No Te Vayas, Por favor. (Country Humans España) [TERMINADA]

8.

La persona que se encontraba en el exterior de la casa, cada vez de forma más impaciente, llamaba algo más desesperado. Uno de los pequeños, Cáceres, abrió la puerta, y miró al inglés, el cual lo miraba de vuelta. Se veía algo agitado

- ¡Yeeeee! ¿Quí és lu qui quieres mozo? - preguntó el extremeño al país, del cual había oído hablar pero no había conocido nunca, intentaba que no se le saliera el acento, pero le costaba demasiado.

- Oh, uuh, sorry... Is your dad in home? (oh uuh, lo siento... ¿está tu padre en casa?) - preguntó el inglés con curiosidad, mirando el interior a través de lo que la puerta le permitía observar. Se notaba cierta inquietud en la voz del anglosajón, que jugaba de forma nerviosa con sus dedos y la cadena dorada del monóculo.

- Pairi está en su habitación, siu necesitas falar con él preyunta a Madrid (Papá está en su habitación, si necesitas hablar con el pregúntale a Madrid) -dijo el menor, y al cabo de un momento, interrumpiendo al inglés el cual iba a hablar, pegó un grito para llamar a su hermana mayor, la cual apareció como si hubiera pasado algo, de forma rápida y alterada, hasta que se fijó en que sólo era el inglés en la puerta. Cáceres la miró, soltó una risilla y se alejó para ir a jugar con los otros niños en la casa.

- Ostia, hola Inglesito - dijo la madrileña, de forma algo graciosa, mientras que se acercaba a la puerta, apoyándose en el marcó de ésta mientras lo miraba.

- Hello Madrid... (Hola Madrid...) - dijo el inglés, dejando ir un suspiro y alejando la mirada un momento, alzándola de nuevo para mirar a la chica.- I need to talk with your dad, is very important (Necesito hablar con tu padre, es realmente importante) -Aclaró el inglés, ahora más nervioso observando que la madrileña había cambiado de posición a una más protectora, mientras que examinaba a UK de arriba a abajo, dudando. Pero finalmente le dejó pasar, cansada del nerviosismo del inglés, indicándole la habitación en la que se encontraba. - That's kind of you... Thanks Madrid (es muy amable por tu parte, gracias Madrid) - añadió el Inglés, con un pequeño cabeceó y quitándose el sombrero de copa que usualmente llevaba para dirigirse a la sala donde la madrileña le había indicado.

UK tocó la puerta de la habitación del español, el cual respondió con un gruñido ya que las palabras no querían salir de su boca.

- It's me, UK, can I get in? (Soy yo, Reino Unido, ¿Puedo pasar?) - preguntó amablemente, recibiendo otro gruñido por parte del español, el cual se había levantado de la cama, para débilmente acercarse a la puerta y tocar dos veces, queriendo decir un no por su parte. El inglés seguía nervioso y preocupado, temiendo que la situación en la que lo había encontrado aquella mañana hubiera ido a peor.- Please... (Por favor...) - suplicó, su preocupación creciendo cada vez más a cada segundo que no le abría la puerta.

- N-no... - logró decir el español, su voz temblaba, y hablaba más que nada en susurros, aunque lo suficientemente alto para llegar a oídos del inglés, el cual por el tono de voz del otro, hacia que se preocupara incluso más, llegando a considerar tirar la puerta abajo.

Pero no. No lo hizo. Utilizó un método más eficiente y que funcionaba la mayor parte de las veces que que lo había hecho. Cogió una horquilla que llevaba en el pelo para sujetarlo y que se viera bien y la deformó de tal forma que imitara la cerradura de la puerta. Las comunidades y provincias pasaban de vez en cuando, observando lo que el inglés hacia pero no haciendo nada contra ello, temiendo resultar heridos por éste si intentaban pararlo.

Finalmente, y al cabo de unos 15 minutos estresantes para el inglés, logró abrir la puerta, encontrándose al español apoyando la espalda contra la pared, mientras el líquido negro seguía cayendo por su boca y ojo incontrolablemente, los gritos de dolor ahora sonaban ahogados por la cascada de la sustancia que provenía de su boca. Giró la cabeza hacia el inglés, el cual apreció la grieta que se había  abierto en el hueco vacío de su cara. Reino Unido tapó su boca, sus ojos abiertos como platos, horrorizado al ver al español así. Cerró la puerta para que ninguno de los menores viera el estado de su padre y se acercó al otro en su auxilio, sentándolo en el suelo y colocando su cabeza recta, de forma que no se ahogaria con lo que brotaba de su cuerpo. La habitación tenía ese líquido por todo el suelo, manchas negras alrededor de la habitación, incluso en la cama.