Capitulo 6: acepto

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NARRA KRIST

El examen había dado comienzo y con el los auriculares habían sido confiscados asta finalizar el examen, al principio todo marchaba bien, pero a los pocos minutos todo cambio, todos empezaron a poner su mente en marcha, lo que izo que mi dolor de cabeza empezara. 

Cada vez era mas difícil concentrarme en mi propio test, por que P'Rod tenia que haber confiscado los auriculares, en el anterior instituto nunca me los abian confiscado. Mi mente cada vez estaba mas saturada y eso hacia que no pudiese escuchar nada. Tan solo llegue a escuchar un grito, seguido de una mano que me agarro y me saco del examen, mi estado de aturdes desapareció cuando mi espalda golpeo contra la pared del baño y me dejo ver quien me había llevado asta el baño. 

-Que sucede, dilo, ahora.

-No. 

-HABLA. Dijo gritando, cosa que izo que me olvidase de mi dolor de cabeza.

-NO, Y MENOS CONTIGO. Porque quería saber que sucedía si no quería ni acercarse a mi. TU DIJISTE QUE NO HABLASE CONTIGO NI RESPIRASE TU AIRE. VUELVE CON TU NOVIA...

No pude continuar hablando ya que la campana de cambio de clase había sonado y con ello los alumnos habían empezado a salir al pasillo, lo que izo que mis oídos empezaron a pitar, mientras que mi mente se saturaba. mi instinto me llevo a agacharme y coger mi cabeza como tantas veces había pasado, no dejaba de recibir sobre estimulante en mis sentidos, tanto el olor como el ruido estaba acabando conmigo. Cuando pensaba que iba a desmayarme, unos brazos me rodearon he hicieron que el dolor fuese pasando, no era capaz de escuchar mas que unos murmullos, al igual que una agradable esencia de eucaliptos estaba consiguiendo que me relajase, cada vez había menos gente alrededor y sin despejarme de la cálida sensación, una agradable melodía empezó a sonar lo que termino de relajarme, haciendo que me diese cuenta de por quien estaba siendo abrazado, intente zafarme varias veces pero no me dejaba salir de sus brazos. 

No paraba de repetir que quería saber que era lo que sucedía y que si no se lo decía no iba a dejarme irme de aquí. 

Yo no iba a decirle nada, este era mi secreto y siempre iba a ser mi secreto nadie tenia que saber que era capaz de escuchar todo lo que la gente pensaba, y que era capaz de oler toda la sangre siempre que tuviese mis instintos en funcionamiento. No iba a decirlo nunca, nadie lo sabia, y así debía de ser por siempre, cuando estaba apunto de zafarme de el, uno de mis auriculares fue quitados y con ello un susurro que izo que toda mi piel se pusiese de gallina.

-Krist, estoy oliendo tu aroma y si eso sucede es porque tu tan bien estas oliendo mi aroma, y eso sabes lo que significa....

Yo solo pude abrir los ojos mientras,  mientras el auricular era vuelto a poner en mi oído. y una mano empezaba a recorrer mi espalda, era verdad que ahora que Singto estaba mas cerca de mi el olor a eucaliptos mojado era mas fuerte y era encandilador, pero sacando todas las fuerzas conseguí escaparme de su agarre. 

-Yo no estoy oliendo nada, eso eres tu con tus locuras, no vuelvas ha acercarte a mi, déjame, haz como si esto nunca hubiese pasado, y yo tan bien lo are así nadie sabrá que me has tocado. 

-KRIST NO TE ATREVAS HA IRTE SIN DECIR NADA.

Y sin darle tiempo a decir nada mas me fui dando un portazo, rápidamente me puse a correr en dirección contraria a la clase, no iba a volver no, y menos para ver la cara de Singto, cuando conseguí estar lo mas lejos posible de todos los edificios caí rendido en un árbol, mi corazón se encontraba demasiado agitado, no traía mi mochila y ninguno de mis medicamentos estaba conmigo para poder calmarme así que cerrando los ojos y apoyando mi espalda en el árbol me intente relajar, por suerte mis auriculares estaban conmigo al igual que mi teléfono, pronto puse mi música favorita y cerro los ojos. Como podía decir ese gilipollas que estaba oliendo mi aroma, eso solo eran sus locuras, si algo sabia gracias a las clases de biología era que los aromas eran para las parejas predestinadas, y estaba claro que eso no iba a pasar ya que Appel le había contado que Kristal y Singto eran pareja predestinadas desde que sus instintos despertaron, aparte ni loco iba a caer rendido por Singto, nunca iba a dejar que un niño mimado formase parte de su vida. Seguro que el olor que estaba oliendo en el baño era porque la ventana de este estaba abierta, era verdad que no había visto ningún eucaliptos por la zona pero seguro que había, seguro.

EL JUEGOWhere stories live. Discover now