Capítulo Veinticinco

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Metió la bolsa de golosinas en la parte de atrás del auto y la carta en su mochila, Dean y David conversaban alegremente de como estaría la pesca en ese fin de semana e ignoraban la cara de tristeza del hombre que estaba sentado en el asiento trasero. Saúl dejó caer su cabeza en el cristal del carro y trató de no escuchar lo que Dean y David decían, en estos momentos necesitaba tranquilidad para poder pensar bien las cosas.

Kyara le había escrito una carta un día antes del accidente, aquella carta tenía cinco años en manos de Maritza y en ningún momento pensó en dársela a su dueño, se había ido a Rusia y ni siquiera pensó en lo que podría haberle sucedido a la carta, a las últimas letras de Kyara. Se sentía impotente y un poco conmocionado, en su mochila tenía algo valioso y ni siquiera sabía que mensaje estaba oculto allí; Kyara no era nada romántica y nunca le escribió una carta, era extraño que haya escrito una.

Revolvió su cabello rubio con fuerza, su cabeza era un mar de preguntas sin respuestas, solo quería tomar la carta y leerla, quería saber que decía. No podía entregársela a Kala porque sería incómodo y no quería entregársela a David porque solo lo juzgaría como lo había estado haciendo desde que le dio la paliza aquella vez en casa, ahora solo tenía que quedarse con las ganas y esperar a llegar a casa de nuevo, tal vez podría decirle a alguno de los amigos de David que se la lea o hasta la misma señora Kabalov podría hacerlo.

El auto se detuvo y escuchó la alegre voz de Kala, sabía que la morena nunca había acampado y estaba súper contenta de pasar esos días con él, lastimosamente Saúl ya no tenía ganas de estar en ese viaje. Kala entró al auto con mucha efusividad, saludó a Dean y a David, y por último le dio un rápido beso a Saúl. Su olor a rosas llegó a la nariz del rubio pero en vez de calmarlo como muchas veces había hecho, solo le incomodó.

— ¡Estoy muy emocionada! —exclamó tirando de su larga melena hacia atrás y abrochándose el cinturón de seguridad, a través del espejo observó cómo Dean le brindaba una sonrisa.

—Nosotros también estamos muy emocionados, teníamos años que no acampábamos con Saúl y es la primera vez que viene una chica con nosotros —Dean volvió a conducir.

— y ¿Qué cenaremos?

—Pescaremos —anunció Dean, Kala arrugó la nariz.

— ¿Y si no logran pescar nada?

—Pues nos quedaremos sin cenar —Ambos rieron cuando vieron la expresión de asombro en el rostro de Kala.

—Es broma, si no podemos pescar nada pues traemos provisiones, no te dejaremos morir de hambre —Kala respiró aliviada y miró a Saúl para hablar con él, el rubio llevaba el rostro en dirección a la ventana y mantenía las manos en sus piernas, estaba bastante quieto y la posición parecía incómoda, Kala prefirió no molestarlo, entendía que a veces Saúl se cohibía y en ese estado era mejor dejarlo pensar.

—Ustedes se parecen bastante —admitió Kala, Dean asintió y sacó una foto de su billetera, se la pasó a Kala.

—En realidad nos parecemos un poco, yo me parezco más a mamá, y si te fijas Saúl es idéntico a nuestro padre biológico —Kala tomó la foto y asintió, Saúl era bastante parecido a su padre, lo único que tenían en común ambos hermanos con su padre eran el asombroso color de sus ojos y la fuerte mandíbula al igual de que en la foto se veían los hoyuelos de su padre, de allí los había sacado David.

—Es muy guapo —Kala devolvió la foto, y David sonrió con melancolía, ella entendía sus emociones, también habla perdido a sus padres a muy temprana edad.

— ¿Ponemos algo de música? —preguntó Dean para aligerar el ambiente, ambos asintieron y movieron la cabeza al ritmo de la música cuando en la radio empezó a sonar M5. Cerró los ojos y decidió dormir durante todo el viaje.

Aunque no pueda VerteWhere stories live. Discover now