Escenografía

3.3K 142 13
                                    

Pido perdón de antemano por las altas dosis de azúcar de este capítulo. No es mi estilo en general y no siempre será así, pero oye, que un poquito de esto ahora mismo no nos viene nada mal :)
————————————————————————

— ¡Luisita! — Luisita escucha la voz de su madre acercándose por el pasillo, pero está tan dormida, que no le da tiempo a reaccionar. Mira hacia el lado y ve a Amelia profundamente dormida. Está guapísima.

Manolita abre la puerta de la habitación de Luisita y enseguida dice:

— Luisita... perdón... pensaba que estarías despierta ya. ¿Has visto qué hora es? — Amelia se hace la dormida, se está muriendo de la vergüenza.

— Sí, es que nos quedamos hablando hasta tarde y... Bueno, ¿cómo está el abuelo?

— Muy bien. Lo acabamos de dejar en su casa y parece que está sano como una pera. Levantaos, que os preparo el desayuno, venga.

Manolita cierra la puerta y Amelia abre los ojos por primera vez. Mira a Luisita con la cara totalmente descompuesta.

— No me lo puedo creer. Me quedé dormida aquí. — Luisita empieza a reírse. — No tiene gracia, Luisita, tu madre me ha visto en tu cama.

— Bueno, ya no hay solución, ¿no?

— Me encantaría saber cómo lo haces para estar siempre tan tranquila. No lo entiendo.

— Amelia, relájate. Y vamos a cambiarnos de ropa, venga, que tu suegra se pone superpesada con el desayuno y ya va a estar llamándonos. — Amelia la mira con enfado.

— ¿Puedes dejar de decir eso?

— ¿El qué?

— Lo de suegro y suegra. Me da vergüenza. Y podría enterarse.

Luisita se levanta de la cama para vestirse no sin antes darle un beso rápido a Amelia y hacerle burlas.
—————————————————————————

— Bueno, voy a recoger mi cuarto y me voy, que me está esperando María. — Le dice Luisita a su madre  cuando termina de recoger los platos del desayuno. Amelia acaba de irse. Luisita empieza a caminar hacia su habitación, pero Manolita la llama.

— Luisita, espera. — La rubia se teme lo peor. Se gira hacia su madre, que está sentada en el sillón. — Ven un momento, hija, quiero hablar contigo. — Luisita se acerca a su madre y se sienta en el sofá de al lado.

— Dime.

— ¿Por qué estaba Amelia en tu cama? — Luisita no se espera esa pregunta tan directa, así que tiene que improvisar.

— Pues mamá, que nos pusimos a hablar y a enseñarnos cosas en el móvil y nos quedamos dormidas. Lo típico.

— Ya, lo típico. — Luisita nota la ironía en las palabras de su madre.

— Pues claro. ¿Cuántas veces me ha pasado con María? — Intenta disimular.

— Sí, pero a María la conoces de toda la vida. Es prácticamente tu hermana. Y además no la miras como miras a Amelia. — Luisita vuelve a sentir esa presión en el pecho tan característica de cuando vive una situación que le agobia.

— ¿Qué dices, mamá?

— Pues eso, que soy tu madre. Que no soy tonta. Llevas unas semanas rarísima y me doy cuenta de todo, hija. Además, que María y tú habláis muy fuerte y tu habitación está pegada a la mía, te lo recuerdo. — Luisita se pone roja como un tomate y recuerda la conversación que tuvo con su amiga el día anterior antes de ir a casa de Amelia.

Modern Love - LuimeliaWhere stories live. Discover now