Capítulo 15.

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El Primer Conejo en ser un Héroe.

Todo el techo del 18º Piso estaba cubierto de millones y millones de cristales, cada uno proporcionando luz. El más grande de ellos, el <Sol> del piso, tenía algo en su interior.

Algo grande. Algo moviéndose.

Una parte de él se reflejada sobre toda la superficie del masivo cristal blanco, como si estuviera dentro de un gran caleidoscopio. Estaba bloqueando la fuente de la luz, cada uno de sus movimientos arrojaba sombras a través del vasto paisaje.

Al igual que los otros, Bell había notado la cosa dentro del cristal y lo miraba atentamente mientras un temblor aun mayor lo alcanzaba. Todos los Aventureros presentes en el escenario tomaron una postura defensiva, sus manos alcanzaron sus armas por reflejo.

Entonces—*Crack*

Apareció.

Seguía moviéndose dentro del cristal, pero una línea gruesa había aparecido en la superficie del cristal mismo.

¿¡Una grieta…!? ¿¡Un monstruo!?-- grito una aterrorizada Lili.

Eso es imposible. ¡Esta es una Zona Segura!-- grito Mikoto.

Varios pedazos de cristal cayeron, brillando en el cielo mientras caían al suelo.

La cosa negra dentro del cristal estaba haciendo más que moverse; estaba golpeando y pateando desde adentro. La figura parecía crecer con cada momento que pasaba.

Aw, vamos… De ninguna manera. Esto es mi culpa-- hablo Hestia decaída.

Ignorando por completo las miradas de las personas a su alrededor, Hestia no aparto sus ojos del techo.

¿¡Fui notada…!?-- murmuró Hestia para sí misma.

Bell el cual había logrado oír esto último, dio un suspiro de total cansancio.

***

No, esto no es culpa de Hestia-- habló Hermes.

Hermes veía todo el piso continuar temblando desde su posición en la parte superior del árbol.

Hermes-sama, ¿¡Qué hiciste esta vez!?-- habló Asfi con cansancio.

Por supuesto, ninguno de mis pequeños pasatiempos podrían desencadenar algo como esto-- habló Hermes.

La falta de confianza de Asfi en su Dios salió en su voz mientras descargaba toda su frustración con toda la fuerza de sus pulmones. Hermes, sin embargo, mantuvo sus ojos en la sombra negra en el interior del cristal.

Ahh, Urano… ¿Has estado escuchando las oraciones? No escuche nada acerca de esto-- hablo Hermes en un molestia. .

Los ojos de Hermes se estrecharon en la frustración. Estaba tan molesto por su situación que prácticamente escupió las palabras de su boca.

¡Deja de ignorarme y por favor dime lo que está pasando! ¿¡Que es esa cosa!?-- grito Asfi.

Fuera de control, diría yo. Y por alguna razón es más sensible de lo habitual. Y ha notado nuestra presencia-- habló Hermes.

Hermes, una vez más ignoro a la confundida Asfi que estaba al borde del pánico y continuó hablando en voz baja, casi para sí mismo.

El Calabozo lo odia, ya ves. Odia el hecho de que los Dioses vengan aquí-- hablo Hermes a nadie en particular.

Hermes siguió observando el techo a pesar de la mirada sospechosa que estaba recibiendo de Asfi. Ella abrió la boca para hablar, pero fue interrumpida repentinamente por el sonido de otro fuerte crujido.

Bell. The Gamer [Pausada] Where stories live. Discover now