Capítulo Uno

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Kala lanzó su suéter con bastante fuerza al sofá sin percatarse de que Boo —el gato de su tía Agnes— se encontraba descansando allí. Con un maullido de lo que se podía interpretar como molestia, Boo bajó del sofá y caminó hasta su caja de arena. Aún susurrando improperios Kala se dejó caer el sofá donde anteriormente se encontraba Boo. Solo quería descansar, no había descansado desde que aterrizo el avión. Había llegado de los estados unidos el día anterior y en vez de descansar se ocupó de limpiar la que sería su habitación para luego organizar todas sus pertenencias, y al día siguiente se había levantado temprano para llevar los papeles necesarios para la inscripción a la universidad y cuando regresaba a casa había encontrado una pequeña pero acogedora biblioteca a la cual había decidido entrar, amaba los libros y era sorprendente que aquella biblioteca se encontrará cerca de la casa de su tía, si no era el destino no sabía que era. Volvió a bufar y arrugar el rostro cuando recordó al chico maleducado, ¿pero que se creía? Tener discapacidad visual no son razones suficientes para tratarla mal.

—Si sigues bufando de ese modo creerán que estás loca —Su tía Agnes, una mujer alta y con buenas curvas, la observaba desde la cocina con esos atemorizantes ojos verdes.

— ¿Todos los británicos son maleducados o qué? —pregunto Kala tomando asiento en el sofá, entendiendo que a su tía no le gustaba que se acostaran en el.

—No solo los británicos, muchas personas son maleducadas —dijo caminando hasta quedar frente a Kala y extenderle una taza de té—. ¿Por qué la pregunta?

—Conocí a un chico ¡un irrespetuoso! —exclamo Kala percatándose de que le estaba dando mucha importancia a una pequeña discusión—, un grosero.

— ¿Qué fue lo que te hizo? —pregunto Agnes ignorando la exaltación con la que su sobrina le hablaba, tomó asiento frente a ella y con calma esperó a que su sobrina le relatara lo que había acontecido, Agnes arrugó un poco la frente pero volvió a su rostro sin expresión "Cero arrugas" era lo que siempre se repetía, cuando Kala terminó de relatar el porqué de su molestia con un joven—, Es un chico muy maleducado —susurró Agnes dándole la razón a su sobrina.

>>Si lo vuelves a encontrar, aléjate. No necesitamos juntarnos con personas que se comportan de esa manera, las malas actitudes se pegan Kala —anunció con superioridad dando un sorbo a su taza de té.

Kala cruzó los brazos sobre su pecho sin saber que decir—. Que sea ciego no son razones suficientes para comportarse de ese modo —susurró causando que Agnes casi dejara caer el contenido de su taza en su fino vestido.

— ¿Era ciego? —preguntó bajando su taza de té y mirando a su sobrina con preocupación.

—Si... ¿Y eso que tiene que ver?

—No puedes andar ofendiendo ciegos, Kala... Son persona con una discapacidad a las cuales debes mostrarle respetos... Ahora pienso que quizás fuiste tú la de problema —susurró Agnes entrecerrando los ojos.

—La del problema no fui yo y además... Ser ciego no te hace menor ni mayor a otras personas, es una persona común y corriente... Creo que eso ni es una discapacidad, nosotros con nuestras palabras les hacemos sentir discapacitados —explicó pero aún su tía la observaba molesta, siguió con su vomito de palabras—, No fue mi culpa, fue suya... ¡Hasta me empujó! Aún me duele la espalda —susurró exagerando un poco sus palabras.

—Sigo diciendo que fue tu culpa, tus ojos están perfectos, tú eras quien podía evitar que chocaran —dijo Agnes observando como las aletas de la nariz de su sobrina empezaban a expandirse en una muestra de frustración.

—Es un maleducado ¡un narcisista! —exclamó levantando los brazos al cielo.

—No sabes lo que significa Narcisista —afirmó su tía soltando un suspiro y tomando una mejor posición en el sofá que se encontraba frente a Kala.

Aunque no pueda VerteWhere stories live. Discover now