Capítulo 11.

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Un Resort en el Calabozo, parte 3.

Corre--..

Corre--..

No Mires Atrás--..

Sigue Corriendo-...

No Dejes De Correr--..

Hermes Ya Esta Viejo. Tu Aun Eres Muy Joven--...

No Estoy Huyendo, Es Solo Una Retirada Estratégica--...

Bell se repetía así mismo, una gran cantidad de palabras motivaciónales mientras corría sin permitirse algún descanso.

El corría, corría como loco, como un conejo escapando de un cazado. Debía ir más lejos, más rápido, debía escapar antes de ser conejo asado.

Como un gran árbol se encontraba en medio de su camino giro a la derecha bruscamente. Corrió mientras hacía un lado las ramas de algunos árboles, corriendo como un conejo asustado.

Pero luego se dio cuenta de algo importante.

E-Estoy perdido-- murmuró Bell mientras reducía su velocidad.

Por fin el miedo dentro suyo se redujo lo suficiente como para permitirle pensar con claridad.

Echo un vistazo alrededor y vi que no reconocía nada. Los árboles y cristales en esta área no se parecían a los que estaban cerca del campamento; la copa de los arboles también era más delgada y más brillante.

Trato tan duro como pudo para recordar cómo se veía el bosque de la ciudad de Rivira esta mañana, pero no podía recordar ningún detalle.

Bell camino con un paso lento mientras intentaba deducir en donde se encontraba exactamente.

Este al asomarse por un árbol de gran tamaño pudo ver a un monstruo parecido a un oso.

<Bugbear>, posee una fuerza y resistencia a la par con un minotauro, pero es extremadamente ágil contrario a lo que puede aparentar-- pensó Bell mientras desenfundaba su daga Hestia.

Bell actualmente tenía un buen repertorio de armas en su inventario para elegir, Dagas y Espadas de todos los tamaños estaban en su poder. Alguna vez oyó a Eina decir que un aventurero bien preparado tenía más posibilidades de sobrevivir. Pará un aventurero común el llevar muchas cosas consigo puede ser algo contraproducente, pero para Bell el cual podía llevar una cantidad ilimitada de equipo y sumado a que se tomaba la molestia de memorizar que llevaba en su inventario, el pocas veces podría estar sin preparación.

Bell sin pensarlo mucho lanzó su daga con gran precisión al pecho del Bugbear causándole una muerte instantánea.

De todas sus armas sus predilectas siempre serían, la <Daga Hestia> y la espada <Phae-tan>.

Bell se acercó a su daga la cual estaba clavada en el suelo y la tomó.

El realmente nunca se alejaba de esa daga e inclusive pocas veces la metía a su inventario, siempre la llevaba consigo.

Una vez había enfundado su daga este siguió adelante.

****

Espera... ¿Qué es eso?-- pensó Bell mientras sus oídos se agudizaban.

Un tipo diferente de sonido había sido captado por sus oídos. El tranquilo sonido de un arrolló llegó a sus oídos pero había algo que no cuadraba. Ese tranquilo sonido era perturbado cada tanto, un sonido que solo podía ser descrito como agua siendo derramada de un vaso.

Había el riesgo de que ese sonido sea causado por un monstruo, pero decidiendo tomar el riesgo se acerco más hacia el sonido.

El bosque poco a poco se abrió para revelar un pequeño estanque.

Bell. The Gamer [Pausada] Where stories live. Discover now