En donde Harry descubre la verdad de James y Lily Potter, sus padres
Un dia lluvioso en el que decide averiguar más sobre ellos y decide preguntarle a su padrino Sirius Black.
El joven Potter, único descendiente del matrimonio de James y Lily, se qu...
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James Potter siendo arañado por Alice cuándo este le cuenta sus últimas aventuras, primavera de 1973, finales de segundo año, gran comedor.
¿Cómo empezó todo esto, Papá?—preguntó Bill Weasley, a su padre, en medio de una reunión de la orden.
Arthur se tensó en la silla y miró por turnos a todos los compañeros de su generación, echando de menos a varios. Miró a un punto fijo y recordó aquella predicción de la chica Mckinnon.
—Empezó con varios asesinatos muggles, una buena compañera de... ehm... de nuestra generación era vidente, y el mismo día que comenzaron las sospechas, ella nos contó cómo vió los primeros indicios de la guerra.
—Disculpadme—añadió Arthur con los ojos vidriosos retirándose del lugar.
Ninguno de sus hijos entendió por que se marchaba, ni mucho menos por que su madre se había quedado estática en el lugar, con los nudillos blancos de tanta presión que ejercía contra la silla.
No era la única que parecía estar apunto de romperse, todos los adultos parecieron perder un poco de vida cuando se mencionó aquel tema tan delicado.
Solo Remus fue capaz de hablar, aunque fue con la voz más rota que habían escuchado jamás—Puede que aún no lo entendaís, pero en la primera guerra... perdimos a muchas personas y... no, el tiempo no arregla nada—musitó Remus dandole una mano a Molly.
Aquel día, los adultos estaban más alicaidos de la cuenta, Remus se internó en el cuarto en el que estaba instalado su mejor amigo Sirius, y juntos, abrieron aquel álbum lleno de fotos de su generación.
No más tarde, Arthur, David, Jack, Claudie, Hestia... se unieron a aquel dúo.
Solo mi madre se quedó en el rellano— comentó Ginny— era todo muy extraño, no paraban todos de sollozar y mi madre estaba... rota.
Declaración de Ginny Weasley, en el verano de 1985, antes de que se hicera conocida la orden.
—¡CORRED!—gritó Peter.
Al parecer los merodeadores y los gemelos Prewett habían pasado por alto las advertencias de la profesora Mcgonagall pues desde aquel castigo, en el que les advirtió de que ya había pasado muchas bromas por alto y que nunca habían tenido un castigo, habían gastado el doble de bromas.
No es que no les importara lo que Minnie dijera, simplemente, que cuando una batalla comienza, los leones son los últimos en rendirse.
—¡La vais a pagar caro!—gritó una tejona.
—¡Claro que si rubita! ¿O debería decir azulita?—gritó James a la rubia que le habían teñido el pelo.
Malia cogió de la corbata a Alec, este imitó su acción con Sirius, el ojigris con Peter, el castaño con James, y el miope con Remus, de manera que todos fueron arrastrados a un pasadizo por el que acabaron rodando.
