12.

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El Español seguía escuchando el hablar de los niños mientras que esperaban, realmente no queriendo salir de la habitación en la que se encontraba, ya que sabía que iba a finalizar en un encuentro bastante incómodo entre él y sus hijos, pero tampoco podía dejarlos esperando fuera. Finalmente decidió salir, y al abrir la puerta los niños entraron a prisas, cada uno a lo suyo. Unos al váter, otros a la ducha, y otros en el espejo para arreglarse, peleándose entre ellos para ver quién iba primero. Una de los pequeños lo miró, sonrió y levantó los brazos, queriendo que la abrazara, a lo que él español dibujó una sonrisa en su rostro y lo sujetó en sus brazos, acariciando su mejilla mientras que el niño dejaba escapar risillas dulces y juguetonas.

- ¿Apa, nos llevas al cole? - preguntó el pequeño Murcia, sonriendo alegremente, a lo que el español respondió con un "no", moviendo su cabeza. Entonces Murcia soltó un pequeño "awww" y le pidió que le bajara para acabar de cambiarse, lo cual su padre hizo.

- No puedo, cariño... No me encuentro muy bien que digamos, pero no te preocupes, Madrid os llevará y también irá a la reunión que se supone a la que tenía que asistir más tarde, vale cariño? Nos vemos cuando volváis, vale? - dijo el español, acariciando la cabeza de Murcia con suavidad, mientras este reía y a sentía para seguidamente salir corriendo hacia dentro del baño, para acabar de arreglarse.

Soltando un suspiro y mirando a los niños, el español finalizó caminando lentamente, con algo de dificultad, hacia la cocina, donde estaban Navarra y Madrid desayunando, Madrid ya cambiada para la reunión y Navarra aún en pijama, no tenía clase hasta las 11 así que aún le quedaba un rato para prepararse.

- ¡Tío, buenos días! ¿Has dormido bien en el baño? - preguntó la madrileña, mientras que la navarra soltaba una pequeña risa, y el español las miraba confundido.

- ¿De qué hablas, Madrid...? He pasado la noche en mi habitación... - trató de mentir, aunque su hija sabia la verdad.

- No lo has hecho, no tío. Te he escuchado roncar mientras bajaba a la cocina a por un vaso de agua a las dos de la mañana, así que no me vengas con tus historias otra vez. - Dijo Madrid. El español frunció el ceño y se dispuso a hablar, pero antes de que pudiera decir palabra, habló la navarra.

- Yo también te escuché, hablando sólo. ¿Estás bien? ¿Has comido? - bromeó lo último, dejando caer la cabeza levemente hacia un lado, mirando a su padre, el cual se mantuvo en silencio y, finalmente, al rato habló.

- Primero, Madrid ni vaso de agua ni pollas, que sé que te fumas algún porro cuando todos estamos durmiendo. Segundo, ¿hablando sólo? ¿Qué decía? Probablemente gilipolleces... - el español miraba a otro lado ahora, moviendo su mano en un gesto que indicaba que lo dejara correr, que no le diera importancia.

- Pues... Si que es cierto que la mayoría de lo que escuche eran paparruchas, pero... Hubo una cosa que me sorprendió entre todo lo que dijiste. ¿A qué te referías con "monstruo"? ¿Y con "errores del pasado"? - Dijo Navarra, mientras que se metía en la boca una cucharada de los cereales que tomaba, mientras su mirada seguía clavada en un español ahora confundido, con una mirada que indicaba sorpresa pero a la vez miedo, y dando un paso hacia atrás, su voz saliendo de su boca tenuemente.

- ¿A qué te refieres...? - su voz empezó a temblar con levedad, mientras que las dos chicas lo miraban extrañados. Nunca habían visto a su padre así, y de cierta forma les resultaba extraño.- ¿M-monstruo...? ¿E-errores del pasado...?

La Navarra asintió, mientras que las dos ahora lo miraban con preocupación. Madrid se levantó y se acercó a él, pero él sólo reaccionó dando dos pasos atrás y alejándose, cosa que al verlo hizo a la madrileña detenerse.

No Te Vayas, Por favor. (Country Humans España) [TERMINADA]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें