《 La madriguera 》

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- Un poco más arriba - pidió Papa Jackson - Un poco más... y un poco.... ¡Perfecto!

- y dime mamá Amber ¿como hicisteis para que Molly y Arthur estuvieran fuera todo el día? - preguntó Alice.

- Oh hija, no lo hice yo, fue cosa de los mellizos. Lo que digan alec y malia va a misa - contestó ella riendo - Son dos pequeños diablos.

- Malia dijo algo de que irían a ver cosas para el bebé... - comentó Skyler - ¿tardarán mucho?

- ¿tratándose de ellos dos? Nos darán el tiempo perfecto - respondió Marlene.

La rubia elevó la vista - Papa Jackson... - dijo mientras todos le miraban - está perfecto.

- ¡Desde aquí arriba también! - respondió Fabian en la torre más alta de la madriguera.

El pelirrojo adulto sonrió satisfecho - Muy bien chicos, la capa ya está lista, cielo - dijo mirando a su mujer y luego a los adolescentes - todos tuyos.

Dada la tragedia que se llevó a cabo en mayo, la graduación asi como las fiestas finales se cancelaron y la promoción de Molly y Arthur se quedaron sin su despedida.

Así que un día por la noche cuando había pasado una semana desde el final del curso la telepatía de mellizos funcionó y entonces Alec y Malia decidieron crear la fiesta por ellos mismos. Se encargarían de todo y todo sería sorpresa, solo necesitarían un gran espacio y la nueva casa de Molly y Arthur era el sitio perfecto.

Por fin iban a tener la graduación que tanto merecían.

- ¿Cómo se las han ingeniado Malia y Alec para traer aquí a toda la promoción? - preguntó Landon bajando las escaleras con los gemelos.

Gideon se encogió de hombros cuando una voz femenina respondió por el desde la cocina - Alec se encargó de firmar invitaciones como si fuera la caligafría de Molly y Arthur invitando a toda la promoción a conocer a la nueva casa.

- Pero mira que son astutos... - comentó Mason riendo.

- hermano ¿todo bien? - preguntó Fabian mirándole extrañado.

Este sacudió la cabeza - Sí sí ehm... voy a por algo de agua.

- Nos vemos fuera.

Justo antes de abandonar la sala Mason miró fijamente a su mejor amigo y a su hermana.

Decir que ver a Marlene le había sorprendido era poco. Estaba acostumbrado a la presencia de la rubia en su casa y era más que consciente que estaría allí pero no se imaginó el cambio que tendría.

No había pasado apenas un mes del final de curso y Marlene ya se había tostado todo el cuerpo dejándole un pequeño rosado en el rostro que le hacia adorable, había crecido varios centímetros y se había desarollado aún más. Ah, y se había cortado el pelo, lo que había hecho que Gideon se quedara sin habla.

- Cierra la boca comadreja o te entrarán moscas - dijo ella riendo.

Este sonrió vacilante cruzándose de brazos - te sienta muy bien el corte de pelo rubita - comentó mientras se servía un vaso de agua.

Marlene agradecía que Gideon estaba de espaldas porque asi no podía ver el rostro aún mas sonrojado de lo normal. Aunque ella no sabía que su reflejo se notaba por la ventana y que Gideon estaba sonriendo.

- ahm... ¿gracias? ¿En que momento hemos pasado de querer matarnos a que me hagas cumplidos? - preguntó ella cruzada de brazos en el taburete.

Gideon se terminó el vaso de agua y rodeó la mesa mirando hacia el jardín a sabiendas de que la rubia le estaba mirando de arriba a abajo - Oh vamos marlene, eso lo dejamos hace meses atrás... - respondió él.

《LA PRIMERA PELIRROJA》JAMES POTTERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora