'49.||Perdido.

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DYLAN!

NO pude volver a dormir en toda la noche y quizás ése se había vuelto tan sólo uno de mis más grandes problemas.

La morocha se removió entre las sábanas soltando un pequeño gemido y abrió los ojos-Hola-sonrió.

-Hola-la saludé también, un poco indiferente. Sentía que sobraba aunque últimamente aquél era un sentimiento cotidiano, ahora, había crecido.

-¿Tus amigos no van a decir nada si te quedas en mi cama y nos perdemos en las sábanas mientras comemos y bajoneamos Netflix?-preguntó, y me daba vergüenza confesarle que yo ya estaba perdido y no en la cama de una chica, si no en su piel, su aroma, su sonrisa y sus conocimientos. Me había perdido por morirme de amor.

-No creo, los conozco, deben tener una resaca de la puta madre y recién se levantan a las seis de la tarde.-Me reí.

-¿Te acordás algo de como nos conocimos?-pregunté y negué con la cabeza;-mejor así.

¿Mejor así? ¿Qué había pasado?

-Eh...¿Cómo que "mejor así"?-pregunté sin ánimos de que se ponga vueltera.

-No te preocupes cielo, que no fue nada grave-sonrió y se levantó, y aunque estaba con una bata de seda rosa pálido en su piel, la luz que se infiltraba por la ventana, me dejaba ver las curvas de aquella morena.-Vení, levantate y vamos a desayunar.

Aquella chica, que tiraba de mi brazo obligándome a levantar sabía en el mambo donde me encontraba, con restos de pastillas en la sangre, tomando pastillas para morir antes.

Prendí un cigarrillo mientras ella hacía café con leche, me senté en las banquetas frente a la isla y tiraba los restos del cigarro en el cenicero dorado, aunque mi mente estaba en otro lado. Una taza frente a mí, blanca de porcelana y un plato con tostadas, dulce y manteca me sacaron de mis pensamientos. Apagué el cigarrillo, o lo poco que quedaba d él exhalando el humo por última vez.

La miré y sonrió;-¿Cuántos años tenés, Dylan?-preguntó y suspiré.

-Diecinueve-dije lo primero que se me ocurrió, pero no sabía qué tan cierto era.

-¿Vas a la universidad?-preguntó nuevamente, y las preguntas de la morocha me habían secado el cerebro.

-No, dejé en último año para dedicarme a la música-sonreí-a eso me dedico.-Respondi por adelantado, ahorrándome su pregunta.

-¿Tenes temas subidos?-preguntó y le hice un gesto para que se siente a mí lado, saqué el celular y le mostré el video de Draco.

-¿Estás pegado?-preguntó riendo, después de halagar una infinidad de veces mi música.

-Casi, algunos me piden fotos pero tampoco tanto, y además, no gano plata para nada. Me piden fotos y sigo comiendo arroz blanco-reí y ella imitó el gesto.

Se sentó frente a mí mientras tomábamos el desayuno, casualmente llevaba días con el estómago vacío dado que mi única comida era una sopa de vodka acompañada de rivotril, pero sin importar cuantos litros de alcohol tome, cuantos gramos de lo que sea, cuantas estupideces me meta en el sistema, seguía con la castaña clavada en mi memoria.

-¿A qué te dedicas vos?-pregunté tratando de sacarme a la morocha de la mente.

-Soy modelo-sonrió;-Che Dylan, decime...-me miró con un poco de duda.-¿Tenes ganas de hacer música como pasatiempo o hacer una carrera?

-La idea es jugármela con la música, si la pego la pego y si no, sigo comiendo arroz blanco toda mi vida-sonreí.

-Buenísimo-sonrió;-bueno, ahora te cuento un poco sobre mí, que seguro te interesa.

Sonreí-bueno, dale.

-Mi nombre, es Paloma Conde... Soy modelo-me miró con una sonrisa-tengo un hermano que se llama Gonzalo, o mejor dicho bizarrap, y si me dejas, le hablo para que haga una bizarrap session, así quizás, la podes pegar.-Sonríe de lado, y mis ojos brillan.

-¿Lo harías por mí posta?-pregunté emocionado.

-Sí Dylan, quiero verte mejor-añadió.

•••

Paloma no es mala y la odian
yo los odio a ustedes ahre

que opinan q ahora viene el visa?

y algo mas : yo estaba convencida
q biza se llamaba Lautaro re pelotuda no


✧Ángel ↦Dillom✧Where stories live. Discover now