03 Perdido en mi

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Ella quiere furor, ella quiere ser mala
Ella siempre se aleja de toda esa mierda de la que le hablabas
Mami, no miro así porque sé que muy bien de eso no queda nada
A mi polvo de hadas, licor y menta helada
No me preguntes el "por qué" porque sabes que no respondo nada
Si ya no queda nada, si ya no queda nada

¿Trama? Yo no lo sé
La miro a esa chica con sed
Escondida detrás de la labia
Lo veo en su mirada, quiere verme arder

Narra Tomás.

caminando nuevamente hacia la perdición.

ya estaba drogado, ya las cosas dolían un poco menos y al llegar a las vías me relaje, miré el cielo pero esa noche la luna no se encontraba.

entré al vagón y me sentí un poco mas solo, Blanco tampoco se encontraba.

y si, le había puesto nombre y ese perro blanco con ojos especiales se había vuelto mi compañero.

suspiré, abrí la botella de Licor esta vez y le mande dos tragos largos.

esta noche no había nada para ver.

ni la luna tan blanca y brillante, ni a Blanco tan compañero y triste.

escuché ruidos y dentro mío sonreí por saber que Blanco venía y esta noche no iba a estar solo, pero divise una figura humana y me desilusione.

era una chica, llevaba un buzo grande que cubria su cuerpo y unas zapatillas, con su pelo atado.

miró el lugar antes de entrar, se acercó a las vías y en ese momento apareció Blanco olfateando su ropa.

escuche como le hablaba con voz fina y sonreí, el la miró al recibir caricias pero luego miró el vagon y volví a sentirme un poco feliz porque seguro me buscaba.

se quedó mirando y escuché como la chica preguntaba que era lo que miraba.

ella también hablaba aunque no recibiera respuesta y también miró en dirección al vagón.

Blanco ladró y salió corriendo en mi dirección, al divisar mi figura cuando entro comenzó a mover la cola feliz y se tiró encima de mi cuerpo lamiendo mi cara y haciéndome quejar un poco al hacerme arder la herida de mi mejilla.

la chica también se acercó y cuando me separé de Blanco la vi mirándonos.

- No sabía que había alguien acá. - sonrió amable y Blanco se acostó encima de mis piernas. - ¿Es tuyo?.

- No. - negué mientras lo acariciaba.

- Bueno, pero el parece que ya te eligió como su dueño. - sonrió y miré con una sonrisa a Blanco.

todavía no lograba ver a la perfección la cara de la chica, pero sabía que de algún lado la conocía.

- ¿Puedo entrar?. - ella me miró y yo asentí sin expresar nada.

entró y cuando quiso sentarse Blanco le gruñó.

- Ey Blanco. - hablé tranquilo. - Calmado. - acaricié su pelaje que esa noche se notaba mas blanco y sonreí cuando hizo un ruido y acostó su cabeza en mis piernas sin dejar de mirar a la chica.

- ¿Venis siempre?. - me miró.

- Si. - contesté.

- ¿Como te llamas?. - preguntó y alcé la vista para mirarla, divise que tenía ojos claros y me perdí en esa mirada ya que esa noche tenían un brillo bastante lindo. - Ey te colgaste. - rió.

- Tomás. - respondí. - ¿Vos?.

- Eider.

Eider. Se trata de un nombre raro pero de excepcional belleza con un encanto delicado y que aporta carisma.

𝟱𝟰𝟮 𝘾.𝙍.𝙊Où les histoires vivent. Découvrez maintenant