❝Vampire World❞│Sʜᴀᴅᴏɴɪᴄ﹣Mᴇᴘʜᴏɴɪᴄ│AU

°《51》°

El día esperado estaba a la vuelta de la esquina, ya quedaba poco tiempo y todos debían prepararse como era debido. La murciélago les otorgó espadas y armaduras especiales a los muchachos igual que a su amiga, para que tuvieran con que defenderse decentemente.

Los entrenamientos para el cobalto eran difíciles y cargados, siempre manejó un nivel de estrés y agotamiento cuando laboraba para los reyes como recolector, pero ahora sin duda era el triple de trabajo. Tal vez físicamente iba progresando mucho, pero su mente le jugaba mal, siempre tenía dudas de lo que sería capaz de hacer y en como salvaría a su reino.
Él todavía seguía siendo joven, y no tenía idea de cómo reaccionaría su gente al enterarse de una nueva guerra y en su puesto al cesarla.

Ya estaba cansado, respiro profundo y se dejó caer de rodillas, apoyándose únicamente por su espada que enterró la punta en el pasto. Mantenía los ojos entrecerrados divagando en su mente, la mitad de sus dudas y temores se habían logrado desvanecer, pero la otra --y que era más pesada-- lo seguía atormentando.

−No quiero que nadie muera...no se lo deseó a nadie... −cerro los ojos con fuerza, sollozando bajamente−. Yo no estoy listo para ser rey...yo no puedo con tanto...yo no... No sé si soy capaz de derrotar a ese demonio... Ni siquiera puedo protegerme solo... No hago nada bien...

−¿Sonic? −el mencionado logró limpiarse inmediatamente las lágrimas y ponerse de pie, siguiendo con su entrenamiento interrumpido. El azabache apareció de pronto frente a él, bajando su espada y tomándole el mentón−. ¿Estuviste llorando de nuevo?

−Qué? No nada de eso, ya... Lo-lo superé... −dijo agachando las orejas y modulando su tono de voz.

−Tienes los ojos hinchados, aunque me lo niegues, tu cuerpo te delata inmediatamente *besándole la frente*

−Rayos... −musito haciendo un puchero, pronto sus orejas captaron un sonido entre los arbustos, así que con la compañía del mayor fueron a investigar−. ¿Qué será?

−Por mi que sea un almuerzo −dijo alistando sus colmillos y garras.

−Solo piensas en matar...

−Qué otra cosa puedo hacer? No necesito comer o dormir, eso es para mortales.

−Yo soy un mortal.

−Pero eres mi mortal es-

Calló al ver como un caballo estaba detrás del chico, el animal restregaba su hocico contra el hombro durazno; Sonic volteo y se encariño repentinamente con la criatura, hablándole dulcemente mientras lo acariciaba.

−Se supone que sería mi alimento...

−Ni en chiste digas eso Shad, esta belleza no será tragada por nadie.

−Apenas lo acabas de encontrar Son, y te recuerdo que montarás uno de raza y de la realeza, así que mejor démosle un buen uso a su sangre.

−Eres un malo, no te lo permitiré −giro a ver molesto al vetado, sacándole la lengua infantilmente−. Y no quiero otro caballo, quiero a este.

−Pero-

−Nop, dije que quiero a este −sentencio, dándole la espalda al bicolor y dejándole callado.

−Ok... Sí... Cómo quieras −se cruzo de brazos y miro indiferente al cían, quién seguía pegado al animal.

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−Esa parece una caldera *Señala el cielo*

−Sonic, esa es la constelación de la Osa Mayor.

−Oh... Jajaja, solo quería probarte.

−Bien, niño listo.

Acarició sus mejillas y siguió abrazándolo, el menor estaba apoyado sobre el regazo del contrario; ambos veían el cielo nocturno y estrellado por última vez, mañana sería el entrenamiento final y luego regresarían a Mobius, listos para el retorno de aquel vil ser.

Pero por esos momentos, la pareja prefería estar tranquila y descansar de las obligaciones, estando al lado del otro en un momento de paz.

−Shad! Mira, es una estrella fugaz! *señalando el cielo*

−Pide un deseo amor.

Internamente pidió porque todo saliera bien, y finalmente lo aceptó.

Aunque él perdiera la vida, quería que todos los demás estuvieran bien, y entre ellos por supuesto estaban los gemelos, a quienes juro esa noche proteger pasé lo que pasé.