El cumple de Catalina

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Son las 18:30. Todos los invitados estaban citados a las 18:00 en El Asturiano. Luisita lo tiene claro: Amelia no va a venir. Y es en parte culpa suya. Catalina lleva toda la tarde preguntándole por ella. Por no hablar de Marcelino, que no deja de darle la tabarra. Ahora que han pasado casi un par de días y lo ve todo de una forma distinta, se da cuenta de que tendría que haber hablado con Amelia con más calma. Sigue pensando lo mismo, pero igual debería haber sido un poco menos dura. Aunque Amelia tampoco se quedó callada. Lleva tantas horas dándole vueltas a lo mismo... Reacciona y vuelve al bar porque escucha a Catalina:

— ¡AMELIA! — Luisita mira a su hermana y después hacia la puerta y la ve. Amelia le da un abrazo y un beso a Catalina, que sonríe como no lo ha hecho en toda la tarde.

— ¡Hombre, menos mal, mi yerna favorita! Que Catalina no me dejaba encender las velas hasta que no llegaras tú. — Grita Marcelino desde detrás de la barra. El marido de Leonor, la hermana de Luisita, lo mira desde lejos, ofendido por la confesión que acaba de hacer. Su otra hermana mayor, Lola, vive demasiado lejos y no ha podido venir esta vez.

Luisita se acerca a ellas. Amelia se ha agachado para darle una caja a Catalina.

— Toma. Tu regalo. He tardado un poco más porque estaba preparándolo. ¿Me perdonas? — Catalina asiente, nerviosa. Abre la caja y saca un marco de fotos que contiene una foto Polaroid con una frase escrita con rotulador negro: "Cuando estés triste, come chocolate". — ¿Te acuerdas de este día? — Catalina suelta una carcajada y asiente. — Eras un pelín más enana que ahora, y estabas triste porque creías que no te iban a dejar entrar en el equipo de fútbol. Así que Luisita y yo te llevamos a comer gofres con chocolate y te manchaste todas las manos y la boca. Como Luisita se empezó a poner un poco nerviosa por las manchas, tú y yo empezamos a coger chocolate con los dedos y a mancharle a ella la cara. Y así empezó la guerra de chocolate.

Amelia y Catalina se ríen. Luisita las mira sonriendo también. Se acuerda perfectamente de ese día. Amelia convirtió un momento algo difícil para Catalina en un día divertidísimo. Tiene el don de alegrarte en un segundo. Así es Amelia. Como recuerdo, se hicieron una foto con toda la cara manchada de chocolate. Luisita salía riéndose, Catalina con las cejas levantadas y la boca abierta y Amelia de perfil acercando un dedo manchado de chocolate a Luisita.

— Me encanta, Amelia. Voy a enseñársela a papá y mamá. La pondré en mi cuarto. — Catalina se aleja dando saltitos con el marco de fotos en la mano.

— Qué regalo tan bonito. — Dice Luisita, algo tímida. — Pensaba que ya no venías.

— No me perdería el cumple de Catalina por nada del mundo. — Guarda silencio un par de segundos. — Para ti también tengo un regalo, pero está en casa. ¿Vienes después a recogerlo?

— ¿Para mí? ¿Por qué? — Luisita empieza a hacer memoria. No quiere ni pensar que sea alguna fecha importante y la haya olvidado.

— Por nada en concreto. Me apetecía.

— Ah, vale. — Otra vez Amelia y esa mirada intensa. ¿Alguna vez va a poder superarla? Luisita tiene claro que no.

— ¡Venga, venid todos! ¡Las velas! — Grita Manolita, encendiendo las velas con un mechero. Todos, familiares y amigos, se agrupan alrededor de la mesa. Cantan cumpleaños feliz y Catalina cierra los ojos para pedir un deseo. Al momento, sopla las velas y todos aplauden. Amelia está al lado de Luisita y, sin acordarse de que se supone que están enfadadas, pasa su mano varias veces por la espalda de su novia. Luisita se estremece y la mira de reojo.

Al rato, Amelia está sentada en una mesa jugando con Catalina, Ciriaco y el hijo mayor de Leonor, que tiene 6 años. Catalina y Ciriaco son sus tíos, pero en realidad se comportan como si fueran primos. Luisita está justo enfrente, hablando con Leonor sobre su máster, mientras de lejos observa a Amelia. Si hay algo contra lo que no puede luchar es ver a Amelia con sus hermanos pequeños y sus sobrinos sin que se le escape una sonrisa.

Modern Love - LuimeliaWhere stories live. Discover now