha pasado una semana desde que Amelia llegó a la universidad y no puede evitar sentirse rara. Que Amelia no se separe de ella ni de sus amigos en ningún momento no ayuda. Nunca había tenido tantas cosas en común con alguien. Nunca se había sentido tan a gusto con una persona a la que conocía de hace unos días. Y eso le preocupaba. Porque al llegar a casa seguía pensando en Amelia. Estaba confundida y perdida. — Es que tienes que ver la película, Luisita. Los protagonistas se encuentran en un bar. Ella va al baño y se tropieza con él, cruzan un par de miradas intensitas y voilà: enamorados. ¿Te lo puedes creer? Tiene que ser una sensación increíble, ¿no crees? Mirar a alguien y sentir que te da un vuelco el corazón, madre mía...

Luisita despierta de su letargo: — Lamento comunicarte, María, que la vida no es una película.

— Venga ya, ahora me vas a decir que nunca has conocido a una persona que te haya hecho querer saberlo todo de ella y en la que no podías dejar de pensar. — Luisita abre la boca para decir algo, pero la visión de la persona que está entrando en el bar se lo impide.

— ¡Hola, bonitas! — Saluda Amelia.

— ¡Eh, Amelia! ¿Qué tal? ¿Has podido organizarte ya un poco? — Pregunta María.

— Sí, un poco. Los apuntes de Luisita me han ayudado un montón. — La morena sonríe a Luisita y esta le devuelve la sonrisa apartando la mirada rápidamente.

— Siéntate, Amelia, que te pido un café. — Dice María, y se levanta de la mesa para dirigirse a la barra.

— ¿Qué tal Luisita? ¿Alguna novedad por aquí? — Inicia la conversación Amelia.

— No mucho.

— Oye, ¿vas a ir a la fiesta de esta noche? Me he encontrado con Mateo y me ha dicho que no me la pierda.

— Pues no lo sé, sigo pensándomelo. Las fiestas a lo grande nunca han sido lo mío, la verdad. No me gusta beber y tengo que soportar a mis amigas intentando emparejarme con algún tío.

Amelia se ríe.

— Y no estás muy interesada ahora mismo en eso, ¿no?

— Pues mira, no. Cero.

— Bueno, igual no es el momento. Siempre he pensado que el amor te llega cuando menos lo esperas. Puede que hasta con una forma muy distinta a lo que siempre habías imaginado.

— ¿Cómo? — Dice Luisita. De repente, aparece María con el café de Amelia y un nuevo tema del que hablar.

— Oye, Amelia. ¿Qué te pareció la clase de Teatro de Texto? La profesora es de las más exigentes.

— Bueno, a mí me gusta más el teatro musical, pero la verdad es que me resultó muy interesante. Aunque Romeo y Julieta me parece muy difícil de interpretar, madre mía, lo pasaré mal.

María se ríe mientras Luisita tiene la vista fija en su café.
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Luisita entra en clase un poco tarde junto con Amelia y el resto de amigas.

— Bueno, parece que ya estamos todos por fin. — La profesora mira a las chicas que acaban de entrar. — Ya podemos hacer el reparto de papeles. Pablo, tú vas a ser Romeo. Amelia, como te has incorporado tarde y aún no te he visto actuar, tú harás de Julieta.

Amelia asiente para después decir: — Perdone, profesora, pero quería proponerle algo.

— A ver, dime.

Modern Love - LuimeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora